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Oaxaca: La Matanza (3/3)

Fausto Fernández Ponte


I

Al funcionario de la secretaría del despacho de Gobernación que accedió a la charla confindencial --sin identificarlo-- se le preguntó:

¿No hubiese sido mejor, más práctico y más lógico y de sentido común acceder a las demandas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca que reprimir a ésta violentamente?

En su amplio despacho, el funcionario --acababa de ser designado-- en esta interloución informal y off the record y sin atribuirle opinión alguna, meditó la respuesta

"No trato de justificar al señor (Carlos) Abascal ni mucho menos al señor (Francisco) Ramírez Acuña, pero las demandas de la APPO eran, son todavía irrazonables"

--¿No piensa usted que esa opción --la de reprimir a la APPO violentamente-- tiene ya un costo alto para el Gobierno, para el Presidente Felipe Calderón y para el país mismo?

Otra vez meditó su respuesta este panista prominente.

"Bueno", dijo, "toda acción coactiva, de cumplimiento de la ley, implica un costo político, pero a la larga ese costo se revierte y desaparece. Se trata de hacer cumplir la ley".

"Más pronto que tarde", agregó, "se verá que esa fue la acción correcta, pues se cortó de tajo, a mi entender, un brote de desestabilización que pudo haber cundido".

--¿Cundido? ¿Extendido a todo el país?

"Sí. Cundido a todo el país. Se hacían asambleas de la APPO y otras organizaciones de izquierda en varios estados.

II

El funcionario menciona que esas asambleas se realizaban en Veracruz, en Puebla, en Guerrero, Chiapas, Tabasco, organizadas desde Oaxaca y el gobierno del Distrito Federal.

--¿De verdad se piensa en el Gobierno que había --o que hay-- un propósito de desestabilizar al país y que el Gobierno del DF participaba en esa supuesta desestabilización?

"No es tan supuesta, sino real. Por eso, las negociaciones de don Carlos (Abascal) con la APPO no llevaban a ningún lado. Los oaxaqueños no querían realmente negociar..."

--¿Qué querían, en su opiniòn?

"Ganar tiempo, engañar al gobierno, para extender sus hilos. También hicieron asambleas en Baja California y viajaron a Estados Unidos para hacer proselitismo".

--De todos modos, ¿no es preferible acceder a sus demandas en vez de matar a 20 oaxaqueños, herir a 370 y encarcelar a 349 y causar tanta ruptura del tejido social oaxaqueño?

Una vez más, el funcionario ponderó la pregunta:

"Bueno, eso del tejido social roto está por verse... No es nuestra forma de ver las cosas. Ya hay tranquilidad social y polìtica en Oaxaca y todo vuleve a la normalidad".

--¿Cree el Gobierno que ese problema ya se resolvió?

"Por supuesto. Vamos ahora a otro capítulo. Este Gobierno tiene pendientes muy importantes, muy grandes, y ésto nos habrìa impedido concentrarnos en la tarea por delante".

III

--¿No cree el Gobierno que el descontento social en Oaxaca puede volver a brotar o manifestarse en otros estados?

"No. La situación está bajo control. Se evitó oportunamente que el problema se hiciera inmanejable, que cundiera. El Gobierno mostró mucha tolerancia hasta que...

"... hasta que ya no se podía más. Se confirmó que el propósito de la APPO no era el que argumentaba, sino otro. Era prácticamente un golpe al Gobierno...

"Era muy obvio. Pero también hay información privilegiada de que se buscaba y se busca todavía desestabilizar al país, al Gobierno del señor Presidente Calderón y al Estado".

--Pero, le insisto, ¿no se ponderó la otra opción, la de acceder a las demandas de la APPO?

"Sí, desde luego. Según me han informado hace días, cuando llegué a este puesto, las demandas de la APPO eran cada vez mayores y más urgentes. La APPO no transigía. No cedía...

"¿Qué nos indicaba esa actiutud? Que en realidad querían desestabilizar, derrocar al Gobierno mediante ese conflicto. El Gobierno lo entendió como un intento de golpe de Estado".

--¿Golpe de Estado?

"Golpe de Estado. No hay duda para nadie que la APPO buscaba que sus demandas mínimas no fueran satisfechas, sino tomar el poder, primero el estatal, luego el federal.

Glosario:

Transigía: relativo a transigir. Referido a algo que no se cree justo, razonable o verdadero, aceptarlo o consentirlo para poner fin a una discusión.






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Oaxaca: La Matanza (1/3)

Fausto Fernández Ponte



I

La Matanza de Oaxaca --20 muertos, 370 heridos y 349 detenidos-- ocurrida hace un mes, es la consecuencia de la lógica aberrante del poder formal en México.

Esa lógica del poder antójase aberrante porque deviene dialécticamente de premisas equívocas, si no es que francamente falcas y falaces en extremo y sofisteras.

Antes de proseguir con ese tema de la lógica aberrante que inspira la actuación del poder formal aquí no huelga definir este último concepto (el de poder formal).

Señálese que por poder formal entendemos al Estado mexicano mismo y el gobierno --que preside Felipe Calderón-- que lo representa, así como a ciertos poderes fácticos.

Tales poderes fácticos son los monopolios mexicanos, las trasnacionales estadunidenses y españolas, la religión organizada, el ex Presidente Carlos Salinas, entre otros.

Los poderes fácticos dominan de tal guisa y con profundidad al Estado que éste se ha convertido, para todos los efectos prácticos, en una plutocracia.

Esa plutocracia es rapaz, voraz e insaciable, dedicada cínicamente a usar el Estado para servir cínicamente intereses de los ricos y pudientes de México.

El cinismo de esa plutocracia se sustenta sobre un entramado jurídico de impunidad cómplice que rebasa el sentido constitucional de los contrapesos.

