Tres Tercios
Fausto Fernández Ponte
26 de junio de 2006
I
Todos los escenarios prospectivos posibles del desenlace de la elección del domingo próximo --en cinco días, caro leyente-- nos insisten en la llamada tesis de tres tercios.
Esa tesis --elaborada a partir de los resultados de los sondeos acerca de las preferencias del electorado-- establece que el voto será distribuido mayoritariamente entre tres.
Así, Andrés Manuel López Obrador, Felipe Calderón y Roberto Madrazo se repartirán más o menos equitativamente el 90 por ciento del total de votos a emitirse.
Como resultado, cada uno obtendrá el 30 por ciento, aproximadamente, de ese pedazo del proverbial pastel. Y al que le toque la cereza será el ganador. Apenas.
Esos escenarios prospectivos posibles devienen de varias premisas que son, a nuestro ver, falsas o aparentes o, en el mejor de los casos, convencionales y simplistas, a saber:
1) La de que el electorado está dividido en tres grandes vertientes ideológicas y políticas.
2) Una de esas vertientes es conservadora en gradación variopinta --desde la cerril y de baja escolaridad hasta la ilustrada y muy sofisticada--.
3) La tercera vertiente se identifica a sí misma como centrista en lo ideológico y lo político.
Esa división tripartita es arbitraria y no se ha manifestado en el pasado reciente. Lo que sí se ha expresado es la existencia de dos grandes bloques históricos.
II
Un bloque es el del conservadurismo, bajo guisas varias; otro, el del liberalismo mexicano histórico --el juarismo-- y y las ideas sociales de la Revolución Mexicana.
Lo que algunos tratadistas identifican como centrismo es, en realidad, una expresión ambigua de conservadurismo cuyo grosor es atraído por la cosmovisón de la derecha.
Volvamos al tema central. ¿Y el restante diez por ciento del electorado? Ese porcentaje será repartido entre Patricia Mercado, Roberto Campa y Víctor González Torres, doctor Simi.
El caso de don Víctor merece capítulo aparte. Aunque no es un candidato digamos oficial --pues no lo postula un partido político--, es posible que atraiga para sí millones de votos.
¿Por qué? Por varias razones. Una, la de que su mensaje ha llegado a millones de mexicanos. Y, otra, porque es visto como víctima de un sistema electoral aberrante.
Podríase suponer con cierta certidumbre que el doctor Simi obtendrá muchos más votos que doña Patricia y el señor Campa, a quienes la ciudadanía aun no fija bien en su psique.
Basta sólo la exclusión del doctor Simi para concluir que el sistema electoral mexicano es asaz injusto, pues niégale a un ciudadano su derecho constitucional a ser votado.
Ese hecho es génesis de profundas suspicacias acerca de la equidad del sistema electoral mexicano no sólo entre nosotros, sino también en el mundo. Hay obvia parcialidad.
III
Así, los sondeos que se realizan para discernir por quiénes votaremos los mexicanos tienen otro vicio de origen: ignoran a un candidato con muchos partidarios y prosélitos.
Y como presumiríase, el nombre de don Víctor no estará en las boletas electorales. Aparecerán sólo los de los señores Lòpez Obrador, Calderón, Madrazo, Campa y doña Patricia.
Desestimado este factor --el del doctor simi-- la tesis de los tres tercios apunta hacia un conflicto posterior al desenlace electoral y su eventual solución judicial.
Dígase de otro arreo que, según esa tesis, será el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación el que resuelva quién ganó la elección.
Discreparíamos de esa tesis. Adviértense indicios de que será el señor López Obrador quien obtenga más de un tercio del total de votos emitidos, o por mejor decir, computados.
¿Y cuáles son esos indicios? Los más representativos son los sondeos privados --de los propios partidos-- que no se divulgan masivamente y a los que unos cuantos tienen acceso.
Sondeos recientes del PRI y el PAN en los estados de México, Oaxaca, Puebla y Veracruz y el Distrito Federal le dan a AMLO una media de 43.3 por ciento del voto.
Si extrapolamos esos sondeos, advertiríase que cuatro de cada diez que votarían lo harían por el señor López Obrador. Señalese que salvo el DF, esos son bastiones priístas.
ffernandezp@prodigy.net.mx
Glosario:
Cerril: dicho de una persona que se obstina en una actitud o parecer; sin admitir trato ni razonamiento.
Cosmovisión: manera de ver e interpretar al mundo.
Extrapolar: aplicar conclusiones obtenidas en un campo a otro.
Prosélito: partidario que se gana para una facción, parcialidad o doctrina.