Señálese que esos problemas son, a no dudarlo agudos, como consecuencia, a nuestro ver, de la inviabilidad de las formas de organización económica y política prevalecientes.
Y es también nuestro sentir que dichas formas de organización son el producto final de un proceso de degradación filosófico, ideológico y político.
En efecto. Dígase de otro arreo, caro leyente, que hemos devenido de más a menos, cualitativamente. La vocación social de las susodichas formas de organización se ha perdido.
Tómese, por ejemplo, la forma de organización de la economía, diseñada y aplicada originalmente con arreglo a los imperativos de la experiencia histórica del pueblo de México.
No huelga subrayar que tales imperativos de nuestras luchas históricas privilegian la búsqueda, identificación y satisfacción plena de necesidades sociales.
Así fue hasta hace poco --hasta 1982--, cuando la filosofía de la vocación social del Estado fue trocada arbitrariamente por premisas ajenas y, por añadidura, falsas.
II
Pero no nos desviemos del tema, caro leyente, y volvamos al carril. Identifíquese aquí al CNC como una expresión organizada de nuestra convulsionada sociedad civil.
EL CNC --que preside Hugo Castro Aranda-- está, en su turno, conformado por otras expresiones organizadas, afines filosóficamente y coincidentes, de la sociedad civil.
Y una de esas expresiones afines es Constitución y República, presidida por Fausto Cantú Peña, quien aspira a una curul mediante la figura de la candidatura independiente.
A estos dos personajes --y a muchos otros mexicanos con coincidencias filosóficas, ideológicas y políticas-- les conturba la severidad y magnitud de los problemas de México.
Estas expresiones de la sociedad civil han elaborado un Plan y Programa para México, que fue el documento básico debatido en el foro al que alúdese aquí.
El Plan México --así se le conoce ya-- es amplio que identifica con objetividad la mayor parte de los problemas de México, los cuales son, sábese, de variadísima laya.
El Plan México fue elaborado por especialistas en disciplinas diversas y sus propuestas tienen un hilo conductor que preconiza cambios sin matices tecnocráticos.
III
Es, pues, un documento político de largo alcance el ya muy mencionado Plan México, con escasísimas generalidades, abstracciones y ambigüedades. Alude a problemas reales.
Y plantea soluciones viables, aunque sus autores y patrocinadores reconocen cortedades en ciertos enfoques. Esas cortedades devienen de las diferencias de cosmovisiones.
No huelga advertir que este documento no es, un plan de gobierno. Es una suma de propuestas inteligentes, informadas y recursivas y con imaginación que pensaríase es fecunda.
En lo conceptual, aplicar el Plan México requeriría, si se le enfoca prospectivamente, un apego fiel y riguroso a la Constitución Política y sus leyes reglamentarias.
Requeiría, sin embargo, algunas de las centenares de modificaciones y adiciones constitucionales realizadas para adecuar la ley a caprichos del Presidente en turno.
Muchos de esos caprichos respondían a convenciencia de los intereses tanto personales de un grupo y, en los cuatro sexenios últimos, a las exigencias de las trasnacionales.
Ello ha sido dramático en ese lapso de 24 años, durante el cual el proceso degradatorio de las formas de organización económica y política adquirió su monstruosidad actual.
Glosario:
Laya: calidad, especie, clase
Tecnocrático: perteneciente o relativo a la tecnocracia. Técnico o persona especializada en alguna materia de economía, adminstración, etcétera.
Trocada: en contrario sentido del que suena o se entiende.