II

Esa condición plutócrata del poder formal nutre las premisas que devienen en silogismo y, ergo, en la lógica que determina su actuación y conducta frente al pueblo.

Quizá esta noción no exista en la conciencia de los personeros del poder, desde el propio Presidente Calderón hasta el más humilde de sus afines en la alta burocracia.

Ello, empero, no desestima la prevalecencia determinante de esa noción en el comportamiento de los personeros del Estado y el gobierno, independientemente de su jerarquía.

La lógica del poder formal calderonista registra, identifica, define y explica las movilizaciones como aviesas, consecuencia de una perversa manipulación de terceros.

Esos prismas tan estrechos le impiden al Estado y al gobierno cotejar objetivamente los componentes de la realidad dentro de la cual ocurren las movilizaciones sociales.

Reitérese que, ante eso, el cotejo objetivo es virtualmente imposible. Esa cosmovisión conduce a una exégesis distorsionada y, por lo mismo, monstruosa.

Este proceso de registro, identificación, definición y explicación de los fenómenos sociales --como las movilizaciones de descontento-- es patéticamente simplista.

Peligrosamente simplista, añadiríamos. ¿Por qué? Porque reduce la realidad social y política a una interpretación maniquea. El Estado y el Gobierno son los buenos.

III

Y el pueblo es el malo --en particular aquellos ciudadanos que, organizados y altamente motivados, expresan públicamente y por la vía pacífica su descontento, como es su derecho.

Son los malos. Y, luego entonces, son el enemigo. Ello induce al Estado y al Gobierno a suponer a los malos, sin confirmarlo, que las razones de este "enemigo" son falsas.

El enemigo, pues, es el pueblo. Y este pueblo no tiene motivos, según esa lógica, para no quejarse, para no estar descontento, para no demandar cambios en el statu quo.

Al registrar al pueblo como enemigo, el Estado y el Gobierno acentúan su intolerancia e intensifican sus prácticas de control social, como por ejemplo el mediático.

Esa percepción que el Estado y el Gobierno tiene en el calderonismo --de hecho, existe desde el salinato y los sexenios de Ernesto Zedillo y Vicente Fox-- es una de guerra.

¿Guerra? "Sí, nos hacen la guerra", nos dijo hace unas horas un prominente funcionario de la secretaría del despacho de Gobernación. "Nos quieren derrocar, destruirnos".

Ese funcionario --que no nos habría dicho lo que dijo de no haberle garantizado el anonimato y la confidencialidad-- abundó: Es una guerra a muerte. Son ellos o nosotros".

¿Y quiénes son ellos? La pregunta tuvo respuesta digna de análisis psiquiátrico: "Los enemigos". Y una precisión del funcionario: "Los agitadores, los perredistas, El Peje".

Glosario:

Falca: Defecto de una tabla o madero que les impide ser perfectamente lisos o rectos.

Silogismo: Argumento que consta de tres proposiciones, la última de las cuales se deduce necesariamente de las otras dos.








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Navidad

Fausto Fernández Ponte





I

La Navidad --la natividad de Jesús, según la tradición judeocristiana-- ha devenido hoy en una distorsión asaz aberrante de su vero sentido: La búsqueda de justicia social.

Esa búsqueda es eterna. Y, a la luz de la realidad social en el planeta, tan lacerante, esa búsqueda adquiere una trascendencia insoslayable que le otorga vigencia acusada.

La realidad social en el mundo tiene contrastes espectaculares y, por lo mismo, dramáticos: Los extremos de pobreza --miseria-- de los más y la opulencia de los menos.

La injusticia social preside la vida de países altamente desarrollados --bajo economías de capital, mercado y consumo-- y los de acusado atraso y subdesarrollo general.

La población del mundo vive en esa dicotomía brutalmente cruel. Más de un tercio del total de habitantes subsiste con un dólar al día; otro tanto, con sólo dos dólares.

A la población del planeta la estrujan la desigualdad social, la iniquidad en el ejercico del poder en todas sus modalidades y la ausencia de una solidaridad social.

Y la distorsión de la Navidad consiste en el empleo artificioso, ritualístico, de sofismas y falacias que disfrazan, si no es que ocultan, una realidad truculenta:

A quien se venera verdaderamnente no es a Jesús ni a sus emblemas y símbolos icónicos, sino al dinero y lo que éste representa. Se venera no la humildad, sino la soberbia.

II

El dinero es, pues, el dios. Es la entelequia suprema. Es el creador de bienestar material. Es el dador de felicidad artificial. La deidad máxima. Nuevo becerro de oro.


Pero un becerro de oro bajo guisa divina. Hoy, a la Navidad se le asocia con expresiones de paganismo con una pátina de falsa religiosidad y espurio recogimiento.

Se le asocia, en igual medida, con el consumismo y, por ende, con el mercado. Jesús se ha convertido en un producto vendible, apreciado con arreglo a las fuerzas del mercado.

Cierto. Jesús, quien como ser histórico tiene atributos que el cristianismo organizado desecha, rechaza o combate con saña porque defendió a los pobres, tiene un precio.

Como ser mitológico --el del cristianismo organizado como poder político y gran negocio--, Jesús está del lado del conservadurismo, el capital y la ganancia inmoral.

Son dos entes --dos Jesuses-- situados en las antípodas: Uno, el Jesús que habla con el Papa Ratzinger, el ex nazi. Y otro, un Jesús que no necesita intermediarios humanos.

Ambos fueron ejecutados. El Jesús de Ratzinger fue muerto por un determinismo religioso, supranatural. El Jesús de los pobres fue ejecutado por imperativos políticos.

Este último es el Jesús símbolo de la búsqueda de la justicia social, entendida éste como la organización de la sociedad según criterios equitativos.

Esos criterios se aplicarían en la distribución de bienes y de lo que éstos producen, de modo que todos los miembros de la sociedad tengan acceso a ellos.


