I
La subida en los precios de bienes y servicios de consumo necesario --o básico-- se epitomiza en lo que le cuesta al mexicano hoy la tortilla. Ese sucedido mueve a reflexiones.
Y la reflexión principal es acerca de la naturaleza del Gobierno y del Estado mexicano incluso. Concluiríase que esas entelequias actúan por imperativos de la cultura del poder.
O por mejor decirlo, a imperativos de la cultura del poder constituido en función de las ideologías de los intereses de entes fácticos que predeterminan la actuación de aquél.
Véase. Al 30 de noviembre de 2006 --50 días a la fecha--, la tortilla vendíase a seis pesos el kilo. Al primer día de diciembre de ese año, inicióse la escalada en el precio.
¿Coincidencia? ¡Quiá, no, caro leyente! La espiral alcista no fue casualidad ni episodio espontáneo, sino algo perversamente premeditado y, por ello, inicuamente avieso.
Ello antójase cierto. Podríase suponer que los magnates de la tortilla y de muchos otros bienes y servicios de consumo indispensable poseen un fino sentido de los tiempos políticos.
No ha sido el caso, pues los magnates --productores, acaparadores, especuladores e intermediarios de insumos y productos finales-- no se distinguen por su sensibilidad.
Esos magnates son Roberto González Barrera (a) El Maseco, Raymundo Gómez Flores (de Minsa) y la trasnacional estadunidense Cargill y otros empresarios más.
II
Esos magnates tienen un común denominador: Todos ellos apoyaron con recursos varios a la campaña de proselitismo electoral de Felipe Calderón. Este es rehén de aquéllos.
Esa aserción se confirma a sí misma ante los hechos. Y esos personajes de la cultura de la explotación deleznable de un mercado de consumidores inermes, son insensibles.
Insensibles políticamente y en lo social. Insensibles, incluso, en lo económico, a las premisas de la lógica del mercado y su mano invisible de oferta y demanda libres.
Esa lógica tiene por premisas mayores las de la ventaja, la alevosía y, predeciblemente, las de la premeditación --en realidad, una conjura-- sin paradigmas morales o éticos.
Son insensibles excepto en lo que refiere a la ganancia rápida, a la compraventa de voluntades políticas --del Gobierno y del Estado--. Sus enfoques son concentrados.
Se distinguen por su insensbilidad, su inescrupulosidad y sus motivos --los del lucro crematístico exagerado-- y su abrumador poder económico y político.
Poder para imponer su voluntad impunemente sobre el Gobierno --como representante, éste, del Estado mexicano-- y dominar ambas entelequias e influir en sus actuaciones.
En efecto. Ese segmento de la gran oligarquía mexicama -- acaparadores, especuladores e intermediarios-- y de los grandes consorcios trasnacionales son un poder fáctico.
III
Dicho poder fáctico --la oligarquía-- actúa mediante la plutocracia, que no es otra cosa que el gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos.
En México, la plutocracia no sólo se ha apoderado del gobierno --que ejecuta, por ministerio constitucional, lo dispuesto por el Poder Legislativo--, sino del Estado mismo.
Ante estas actuaciones del Gobierno al pueblo de México, el Poder Legislativo como tal no ha tenido siquiera una postura a favor y en defensa del interés popular.
Complicidad.
¿Por qué? Porque ni los diputados ni los senadores representan verdaderamente los intereses del pueblo, sino de partidos políticos, facciones de éstos y grupos de poder.
Esa complicidad implícita abarca también al otro componente del Estado, el Poder Judicial, notoriamente venal e identificado con los intereses de la oligarquía.
Ese Estado actúa contra los intereses verdaderos del pueblo de México mediante una gama variopinta de mecanismos que aplican políticas diseñadas sin consulta popular.
Ese mero episodio constituye una agresión desde cualesquier perspectivas de la moral y la ética y, sin duda, el propio derecho constitucional y la de la política.
Pudiérese decir que, en efecto, esa es una agresión de los productores, acaparadores, especuladores e intermediarios al pueblo de México y que el Gobierno y el Estado son parte.
Glosario:
Entelequia: Cosa irreal, invención, ficción, irrealidad.
Epitomiza: De Epítome. Resumen o compendio de una obra extensa, que expone lo más fundamental o o preciso de la materia tratada en ella.
Inicuamente: Con iniquidad. Maldad, injusticia grande.