I Hace casi 50 años triunfó la Revolución en Cuba y, en ese lapso, notorio por una agresión sistémica feroz del poder en Estados Unidos, tres generaciones de cubanos le han dado continuidad a aquella.
Cierto antójase y vero es, documentadamente. La misma dialéctica del proceso revolucionario agota las generaciones y reduce, a no dudarlo, los años de vigencia de cada camada de poder en Cuba.
Han sido --y son, diríase a fuer de precisión-- tres generaciones completas, si incorporamos en la definición los años desde la salida del barquichuelo Gramma del puerto veracruzano de Tuxpan, en 1956.
La intensidad cualitastiva y, desde luego, en lo cuantitativo, de las etapas de desarrollo de la Revolución en Cuba exacciona un costo elevado: el plazo generaciones es de 15 a 18 años.
Hágase la salvedad pertinente que éste escribidor se refiere a las generaciones del poder o, por mejor decir, en el poder político y en ámbitos potestarios de la dirección política --la del Estado-- del país.
II En otras latitudes --en México, por ejemplo-- el desgaste generacional y su cortedad cronológica es también acusado. En nuestro país, la dinámica de las generaciones abarca sólo 15 años y no 20 ó 25.
En el caso mexicano ese desgaste generacional obedece, presumiríase, a causales distintas a las de la Revolución en Cuba. La dialéctica del proceso cubano nútrese de los fenómenos de la realidad.
Y, cabe añadir, aliméntase también de su automovimiento, sobre basamentos de las contradicciones internas y cómo éstas son resueltas política y socialmente, mas no en términos de poder.
Las causales del desgaste generacional mexicano son:
Una, el contexto demográfico mismo --es decir, sociocultural--, que es denso en extremo, pues el crecimiento poblacional ha rebasado la capacidad de previsión e incluso facultades del Estado mexicano.
Y, otra, la inviabilidad social de la forma de organización económica y política prevaleciente, que impide resolver las contradicciones propias, internas y externas.
III No es el caso en Cuba, pero podría darse. La Revolución Mexicana cesó, en los hechos y cronológicamente, con la asunción de Manuel Avila Camacho a la Presidencia de la República.
Pero fueron los mandatarios civiles --desde Miguel Alemán hasta el actual Presidente de Facto-- los que iniciaron un proceso de reversión revolucionaria, hasta estratificar a la RM.
Cada sexenio era una mutación generacional, aunque había excepciones individuales de quienes saltaban de una administración a otra. La vida políticamente útil de una generación es corta.
Esa experiencia mexicana --ciertamente triste y, ergo, patética, por trágica, pues ha convertido a México en anexado coto estadunidense-- es histórica. Pensaríase que Fidel quiere evitarla en Cuba.
Pudiérese decir que Fidel ha andado ese camino. El estado cubano es traslape, si no entreveramiento, de generaciones. Esa es la verdadera transición, la del continuum evolutivo. Ese es el legado de Fidel.
ffponte@gmail.com Glosario:
Alemán Valdés. Miguel: Presidente de México de 1946 a 1952.
Avila Camacho, Manuel: presidente de México desde 1940 a 1946).
Continuum: en sociología marxista, concatenación lógica de diferentes estructuras dentro de un mismo sistema, que expresa una línea de desenvolvimiento histórico.