III

Señálese que la justicia social no surgió espontáneamente del entramado de las relaciones de producción y no pertenece a ningún tipo de filantropía ni paternalismo caritativo.

Estos últimos valores --la filantropía y el paternalismo-- son la subyacencia teleológica de la celebración de la Navidad. Los Reyes Magos y Santaclós tienen esa connotación.

En esta aberración actual de la efeméride convergen intereses ajenos a los del sentido de búsqueda de la justicia social. Esos intereses son los que siguen:

1) Los del propio cristianismo organizado corporativamente, representado por la miríada de iglesias cristianas (católica, protestantes, ortodoxas, etcétera)

2) Los grandes consorcios trasnacionales del comercio y la intermediación mercantil, financiera y bancaria que conforman lo que entiéndese como el poder real, el del dinero.

3) Ese poder real --el del dinero-- utiliza la religión organizada (ésta suele ser también parte de aquél) como medio de control social e induce conductas colectivas.

En México, la celebración exhibe esos componentes ideológicos. La aculturación estadunidense --los valores del protestatismo-- coexiste comercialmente con el catolicismo.

Y en esa coexistencia del pesebre con el árbol cubierto de nieve --Reyes Magos y Santaclós-- las formas ocultas de la propaganda del capital asoman sus babeantes fauces.


Glosario:

Aculturación: Adopción opr parte de un grupo humano de los elementos culturales de otro, de forma que desaparecen las costumbres originales esenciales.

Espurio: Falso, adulterado o no auténtico.

Filantropía: Amor al género humano.




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Diputados


Fausto Fernández Ponte




I

Para no pocos mexicanos --diríase sin exagerar que la inmensa mayoría de ciudadanos-- los diputados federales y, por ende, la Cámara, no representan sus intereses.


Esos millones de mexicanos parecen persuadidos --según lo indica encuesta tras encuesta-- de que los diputados no saben siquiera cuáles son los intereses de los ciudadanos.
Otra percepción muy arraigada en la ciudadanía es la de que los diputados sólo se representan a sí mismos y sirven por tanto, a intereses personales o de facción partidista.


El explicaría, a nuestro ver, la pésima opinión que la sociedad tiene de los diputados. Se les considera parásitos, por inútiles, y abusivos de sus gajes y privilegios.


Y, en efecto, así es. La percepción generalizada se sustenta sobre el comportamiento de la Cámara, desde luego, y de sus miembros. Una diputación equivale a una sinecura.


Los diputados, predeciblemente, han contribuido con su conducta como cuerpo colegiado en no magra manera a crear esa imagen, a perpetuarla y acentuarla en la ciudadanía.


También han contribuido en lo individual a alimentar esa imagen. Cada Legislatura ha tenido personajes emblemáticos de esa percepción. La LX Legislatura no es la excepción.


Cabría recordar a personajes del pasado reciente como Félix Salgado Macedonio, así como al motejado Pancho Cachondo por su asiduidad a los clubes de table dance.


II


En la actual Legislatura, un personaje pintoresco parece ocupar ese nicho del parasitismo, el abuso de prebendas y su inutilidad. Trátase de Andrés Bermúdez, el Rey del Tomate.


Subráyese que este individuo es diputado por el Partido (de) Acción Nacional, aunque ya militó en el de la Revolución Democrática y el Revolucionario Institucional.


Y también subráyese que el Rey del Tomate --el mote le viene porque hizo fortuna en el comercio del tomate en Estados Unidos-- es, por añadidura, perezoso como legislador.


Don Andrés --obeso, agresivo y enojón-- preside una comisión legislativa que, a la fecha, no ha iniciado actividad. Su pereza es proverbial.


A esa pereza suma el diputado Bermúdez otro atributo: se le sospecha de la comisión presunta de ciertas actividades lucrativas a costa de migrantes zacatecanos.


Pero olvidémosnos de este patético personaje y tratemos otro aspecto del tema, el de la actuación egoísta y abusiva de la Cámara como órgano del Poder Legislativo.


Una de las primeras decisiones de la Cámara fue la de aumentar el monto de las dietas a los diputados, seguida por otra, la de un incremento de gastos médicos mayores.


Esos privilegios son exagerados. En la legislatura anterior, la LIX, Francisco Barrio optó por atenderse a altísimo costo un mal cardiaco en EU y no en el IMSS.


III


La atención médica fue pagada con cargo a la Cámara. Y cuando se le preguntó al señor Barrio por qué se operó en EU y no en el IMSS, contestó: "Porque soy diputado".


La respuesta implicaba que el Instituto Mexicano del Seguro Social es para los mexicanos rasos, sin fuero ni privilegios cuyos intereses el señor Barrio representaba.


Mas olvidémosnos también del señor Barrio, como lo hicimos con los señores Salgado, Pancho Cachondo y el Rey del Tomate. No merecen siquiera un segundo de nuestro pensamiento.


A las primeras actuaciones de la actual Legislatura --las de aumentarse dietas y gastos médicos-- se han acumulado otras de igual vena equívoca y abusiva y lesivas al pueblo.


Las actuaciones de la Cámara erróneas y dañinas al interés de sus representados se emblematizan en la aprobación de las leyes relativas a los ingresos y egresos del Estado.


Casos en punto son los de la aprobación de los presupuestos en materia de educación elemental, media y superior, cultura, ciencia y tecnología.


Esa aprobación denota, por un lado, desinterés e indiferencia de los diputados en defender los acervos populares que, en lo formal y constitucional, representan.


Y, por otro lado, desconocimiento de la realidad socioeconómica de sus distritos electorales y los habitantes de éstos. El impuesto a los refrescos evidencia ello.


Glosario:


Sinecura: Empleo o cargo retribuido que ocasiona muy poco trabajo.








