I Como sabríalo el caro leyente, el senador por el estado de Illinois Batack Hussein Obama es el virtiual candidato del Partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos y ello tiene implicaciones previsibles e imprevistas allá y en el mundo.
Trátase, desde luego, de implicaciones para el propio Estado estadunidense, para la nación misma y, sin duda, para el poder real --el de los consorcios trasnacionales-- en dicho país, y para el imperialismo que representa y emblematiza, y el mundo.
Illinois es el estado de la llamada Unión Americana en la que nació y vivió Abraham Lincoln, emancipador de los esclavos africanos negros en EU. Hoy, un negro podría ser sucedor de Lincoln. Es una paradoja con poderoso simbolismo para el mundo.
Para México, las implicaciones presumiríanse obvias: según la experiencia histórica de la relación bilateral, los presidentes estadunidenses emanados del PD han desnaturalizado las expectativas --más ilusorias que realistas-- de los mexicanos.
Esas expectativas mexicanas (es decir, de los gobernantes de México) han sido, por lo demás, desprovistas de un conocimiento objetivamente aséptico de las fuerzas centrípetas y centrífugas de la geopolítica del imperialismo. éste ve a Mèxico como "suyo".
Desprovistos también, cabría agregar, de un conocimiento acerca de la naturaleza histórica del fenómeno del imperialismoy su dialéctica, sus contradicciones y las secuelas de la interacción de sus componentes internos y externos.
II Y es que por pruritos de miopía política, los gobernantes mexicanos han exhibido siempre una actitud de avestruz al negarse a reconocer el hecho factual del imperialismo del EU, ciñendo la relación bilateral a un contexto estrictamente binacional.
Hoy esa miopía raya en ceguera. El Presidente de Facto, Felipe Calderón, y sus predecesores, desde Miguel de la Madrid a Vicente Fox, pasando por los notorios vendepatrias Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, actúan con invidencia geopolítica.
Todos esos mandatarios alejaron a México de los demás Estados de Nuestra América --el de Cuba incluido-- y enfilaron el país hacia la órbita del imperialismo, insertándolo unilateralmente en la zona de influencia o "hinterland" de éste.
Y, en vez de sana distancia, enferma cercanía, esa que por estrecha deviene en dependencia y, cual es el caso conturbador de nuestro presente, de que somos ya un protectorado estadunidense y anexado de hecho por EU.
En ese contexto de la relación bilateral arribaría don Barack a la Casa Blanca, asumiendo prospectivamente que fuere elegido el primer martes de noviembre próximo, por encima del senador por Arizona John McCain, con aura de héroe de guerra.
III Por esas razones, tal vez el gobierno calderonista no se explica el fenómeno de la emergencia del senador Obama y su enorme potencial de posibilidades para convertirse en Presidente de EU. El significado de ese potencial es evidente.
La historia nos indica didácticamente que imperialimo que se estratifica --Roma, Inglaterra, España-- caduca. Las moralejas históricas resultan de sucedidos documentados: mutar de forma, más no de fondo. Mutar de apariencia, pues. Y aparentar mutación.
Cierto. La mutación cosmética de la morfología no es un trueque de la naturaleza vera y esencial del imperialimo. La antiquìsima táctica del caballo de Troya, que no es otra cosa que una socaliña que, además, la nasturaleza misma preconiza.
Eso es lo que adviértese hoy en el imperialismo estadunidense: un nuevo rostro. Cirugía táctica para "morenizar" la piel, la fisonomía y hacer ésta aceptable al Tercer Mundo, el de los sometidos. Lo hizo Juan de Zumárraga con la Virgen de Guadalupe.
Ese cambio de color de piel --más no de alma-- tendría por meta recobrar la credibilidad de un imperialimo caído en patético descrédito en todo el mundo, menos, ya se sabe, para los gobernantes de México y otros países igualmente afines.
El imperialismo tendría en el señor Obama un vocero con el perfil étnico "apropiado" --su padre era de Kenia y su madre es estadunidense blanca--, con nombres de pila musulmanes, enorme carisma y un discurso cuyo meollo es el de promover el cambio.
ffponte@gmail.com Glosario:
Carisma: esp para atraer o fascinar.ecial capacidad de algunas personas.