A José Luis Camacho López, quien, como Raisa Gorbachov, sabe que no debe detenerse en el camino, aprendiendo siempre.
I La filosofía de la historia tiene por atributo mayor otorgarle a ésta el carácter de conciencia de un pueblo. Conocer la historia asienta en nuestra psique colectiva los componentes de la identidad.
Así entendida, la filosofía de la historia --y la historia misma-- nos llevan a aplicar, mediante ciertos enseres como el historicismo, el pretérito al presente, y evitar los yerros del pasado.
Esos yerros suelen ser, por lo general, costosos en extremo para el pueblo de México, como se observa con elocuente y dramática nitidez por éstos días. El costo exaccionado a los mexicanos es colosal.
No en vano piénsase en los cenáculos y peristilos del poder real y los operadores de éste que la historia y su conocimiento son obstáculo sólido a los intentos de dominación, sometimiento y opresión.
Ello se nos ofrece caleidoscópicamente aquí. México antójase laboratorio, preciso es subrayarlo, de un proceso no tan experimental, sino ya probado y demostrado en otras latitudes y etapas históricas.
La táctica parece ser la de escamotearnos nuestra identidad colectiva como pueblo y, ergo, como país, eliminando los asideros de la experiencia histórica propia, para olvidarnos. Sumergirnos en el olvido.
II Hundirnos en la desmemoria de lo que somos y por qué lo somos y, de ese estilo, ignorar hacia dónde queremos ir y por qué. Ya sin memoria, un pueblo es vulnerable a otras influencias e identidades.
Esa es una táctica perversa cuya comisión es realizada por personeros de ciertos intereses que históricamente han intentado dominar a México y saquearlo, habiéndolo logrado en gran medida.
Esos intereses son tanto locales --mexicanos-- como extranjeros (estadunidenses y españoles principalmente) y ese empeño se remonta, en cuanto a origen, a la Conquista misma, en 1521.
Divide y vencerás. Dividir, pues, a los mexicanos. Dividir sus lealtades y adhesiones culturales políticas o de cualesquier otras índoles. Dividir sus corazones. Dividir su alma.
Y dividir su territorio, objetivo el cual no es ni nuevo ni mucho menos inédito. Trátase, por si no lo sospecha el caro leyente, de partir a México en lo identitario y lo territorial incluso.
Ello configura una premisa vera de un monstruoso propósito de los saqueadores históricos de México de repartirse entre sí nuestro patrimonio, cediéndoseles mediante coartadas legaloides el derecho a ello.
III Abrevemos en la historia. En 1939, un año y meses después de la Expropiación petrolera, se fundó el Partido (de) Acción Nacional. A sus progenitores les movían la urgencia de revertir la Expropiación.
Luego de la Expropiación, el Presidente Lázaro Cárdenas enfrentó incluso insurrecciones armadas --la de Cedillo-- financiadas por los consorcios petroleros extranjeros.
Siguió, asimismo, una serie de intentos políticos e incluso armados de desmembrar territorialmente a México. La República del Golfo --desde Tamaulipas hasta Yucatán-- tuvo adherentes muy bien pagados.
Pagados, desde luego, por los consorcios petroleros estadunidenses. La nueva República del Golfo se convertiría en protectorado de Estados Unidos.
En ese contexto histórico dinámico, de componentes actuantes, se explicarían las conductas del PAN instalado en el gobierno desde 2000 aunque, ideológicamente, su asunción ocurrió en 1982.
Pero el PAN es sólo expresión partidaria formal. La ideología que lo amamanta también ha nutrido a abanderados del PRI en el poder, desde Miguel de la Madrid hasta Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.
Todos ellos --más Vicente Fox y Felipe Calderón, espurio Presidente de Facto-- se han obsesionado con revertir la Expropiación y ser cómplices y a la vez participantes en el saqueo de México.
Hoy, el Presidente de Facto acude una vez más al extranjero. A España, pues en EU la incertidumbre electoral mella el filo del imperialismo. El PAN reitera su vocación de actuar versus el pueblo.
ffponte@gmail.com Glosario:
Cedillo, Saturinino. General del Ejército. Se alzó en armas contra el gobierno en ñla Huasteca potosina, semanas después de la Expropiación Petrolera en 1938, asesorado por militares estadunidenses financiados, éstos, a su vez, por empresas petroleras.
Versus: contra.