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Retos a Calderón

Fausto Fernández Ponte



I

A casi un mes de gestión, el Presidente de la República Felipe Calderón --a quien millones de sus conciudadanos consideran espurio-- nos ha anticipado cómo será su sexenio.

Y ese anticipo es barrunto de un presidencialado excluyente, opuesto, pensaríase, al discurso calderonista de búsqueda de la unidad entre todos los mexicanos.

Para empezar, las designaciones de don Felipe y de sus secretarios de despacho han sido lentas y rigurosas ya que se aplican, precisamente, criterios que excluyen a muchos.

El criterio central que aplícase en las designaciones es la de que los recipiendarios deben reunir ciertas cualidades que no son, cierto es, los de aptitud profesional y política.

Así parece. El primero de los criterios aplicados es el de que los designados (o aspirantes a serlo) tengan contactos personales con personas de la cultura del conservadurismo.

Empero, por encima de los buenos contactos y relaciones personales de los designados actuales o potenciales el segundo filtro es estrictamente ideológico.

Ese tamiz es estrecho. Alguien bien recomendado o con amistad con algún personaje en la cultura del conservadurismo es rechazado si se sospecha de infidelidad ideológica.

La sospecha tiene efecto decisivo, aun en casos de que aquella sea leve e infundada. Pero el prejuicio ideológico es incuestionable pues se le registra como valor infalible.


II


Por supuesto, sábese de casos documentados de personas con sensibilidad de izquierda o, incluso, del centro en el espectro ideológico, que han sido designados funcionarios.

Pero, hasta ahora, son las menos. Muchos puestos de importancia orgánica y trascendencia operativa en el Poder Ejecutivo han sido ocupados por priístas o de otros partidos.

Mas ello no es la generalidad ni la regla, sino la excepción. Muchos priístas e incluso perredistas y de otros partidos han exhibido un notable talento para el oportunismo.

Y mostrado, también, virtuosismo para la conveniencia y el reacomodo, la incongruencia y la adaptación ideológica y político. Alguien identificaría el fenómeno socarronamente.

Y esa socarronería se traduciría en una definición zumbona, la de que el fenómeno es una modalidad de darwinismo, aunque en rigor teleológico no lo sea.

Sin duda. Pero ese darwinismo --la teoría de que sólo sobrevie el más apto-- tiene, en realidad, otros móviles, uno de los cuales es el terrible desempleo en México.

Ese desempleo --ya lo sabría usted, caro leyente-- es la secuela de un dramático proceso de desgaste de las instituciones de la estructura y la superestructura sociales.

Otro móvil es, desde luego, el de la cercanía al poder formal o lo que ello representa y emblematiza en el contexto de los valores del pretencioso clasismo social en México.


III


Los desenlaces electorales --limpios o sucios, amañados o no-- han engrosado las filas de muchos políticos mayores, medianos y mayores añorantes del antaño priísta.

Y no son pocos esos políticos de la nostalgia tricolor que han descubierto su vocación vera: la de poseer un espinazo aceitadísimo, indispensable para ser acomodaticios.

Acomodaticios aunque, como sábese bien, viven en la constante inconformidad que les representa someterse a las humillaciones de un servilismo ideológico y político.

Muchos de esos políticos no necesitan el salario, pues la corrupción en el priísmo los hizo ricos. Lo que necesitan es, como autoestima, ser parte del aparato del poder.

En muchos casos trátase de césares --o cesaritos-- de escritorio, como los calificaba con finísima ironía y precisión el llorado Ricardo Garibay.

Esos cesaritos --priístas, perredistas, elbistas, niñoverdistas, etcétera-- hallan un nicho favorable en el entorno gubernamental calderonista.

Ese nicho es, por un lado, de soberbia extrema, rayana ésta en la prepotencia y la insensibilidad política y social y el privilegio del empleo del garrote y la censura.

El garrote, reiteraríase, ha sido en estos 21 días de gobierno, el enser estratégico de la tarea de Estado. Como en los mejores días del priísmo genocida hoy tan desacreditado.


Glosario:

Enser: Herramienta.

Garibay, Ricardo: Escritor mexicano (1923-1999), autor de Diálogos Mexicanos.

Tamiz: Examinarlo o seleccionarlo concienciudamente.

Teleológico: De teleología, doctrina de las causas finales.


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La Otra Vía


Fausto Fernández Ponte



I

No ha muchos días, se reunieron los representantes de las organizaciones insurgentes de México, incluyendo las armadas y en lucha guerrillera declarada contra el poder formal.

Hágase la salvedad de que el poder formal es el Estado mexicano y el gobierno sexenal que lo representa, así como los poderes fácticos que dominan a aquél.

¿Motivo de ese cónclave? Examinar las opciones reales, objetivamente discernidas, que existen en nuestro país para lograr un cambio cualitativo.

Y ese cambio cualitativo sólo es posible, según se desprende del análisis de las organizaciones insurgentes, mediante la toma del poder formal y destruir los fácticos.

Tamaña tarea, desde luego, es la de tomar el poder en México, desplazado al Estado mexicano y a su emblemático gobierno y, desde luego, a los poderes fácticos.

Empero, si bien la tarea es ciclópea, no antójase imposible, como lo muestra no sin elocuencia la propia Historia de los movimientos sociales y políticos.

Caso en punto, insoslayablemente, el de Cuba. Es, añadiríase, un caso de libro de texto: Un grupo de rebeldes, encabezados por Fidel Castro, tomó el poder en 1959.

Pero los revolucionarios cubanos no tomaron el poder sólo mediante el empleo estratégico --guerrillero-- de las armas, sino con el concurso de otros factores y vectores.


II


Como bien sabríase, algunos de esos agentes son históricos; es decir, tienen que ver con la historia misma de las luchas del heroico pueblo cubano.

