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El Espurio y su Sexenio

Fausto Fernández Ponte

I

Se iniciará en unos días el sexenio de Felipe Calderón bajo signos ominosos, el primero de los cuales es su condición de Presidente de la República espurio y, como apunta la suspicacia popular, de pelele.

¿Por qué es don Felipe un mandatario espurio? ¿Y pelele de quién? Ambas interrogantes tienen respuestas puntuales que, empero, no coinciden con las que se suelen señalar: el fraude y la imposición.

Cierto es que el fraude electoral --emblematizado en un cúmulo abrumador de irregularidades reconocidas por los propios magistrados del Tribunal Electoral-- es un sucedido documentado a cabalidad.

También es cierto que los propios magistrados reconocieron que esas colosales irregularidades conformaban un patrón de comportamiento avieso; no una omisión accidental, sino una comisión. Premeditada.

Argumentaron esos magistrados que, no obstante esas enormes y elocuentes evidencias de la comisión de un ilícito premeditado y alevoso, no era "conveniente" anular las elecciones. El mal menor.

Y cierto es que este "nuestro" Presidente Calderón es el resultado de una operación política cuyas características la ubicarían en el casillero de un golpe de Estado cuyo cenit fue el fraude electoral.

Ese golpe de Estado se inició allá por 2003, cuando Vicente Fox se persuadió de que Andrés Manuel López Obrador sería el candidato del Partido de la Revolución Democrática a la Presidencia de la República.

II

El golpe de Estado tuvo varias manifestaciones, todas de libro de texto de ciencia política, desde las más burdas y torpes y grotescas hasta las más recalcitrantes y obcecadas, dignas de causa mejor.

Se inició con un acoso. Y ésta se tradujo en persecución feroz. El acosado, el señor López Obrador, habló de un complot, atribuyéndole la autoría a Carlos Salinas. Este sólo operó la etapa del acoso.

Pero las etapas posteriores --el desafuero, por ejemplo, así como la campaña de odio y el desvío de recursos del erario para hacer proselitismo para el señor Calderón-- fueron operadas por don Vicente.

El Presidente no se topó con resistencias ni con reticencias en el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral, pues con sus personeros existe identificación de intereses de clase y de poder.

Para que el Partido Revolucionario Institucional apoyase el desafuero, don Vicente cedió al tricolor la gubernatura de Veracruz, que había ganado el panista Gerardo Buganza al priísta Fidel Herrera.

De esa guisa, el golpe tuvo por propósito circunvalar la democracia simulando, a la vez, la prevalecencia de ésta. Esa simulación fue, sin embargo, advertida y descubierta por el electorado.

Y héte aquí que de los casi 72 millones de electores, sólo votaron unos 42 millones, aproximadamente. Y de esos 42 millones, sólo 15 --sí, sólo 15 millones-- eligieron al Presidente Calderón.

III

Así, de ese universo de casi 72 millones de votantes, sólo 15 millones eligieron al Presidente de México. Ese mero hecho define al señor Calderón como un Presidente espurio por partida doble.

Es espurio porque carece de la representatividad jurídica, moral y, sobre todo, política y social como Presidente de la República. No es, ni remotamente, el presidente de todos los mexicanos.

Ello tiene una exégesis previsible: gobernará contra el pueblo pues es evidente que no gobernará con el pueblo. Tampoco gobernará para el pueblo. Esto responde la pregunta: ¿de quién es pelele don Felipe?

Todo ello, si discernido en términos prácticos, le acota ya a don Felipe, desde ahora mismo, sus potestades metaconstitucionales y constitucionales. Tal es el costo de la espuriedad.

A ello adheriríanse otros componentes de la realidad política: don Felipe, al igual que su predecesor, es rehén del PRI, que lo tiene sometido a chantaje. El PRI exige varias secretarías de despacho.

Lo aquí descrito nos exhibe a un Presidente de la República que se desempeñará en un entorno de acusada vulnerabilidad jurídica y política y depauperación moral y ética.

Esa depauperación es también ideológica. Don Felipe no está comprometido con cambiar la forma de organización económica que tanta desigualdad e injusticia causa, como bien se observa en Oaxaca.

ffernandezp@prodigy.net.mx

http://www.diariolibertad.org.mx

http://elgritodelpueblo.blogspot.com

Glosario:

Avieso: torcido, fuera de regla.

Cenit: punto culminante o momento de apogeo de alguien o algo.

Circunvalar: cercar, ceñir, rodear una ciudad, una fortaleza, etc.

Exégesis: explicación, interpretación.

Infiernillo

Olegario

Por Faustófeles

Olegario Vázquez Raña

a no pocos corrompió

y con Excélsior se alzó,

pues por ello es Vázquez maña.


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