I
La reforma del Estado se ha convertido, como dice Rodrigo Borja, en casi un tópico en los cenáculos de la política, la economía --la de los empresarios y banqueros -- y los académicos en el mundo.
En México, empero, el pueblo es ajeno a ese tema, no obstante que ciertas instancias del Estado realizan doquiera foros de consulta, para recoger el sentir de la ciudadanía, la rasa y de a pie.
Mas en esos foros lo que menos se recoge es ese sentir. Lo que sí se recopila es el parecer de representantes de estamentos interesados de la políticos, empresarios y banqueros y la academia.
Adviértese discriminación y elitismo en esos foros de consulta, como si se tratare de reformar al Estado mexicano al modo de intereses creados de ciertos estratos de nuestra sociedad, los minoritarios.
Esa minoría pretende desmantelar al Estado regulador de la economía, para darle paso al laissez faire del liberalismo económico libreconcurrente bajo su guisa más dañina. Lo vemos en México.
Lo que hoy se impulsa es la reducción, ya corriente, del Estado mexicano a su mínima expresión, para beneficiar otros centros de poder fáctico --el de los consorcios trasnacionales-- dentro de México.
II
De hecho, el Estado mexicano rector-benefactor es cosa del pretérito. La institución ha abdicado de sus potestades legales y acotado sus alcances, excepto en el rubro de la coacción.
Y esa potestad --la de la coacción-- se aplica con arreglo a ciertas premisas de la filosofía de la mano dura contra la protesta social que, en el caso, tiene raíces profundas y causales legítimas.
Esas raíces son las de la naturaleza del Estado mexicano, que ha sufrido una metamorfosis tan monstruosa que es vector en el dramático y espectacular proceso de desigualdad e injusticia que nos estruja.
Esta desigualdad --50 millones de pobres, 20 millones de miserables-- caracteriza la vida nacional. El Estado continúa cediendo unilateralmente potestades a consorcios trasnacionales. Y a Estados Unidos.
En nuestro entorno, la reforma de Estado más reciente fue la Revolución Mexicana, plasmada en la Constitución que se promulgó en 1917. Empero, la Constitución ha sido modificada más de 600 veces.
Es, pues, irreconocible nuestra Carta Magna, si comparada con la original. Sólo conserva rasgos vagos de su naturaleza esencial. Empero, ese documento fundamental es, aún, enorme obstáculo.
III
Cierto. La Constitución, aun en su presente versión tan acotada, es un obstáculo para los promotores de la reforma del Estado. Carece de facultad normativa y alcance real para hacer prevalecer ésta.
Por ello, desde la perspectiva de no pocos mexicanos, la reforma del Estado no es más que una etapa de la eterna lucha por el poder y la dominación social. Todo se resume en términos de poder.
Las fuerzas económicas privadas --emblematizadas en los grandes consorcios trasnacionales-- quieren estar fuera de todo control estatal que les obligue a hacer concesiones distributivas.
Estos antecedentes nos sugieren que si la reforma del Estado que se promueve desde el poder no es consecuencia de un contrato social amplio --en su sentido deontológico--, carecerá de legitimidad moral.
Tampoco será representativa de los intereses estratégicos del pueblo de México, sino sólo de los intereses creados que contribuyen a su realización. Los foros de consulta son, vistos así, falacias.
¿Qué se sugiere? Primero que las propuestas hacia una reforma del Estado definan con precisión insoslayable cuál será la forma de organización económica y política del Estado reformado.
Pero nadie lo plantea así en esos foros de consulta. Reformar al Estado no es suficiente. Lo que se requiere es fundar un nuevo Estado mexicano, constituido por el pueblo. Un nuevo constituyente.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Deontológico: de deontología. Ciencia o tratado de los deberes.
"Laisses faire, laissez passer": expresión francesa. Máxima de los economistas del siglo XVIII que significa "dejar hacer, dejar pasar" y que corresponde a la norma estatal de conducta que consiste en dejar a la iniciativa privada y al tiempo la rectoría de la economía y la solución de los problemas sociales.
Vector: en medicina, agente de trasmisión de gérmenes patógenos de un individuo a otro. Viene del latín vector, que significa "el que lleva a cuestas o que conduce".
Infiernillo
Pregunta Chinesca
Por Faustófeles
¿El chino Zhenli Ye Gon
es personaje central
en el fraude electoral
financiando a Calderón?