Hasta 1956, esas luchas habían sido incensantes, en un contexto sociopolítico y socioeconómico que se convirtió, por su naturaleza contradictoria, en móvil revolucionario en sí.

Y es que el contexto que exhibe claras peculiaridades de opresión --cualesquiera que sean sus modalidades y su gradación-- es un motivador poderoso.

Esto nos lleva a los factores y vectores de los procesos revolucionarios. En el caso de Cuba, esos agentes tenían un denominador común: el anhelo popular de cambio de régimen.

En efecto. Cuando los revolucionarios del Granma arribaron a Los Cayuelos para iniciar en la Sierra Maestra una lucha armada que duró tres años, tuvieron el apoyo popular.

El país estaba bajo las garras de una brutal dictadura militar --la de Fulgencio Batista-- que actuaba en la práctica como un protectorado de Estados Unidos.

Ese contexto de protectorado tanto de facto como formal -- no olvidemos la Enmienda Platt-- tenía por característica una cínica corrupción en el ejercicio del poder.

Cuba, pues, no era de los cubanos. La economía estaba dominada por intereses privados estadunidenses, incluyendo los del crimen organizado. La gente vivía en la pobreza.


III


En realidad, cuando el señor Castro irrumpió en escena desempeñó un papel de catalizador --desde el asalto al Cuartel Moncada, antes del Granma-- de anhelos populares.

El contexto del pueblo cubano era de terrible desigualdad económica e injusticia social y grave iniquidad del poder, ejercido por EU, el crimen organizado y la élite local.

Esas condiciones le dieron coherencia histórica y realista a la lucha armada en Cuba. El pueblo cubano no podía acceder al poder ni convertirse en gobierno por la vía electoral.

En México, el contexto socioeconómico y sopciopolítico convergen, sin comparar, por supuesto, las condiciones prevalecientes en Cuba hace 50 años, en un punto nodal.

Ese punto nodal es el de las condiciones socioeconómicas, sociopolíticas y culturales, así como las del entorno físico --el geográfico-- y la correlación de fuerzas armadas.

Los representantes de las organizaciones insurgentes de México concluyeron, al parecer, que la vía electoral es virtualmente inexistente para alcanzar el poder.

También concluyeron que, aparentemente, la vía armada no ofrece condiciones favorables a su desarrollo. ¿Qué opciones existen, pues, para tomar el poder y el cambio?

Las organizaciones insurgentes ponderaron una vía ya en uso: La movilización social. El poder de la calle. En paz -- sin violar la ley--. Esa es la otra vía revolucionaria.

Glosario:

Cónclave: Junta o reunión de personas que se reúnen para tratar algún asunto.

Nodal: Perteneciente o relativo al nodo. Cada uno de los dos puntos opuestos en que la órbita de un astro corta la Eclíptica.




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Ateneo de Cosoleacaque


Fausto Fernández Ponte




I

Como es ya costumbre establecida desde hace tiempo, el celebrado Ateneo de Cosoleacaque pondera los méritos y deméritos de aquellos mexicanos más destacados en el año.


El Ateneo --es decir, sus consejeros-- ponderan cientos, si no es que miles, de propuestas, para otorgar el título de Mexicano/Mexicana del Año. El título es moral y simbólico.


Las propuestas son enviadas por correo o paquetería desde todos los puntos cardinales de México a Ateneo de Coloseacaque, domicilio conocido, Cosoleacaque, Ver.


La dirección en Internet del Ateneo es ateneodecosoleacaque@yahoo.com.mx o, bien, a este escribidor, secretario auxiliar de la institución.


La ponderación no se sujeta a métodos propios de la cultura de la premiación con arreglo a convencionalismos de la cultura del reconocimiento interesado.


Esa cultura se sustenta sobre una base sobrentendida de halagos mutuos: "Tú me premias, yo te premio". O "yo te doy un premio porque me conviene halagarte". No es el caso.


Como sabríalo bien el caro leyente, el Ateneo otorga reconocimientos a aquellas personas cuyo quehacer social haya sido traacendente en el lapso anual.


Los criterios desarrollados y aplicados por el Ateneo para discernir lo trascendente del quehacer de alguien tienen por punto de partida la medición del alcance de dicho quehacer.


II


Ese alcance tiene que ser, inexorablemente, social. Es decir, que impacte de alguna manera cualitativa y/o cuantitativamente a la sociedad o a un segmento de ésta.


El impacto bien pudiere ser político o económico o cultural, científico o tecnológico, pero que se manifieste en el contexto de las luchas históricas del pueblo de México.


O, por mejor decirlo, que contribuya de alguna manera, trasversalmente sobre todo, a impulsar los procesos de desarrollo histórico del mexicano como ser social.


O, como lo dice el propio presidente emérito y mecenas del Ateneo, el sabio don Yoyo, obras que influyan decisivamente en los procesos de evolución social del mexicano.


O, como lo dice el secretario perpetuo del Ateneo, el no menos sabio don Protasio, prodigalísimo en aforismos tan agudos que le han merecido el título del Filósofo de Pajapan.


Señálese a título reiterativo y sin incurrir en soberbia geográfica que Pajapan es el nombre de un municipio veracruzano inserto en la tierra vera de los olmecas.


Los olmecas, como ya es sabido, son los popolucas de hoy, de modo que don protasio es descendiente en el continuum histórico de esa civilización misteriosa e ignota.


Y la lengua de los popolucas bien pudiere ser el idioma ancestral de los llamados hombres del hule, aunque las opiniones de sapientes lingüistas y antropólogos difieren.


III


El idioma popoluca, predeciblemente, ha evolucionado, habiendo recibido aportaciones del nahuatl e incluso del chontal --en Tabasco-- y el totonaca.


