Día de la Marina
Fausto Fernández Ponte
31 de mayo de 2006
I
Se celebra hoy en México el Día de la Marina, efeméride establecida en 1942, cuando nuestro país era beligerante aliado en la segunda guerra mundial.
Antecedentes de la celebración se remiten a un decreto de Venustiano Carranza, en 1917, por el cual se instruía que los mandos en la Marina Nacional fuesen mexicanos.
Señálese que esta rememoración alegórica se centra en los quehaceres históricos de la Armada Nacional, vinculados a la defensa heroica de la soberanía en hechos de armas.
Y no todos los hechos de armas, pues suele matizarse la sublevación revolucionaria, en 1914, del comandante del cañonero Tampico, Hilario Rodríguez Malpica.
La celebración es atinente a las reflexiones siguientes: México posee una Marina Armada o Naval o Armada Nacional pero, en los hechos, carente de una Marina Mercante.
Con sus 11 mil kilómetros --o casi-- de litoral marino, México es un país que vive de espaldas a la mar océana. Y vive distancia económica, política, social y culturalmente.
Ello es, a nuestro ver, una tragedia. El mar le es tan ajeno a los mexicanos de hoy que muchas ciudades situadas a la vera oceánica no incorporan lo marítimo a su acervo local.
II
Y es que para los habitantes de muchas ciudades costeras, la cultura marítima se emblematiza únicamente en el provecho recreativo ocasional de las playas. No más.
En notorio contraste, existen pequeñas manchas urbanas --villorrios de pescadores-- en nuestras costas y riberas donde la cultura local, nutrida por la pesca, es acusada.
Caso en punto es Coatzacoalcos, ciudad costera --situada en el delta del río del mismo nombre y el Golfo de México-- que ha perdido vestigios de una antañona cultura marítima.
Y es que, generaciones ha, el mar presidía la vida local y, diríase, regional. Había un folclore, sustentado sobre la interacción de los habitantes con el mar, el río y la laguna.
Y como Coatzacoalcos, muchas otras entes demográficas del Golfo, el Caribe, el Pacífico y el Mar de Cortés carecen de cultura marítima. El mar está allí mas no es parte de ellos.
Sin embargo, en Coatzacoalcos se celebra por estos días un Encuentro Internacional del Mar, en el que no se manifiestan, por motivos obvios, expresiones de cultura marítima.
Y es que para muchos, la cultura marítima se define por el mero hecho de estar cerca del mar, mas no en éste, y el usufructo de los recursos que yacen bajo el lecho marino.
III
Pero puntualicemos acerca de la cultura. Esta es el acervo acumulado y, sobre todo, articulado, de la transformación de la naturaleza por el hombre en su desarrollo histórico.
La cultura es el conjunto de los productos de la actividad social del hombre, desde alimentos y enseres hasta piezas de arte, obras literarias y filosóficas e incluso periodísticas.
Esto nos lleva a la cultura marítima. En México, el hombre no ha modificado para un uso social pleno las partes de la naturaleza que se representan en mares y océanos.
Sin embargo, como se observa bien en Coatzacoalcos, existe una cultura de la destrucción de partes del entorno oceánico, fluvial y lacustre. Esa cultura destructiva sí existe.
Esto último nos indica que la cultura es el nivel históricamente determinado de desarrollo de una sociedad y de las fuerzas y capacidades creadoras del hombre.
Es el conjunto de los modos de vivir y de pensar cultivados, civilizados, pulimentados a los que en la sociología alemana se le suele dar el nombre de civilización.
La carencia de cultura marítima --o, a fuer de precisión, contracultura-- nos demuestra la inviabilidad del modelo socioeconómico y político. País rico habitado por pobres.
ffernandezp@prodghigy.net.mx
Glosario:
Beligerante: dicho de una nación, de una potencia, etc.: que están en guerra.
Lacustre: perteneciente o relativo a los lagos.
Pulimentados: alisados, tersos o lustrados.
Usufructo: derecho a disfrutar bienes ajenos con la obligación de conservarlos, salvo que la ley autorice otra cosa.