I La inmensa mayoría del total de mexicanos vive estrujada por las constricciones de la crispación, entendida ésta como irritación,. enojo o enfurecimiento.
Crispación es también la contracción de un tejido contráctil, especialmente de un músculo que, en el caso, es el social. Así, el músculo social sufre contracciones que devienen de la preocupación.
Y es que, en efecto, esa mayoría está preocupada no sólo por la crispación misma --como secuela--, sino porque su naturaleza pasajera lo es cada día menos. Tampoco es un hecho repentino. No. Y no.
La crispación --nos lo dice la experiencia sociológica-- es un síntoma inequívoco de un fenómeno asaz ominoso, el de la enajenación alienante. Nos aliena nuestro contexto.
Señálese que, admisiblemente, no todos los mexicanos padecen crispación en mayor o menor grado. Obsérvase que millones de connacionales no parecen tener conciencia de ese fenómeno.
II Pero, ¿qué nos crispa? ¿Y cuáles son --o pudieren ser-- las consecuencias de esa crispación social, económica, política y dígase que también cultural en el futuro inmediato y, desde luego, el mediato?
Las respuestas están allí, insoslayablemente omnipresentes para quienes las buscan, hallan y ven, que son un grueso enorme de mexicanos situados transversalmente en varias clases sociales.
Ese grueso de mexicanos es aquél que traslada su crispación personal, familiar, gremial y colectiva a los campos de un activismo sociopolítico y, obvio es, sociocultural reivindicador. Ya se está viendo.
Pero éste grueso es reprimido de muchas modalidades, desde la más brutal --la desaparición de discrepantes activos-- hasta la más sutil, las del terror militar y el inducimiento mediático.
Allí, la cultura del sometimiento y de la derrota mella muchas ansias de activismo reivindicador y atiza el fuego del conformismo; acentúa la esperanza en soluciones metafísicas de la religión organizada.
III A esos medios de control social súmanse los programas educativos y los enseres de la tecnología de la difusión comercial masiva --y mercenaria--, inspirados en las filosofías de la globalización.
Con ese telón de fondo tan ominoso se realiza aquí el Foro Social Mundial, capítulo mexicano, inaugurado el martes 22. Éste trascendente sucedido tiene sin duda la virtud de ser catarsis social.
Y esa catarsis social que muchos subestiman y otros desestiman por supuestas limitaciones funcionales-- tiene revolucionario potencial: cambiar la naturaleza del poder.
Cambiarlo desde por la vía pacífica, desde las calles de nuestras ciudades, la selva --en nuestro caso, la Lacandona-- y la presión ciudadana pública organizada. Organizarnos, pues, es el imperativo.
El capítulo mexicano del FSM es simultáneo al de otros países, en todo el mundo, que habla del gran afán organizaciónal de mmuchos millones de personas. Es un mandato social que ningún Estado debe ignorar.
ffponte@gmail.com Glosario:
Aliena: conjugación en primera persona del singular del verbo alienar. Producir la pérdida de la propia identid. Referido a una persona fuera de sí, trastornale los sentidos. Enajenar.
Catarsis: en fisiología expulsión de sustancias nocivas para el organismo. Expulsión de recuerdos perturbadores. Cambio que rompoe con lo anterior por considerarlo negativo. Purificación.
Enajenación: en sociología, perturbación de las facultades lógicas de una persona o una colectividad; locura.
Metafísicas: más allá o encima de las leyes de la física.