Adviértese en el popoluca cierta influencia proveniente de la tierra de Castilla la añeja --hoy Castilla-La Mancha y Castilla y León-- crisol del castellano actual.


Los olmecas, cuyos vestigios arqueológicos y culturales tienen tres mil años de antigüedad, habían desarrollado una civilización, como lo confirma el hallazgo de El Cascajal.


Ese hallazgo demuestra que los olmecas habían inventado escritura y, como también lo confirman ciertas evidencias en Texistepec, Ver., un complejo sistema de irrigación agrícola.


¿Y don Yoyo? Nuestro personaje es señero en esa región. Dedicado al comercio y a la ganadería y agricultura, sirve a su pueblo con ahinco y ha ganado el respeto de muchos.


Cabría decir sin exagerar que todos en Cosoleacaque y más allá en la rugosa región sureste --que asómase al Golfo de México-- de los volcanes de Santa Martha y San Martín.


Dígase que Cosoleacaque es el punto neurálgico de esa región, no obstante que existen ciudades como Coatzacoalcos, Minatitlán o Acayucan. Su cultura es ancestral. Propia.


Desde hoy, los consejeros del Ateneo --don Yoyo, el Filósofo de Pajapan y este escribidor tienen también ese carácter-- ponderan con solemnidad propuestas.
Glosario:
Crisol: Cavidad que en la parte inferior de los hornos sirve para recibir el metal fundido.
El Cascajal: Bloque de tamaño tabloide con escritura olmeca, hallado recientemente en Veracruz y cuya antigüedad se calcula en unos tres mil años.
Ignota: No conocido ni descubierto.

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Gutiérrez Vivó, Otra Vez


Fausto Fernández Ponte




I

Decíamos aquí, el fin de semana pasado, caro leyente, que las amenazas a un difusor y/o divulgador o periodista son amenazas a todos quienes ejercemos ese oficio.

Decíamos, en igual vena, que las amenazas de allegados al Presidente Felipe Calderón al periodista y empresario de difusión José Gutiérrez Vivó es una amenaza a todos.

Esos personeros del Poder no sólo son aquellos instalados en las estructuras y superestructuras del estado y del gobierno, sino en el andamiaje del sector privado.

También decíamos que una amenaza del poder formal o fáctico a un periodista o a los periodistas es una amenaza a la sociedad mexicana misma dado el papel central de la difusión.

Así lo sienten los difusores, divulgadores y periodistas propiamente. Una amenaza del poder formal y fáctico a uno es una amenaza a todos los demás. Esto tiene su razón de ser.

Hagamos una salvedad: Al referirnos a difusores y divulgadores aludimos a quienes participan en el proceso de difundir y divulgar y no a los dueños de medios de difusión.

La excepción sería en los casos que, como el del señor Gutiérrez Vivó, los dueños de los medios difusores participan en el proceso de difundir y divulgar periódicamente.

Y al hacerlo periódicamente, esos difusores y divulgadores son periodistas. Periodista es el que difunde y divulga periódicamente hechos, sucedidos, juicios de valor e ideas.

II

No se trata sólo de solidaridad gremial, sino de una actitud práctica orientada a cerrar filas en torno a los profesionales de esta ocupación tan azarosa.

Y es que la amenaza al señor Gutiérrez Vivó va dirigida, a nuestro ver, a todos aquellos que difunden y divulgan periódicamente hechos y sucedidos y juicios de valor e ideas.


Nuestra percepción de este episodio tiene sus premisas:

1) El colega Gutiérrez Vivó nunca ha sido particularmente crítico de la forma cómo se ejerce el poder en México ni de los hombres y las mujeres que han ejercido éste.

2) De hecho, en los círculos del poder en los últimos cuatro sexenios --incluido el de Vicente Fox-- jamás se le consideró crítico, sino lo opuesto: Acrítico.

3) En los últimos dos años, en el entorno del señor Fox y del actual Presidente se le registró como "inclinado" y "simpatizante" de Andrés Manuel López Obrador.

4) Empero, esa inclinación y simpatía de don José hacia el señor López Obrador no se traducía en crítica profunda --de tesis-- al foxismo o al calderonismo.

Ante eso, ¿por qué entonces el poder formal --el que emblematiza el señor Calderón-- amenaza a alguien como el colega Gutiérrez Vivó, informándole que está castigado?

¿Castigado a priori? ¿Castigado antes de cometer la falta que suponemos es la de incurrir en críticas al poder?

III

Esas apreciaciones nos sugieren que, en realidad, la amenaza al señor Gutiérrez Vivó no iban dirigidas a él, sino a otros difusores, divulgados o periodistas.

Tal sería, al parecer, el silogismo resultante de la comcatenación de las premisas elucidadas. Los verdaderos destinatarios son los periodistas realmente críticos.

Y, por añadidura, demoledores en su crítica, no sólo por la lucidez y hondura de sus tesis y argumentos, sino por su alcance dada la amplitud de su lectorado o audiencia.

¿Por qué escogieron los calderonistas al señor Gutiérrez Vivó como objeto de una amenaza dirigida en realidad a los verdaderamente críticos de cómo ejerce el poder don Felipe?

Respuesta: Precisamente por la notoriedad de don José y el amplio alcance de sus periódicos por radio, superior al que tiene el diario impreso de su propiedad, Monitor.

En un sentido más trascendente, las amenazas a los periodistas son amenazas a la sociedad misma, sobre todo en una como la nuestra, definida por su composición clasista.

Hoy, esa composición registra traslapes dramáticos. Las clases sociales han sufrido reacomodos: las medias se han proletarizado: Las proletarias han caído en pobreza.

En nuestra sociedad,las clases están en pugna constante, mas tiene corta conciencia, como tal, de su meollo clasista. Las causas de ello yace en los vectores del atraso social.
Glosario:
Concatenación: Unión o enlace.
Silogismo: Razonamiento. Argumento que consta de tres proposiciones, la última de las cuales se deduce de las otas dos.

