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El Voto 2/2

Fausto Fernández Ponte
13 de junio de 2006


I

Por el sentir de nuestros caros leyentes consignado ayer aquí deduciríase, por inferencia válida, ciertas vitolas y representaciones de las causas del abstencionismo electoral.

Y lo consignado aquí son expresiones de desencanto del electorado con respecto al ejercicio del poder, la endeblez moral y ética de los políticos y las cortedades del sistema.

Si la muestra del sentir ciudadano representada en las expresiones de los leyentes reproducidas aquí es fiel, entonces es obvio que el votante raso está decepcionado.

Subráyese que el votante raso es, en su grueso demográfico más denso, un individuo estrujado por las carencias de bienes tangibles e intangibles que definen a la pobreza.

Así obsérvase desde las yácatas de las ciencias sociales. La perspectiva científica nos señala que la pobreza no es sólo carencia o insuficiencia de bienes y/o servicios. No.

Y no. Pobreza es, centralmente, tener conciencia de esa penuria. La conciencia de su situación entre los desposeídos es un atizador de fogaratas de desesperanza social.

Sábese experiencialmente que del desengaño se camina sin rodeos a la desesperanza y que de éste se trasciende sin óbice al resentimiento. Y de éste a la conducta antisocial.

La conducta antisocial ofrece muchos rostros. Uno de esas facetas es la del abstencionismo electoral o, en uns entido más amplio, en el ejercicio de derechos y deberes cívicos.

II

No en vano, por ello, algunos tratadistas de las ciencias sociales identifican al abstencionismo electoral como una conducta antisocial, independientemente de sus mòviles.

Ese juicio de valor con pátina de objetividad científica no deja de ser sofistero, precisamente por la complejidad misma de las causales del abstencionismo electoral.

En México, ese fenómeno tiene raíces idiosincráticas y culturales, incorporadas como componentes importantes en la dialéctica del subdesarrollo econòmico y social.

Ese subdesarrollo es desigual, cualidad cuya realidad advièrtese obvia. Hay estratos de votantes muy politizados, que razonan su voto en función de imperativos ideològicos.

Y como secuela votan con arreglo a cierto comportamiento: el de la militancia partidista --los menos--, adherencia a enunciados de un partido o simpatía por un candidato.

Otros estratos de votantes acusan una politización que los politólogos llaman media. En México, esa politización media es la más extendida. La mueve la simpatía al candidato.

Esa simpatía no siempre tiene subyacencias causales de tipo emotivo, sino que resulta de la interacción de las fuerzas centrípetas y centrífugas de cada clase social.

Más una cosa es politización en mayor o menor grado y otra cosa muy distinta es la conciencia polìtica. Esta se define por un razonamiento objetivo e historicista del voto.

III

Ese segmento es el más minoritario de todos. Tienen de alguna manera las respuestas a los por qués de nuestra terrible situación econòmica, polìtica y social.

Existen, a despecho de la ciencia social, traslapes y entreveramientos entre estratos y las clases sociales, determinados por los mecanismos de inducción.

Esos mecanismos son los medios de control social que inducen al voto para perpetuar el formalismo legal legitimador sin el verismo que da la representatividad.

Por ello, en nuestra forma de organización política sólo votan, en promedio, cuatro de cada diez ciudadanos en el padrón. Esa realidad anula la bondad de la democracia.

La bondad centralk de la democracia reside en que es un estilo de vida, no una forma de Estado ni de gobierno. Un estilo de vida social. Un estilo de participación.

Y esa minoría --esos cuatro de cada diez votantes-- conforman los estratos muy politizados, los politizados a medias y los con alta conciencia política.

¿Y por qué no vota la mayoría, conformada por esos seis de cada diez votantes? Por la marginación social --en lo ducativo, la baja escolaridad, etcétera-- y económica.

A esa mayoría de marginados parecen sumarse los leyentes cuyo sentir se recogió ayer aquí. A los marginados adhiérense los desencantados, los deceopcionados y los escépticos.

ffernandezp@prodigy.netmx

Glosario:

Idiosincráticos De idiosincrasia.n
Pátina: Cubierta delgada y fina sobre un objeto.
Vitolas: Aspectos.


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