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Futuro del PRI

Fausto Fernández Ponte




I

En la cultura del ejercicio del poder formal y fáctico en México, el Partido Revolucionario Institucional gobernó 70 años. Y que, además, gobernó como dictadura revolucionaria.


Ambas naciones son falsas. Empero, en el discurso y la retórica y, obviamente, en la propaganda e incluso en las acciones de política se insiste en esas falacias.


¿Por qué son falacias? Porque el PRI fue fundado en 1946 con un afán de refundación para borrar su filosofía y, ergo, su ideología y, desde luego, premisas de su quehacer.


Ante esos datos duros, el PRI gobernó bajo sus siglas desde 1946 a 2000; es decir, medio siglo, no siete décadas. Pero ideológicamente continúa gobernando bajo otra sigla.


El PRI nació bajo la simulación de una hilación ininterrumpida --un continuum-- por singladura nueva, hacia la derecha en el espectro de las cosmovisiones mexicanas.


Así, esa simulación filosófica, ideológica y política disfrazó, mediante una combinación cínica y grotesca de gatopardismo y camaleonismo, se extendió hasta el 2000.


Se simuló, por ejemplo, que el PRI había devenido del Partido de la Revolución Mexicana, creado, a su vez, por Lázaro Cárdenas en 1938, para sustituir a otro.


Y ese otro fue el Partido Nacional Revolucionario, fundado por Plutarco Elías Calles con el propósito de aglutinar bajo una misma bóveda a las diferentes facciones.


II

Fue el entonces Presidente Miguel Alemán Valdés quien dispuso la fundación del PRI, el cual suele referirse en efemérides cada vez más deslucidas, a su génesis en el antaño.


De esa guisa, el PRI usurpó el manto revolucionario que, según la subcultura del priísmo, le fue legada por Plutarco Elías Calles, icono de la Revolución Mexicana.


Así, para el PRI Calles fue su fundador, aunque no lo haya sido en estricto rigor filosófico, ideológico y político ni en términos de nomenclatura lo sea realmente.


El progenitor verdadero del PRI fue Alemán, no Calles. A este se le atribuye esa fundación por la dialéctica de la inferencia válida y conservar una pátina de revolucionarismo.


Esa fundación tuvo, sin duda, antecedentes: El presidencialado de Manuel Avila Camacho, predecesor de Alemán Valdés, quien sucedió a Cárdenas.


Esta descripción --que no deja de ser una exégesis de la historia-- nos conduce a la tesis de que con la creación del PRI la revolución se trueca en contrarrevolución.


Ello nos identifica un contraste macabro: La contrarrevolución fue diseñada, realizada --es decir, aplicada-- por los herederos de la revolución.


Y nos confirma un verismo histórico: Los hijos de los revolucionarios suelen ser contrarrevolucionarios. Alemán era hijo de un revolucionario, Miguel Alemán González.


III


Y el nieto de Alemán González e hijo de Alemán Valdés, cierto Miguel Alemán Velasco, es un icono banal e inútil de lo muy parásita alta burguesía mexicana.


Por ello, la transición --en realidad, sólo una transmisión-- del poder formal en 2000 fue tersa, precedida por un proceso electoral dominado por inducción artificiosa de la conducta cívica colectiva.


En efecto. Un Presidente de la derecha contrarrevolucionaria, Ernesto Zedillo, transfirió sin incidentes el poder a otro, Vicente Fox.


El señor Fox es, desde luego, de la derecha, mas no devino secuencialmente, como el señor Zedillo, de un capullo pseudorrevolucionario a uno contrarrevolucionario.


El señor Fox siempre fue un individuo opuesto a la Revolución Mexicana --canceló la celebración, cada 20 de noviembre, del inicio de ésta-- y al liberalismo mexicano.


Y no disfrazó ni ocultó su presidencialado bajo atuendos revolucionarios. Se mostró de derecha desde el primer día, aunque en su campaña usó un engañoso lenguaje progresista.


El PRI empezó a perder elecciones presidenciales en 1988 --aunque en 1982 se barruntaban esas derrotas-- pero su caída estrepitosa ocurrió en 2000.


Estos hechos cobran actualidad porque el PRI, tras el fiasco electoral el 2 de julio, renovará directiva, pero los aspirantes a presidirla son adalides de la contrarrevolución.



Glosario:


Barruntaban: Del verbo barruntar. Sospechar, presentir o prever por algún ligero indicio.
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La Espuriedad
Fausto Fernández Ponte



I
La espuriedad del presidencialado calderonista no deviene únicamente de la percepción generalizada de millones de mexicanos de que fue ungido mediante fraude electortal. No.
Esa espuriedad devendría también de que no recibió un mandato electoral amplio, sino sólo de un segmento de la ciudadanía, afín al estilo del candidato Felipe Calderón.
También derivaría esa espuriedad de las propias insuficiencias y deficiencias --éstas, colosales-- de la forma de organización política prevaleciente en México.
Esa organización es una forma --sólo una forma-- de democracia que cabría clasificar como electoral, no obstante los vicios de un entramado paraelectoral tan costoso.
Esta forma de democracia electoral lleva consigo --intrínsecamente-- un agente dominante de espuriedad y su sofistería tramposo disfraza su carácter avieso.
Así, esa forma de democracia electoral no produce un gobierno de todos. Por ello, el nuevo gobierno no es un gobierno de todos ni de la multitud ni de la mayoría.
Al no ser el nuevo gobierno uno conformado con arreglo a la noción democrática --gobierno del pueblo-- se observa que la espuriedad de nuestra forma de democracia es trasmisible.
En efecto. Los componentes de la definición de espuriedad de la forma de organización política --democracia electoral-- existente en México se trasmite a sus consecuencias.

II

Y las consecuencias son, a nuestro ver, las siguientes:
1) Al no ser un gobierno del pueblo --o el pueblo gobernándose a sí mismo--, sus personeros no se sienten obligados bajo el deber moral y ético de atender al interés popular.
2) Ello conforma la mística deontológica --valores y deberes morales y éticos-- de la actuación de los personeros del gobierno y la trueca por la del provecho personal.
3) A resultas, se crea un entorno y una cultura de impunidad --que deviene en cinismo-- que atiza el fuego de la corrupción. Esta crece exponencialmente.
4) Bajo esos vectores, los personeros del gobierno llevan a éste a privilegiar con su poder a los intereses de la corrupción y desprivilegiar los del pueblo.
5) El gobierno, al no ser del pueblo ni de mayoría no se siente obligado a servirle a uno o a otra. Por ello, los personeros ven al pueblo como un enemigo peligroso.
6) Esa subyacencia en la psique del gobierno --o el conjunto de sus personeros-- explica la soberbia e insensibilidad en la actuación gubernamental.
7) El ejercicio del poder del gobierno en México ha sido antidemocrático. El ejemplo más reciente lo conforman las primeras disposiciones del nuevo gobierno.
8) El pueblo --cuyos representantes federales más inmediatos son los diputados-- no tiene nada que ver en esas primeras disposiciones del nuevo gobierno.

III

Esas primeras disposiciones responden a prioridades políticas del interés personal--o de grupo y/o facción-- del Presidente. Esas disposiciones son de naturaleza coyuntural.
El nuevo gobierno no consultó siquiera con los representantes formales del pueblo --los diputados federales o los alcaldes-- esas primeras disposiciones.
Así, de esa guisa las prioridades del nuevo gobierno fueron discernidas y establecidas sin el concurso del pueblo, aunque no se muestran como parte de un diseño de políticas.
El actual Presidente de la República asume que sus medidas tienen una aprobación apriorística de todos los ciudadanos --los que votan-- y, por inferencia válida, del pueblo.
Menciónese que esas primeras disposiciones no fueron enunciadas por el Presidente cuando era candidato; de haberlo hecho habría recibido un número menor de votos al que obtuvo.
Pero el nuevo Presidente piensa que esas primeras disposiciones orientadas a la conveniencia política de su presidencialado recogen el sentir del pueblo.
¿Por qué piensa así? Porque fueron enunciadas con mayor amplitud y coherencia por Andrés Manuel López Obrador y supone que son propuestas que tienen aprobación popular.
No la tienen. Para obtener una aprobación apriorística de sus disposiciones y así despojarse de la pátina de espuriedad estructural, el nuevo gobierno tendría que ser uno del pueblo¿Es eso posible? Por supuesto que sí. Mas para ello habría que partir de un verismo histórico: Democracia es mucho más que forma de gobierno.
Y requiere construcción continua. Premisa

Glosario:
Sofistería: uso de raciocinios o argumentos aparentes con que se quiere defender o persuadir lo que es falso.

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Democracia, Otra vez
Fausto Fernández Ponte




I


¿Qué es una democracia? O por mejor plantear la pregunta, ¿qué define a una democracia? Esta interrogante nos lleva a otras: ¿Vivimos en una democracia? ¿Hay democracia en México?


O, si los mexicanos vivimos en una democracia, ¿es ésta verdadera y real o sólo una a medias o únicamente simulada? Si votamos, ¿somos por ello una democracia?


Antes de soltarle a los caros leyentes un opinión personal remitámosnos al origen de la palabra castellana democracia, la cual ha sido tomada del latín tardío democratia.


A su vez, el vocablo es la composición de dos voces griegas que significan pueblo y gobierno, el cual deviene de una superposición histórica de varias nociones.


Así, nos dice la historia, en la tradición aristotélica se esbozaron tres formas puras de gobierno: monarquía, aristocracia y democracia.


La democracia era, según esa tradición, el gobierno del pueblo o el gobierno de muchos, el gobierno de la multitud o, si traemos al plano de la utopía, el gobierno de todos.


Desde luego, esa noción es inaplicable hoy. Ningún gobierno en el mundo es de todos, aunque sí lo sea de una mayoría del pueblo o de muchos o de una multitud.


Empero, la realidad sociopolítica nos demuestra una y otra vez que son muy pocos los gobiernos surgidos de una gran mayoría incontrastable e insoslayable. Caso en punto: México.


II


En efecto, el gobierno de México --el que preside Felipe Calderón-- es uno de minoría muy minoría, lo cual socava la noción central misma de gobierno de muchos.


El gobierno de México es uno sin consenso, además de que existe como una imposición derivada de ciertas decisiones del Poder Judicial que millones de ciudadanos consideran aviesas.


Por añadidura, esos millones de ciudadanos consideran que, a resultas del desenlace opaco del proceso electoral, el andamiaje institucional no se corresponde con la realidad.


Dicho de otro arreo: ese andamiaje --instituciones del Estado, incluyendo las de carácter electoral-- no son ya la consecuencia de un contrato social. Carecen de consenso.


Pero no nos desviemos del tema. Sobre la base de nociones aristotélicas, el pensamiento revolucionario francés en el siglo XVIII atribuyó al pueblo regir los destinos sociales.


De esa guisa los revolucionarios franceses forjaron el concepto de soberanía nacional. A seguidas vino, a comienzos del siglo XX, el fenómeno llamado rebelión de las masas.


Con la rebelión de las masas surgieron la extensión de los derechos políticos y, más tarde, económicos hacia sectores cada vez más amplios de la población.


Así fue integrándose el concepto de democracia, según nos dice Rodrigo Borja, quien señala que no obstante el lenguaje político es subjetivo y ambiguo.


III


"Muchas de las palabras usuales en la política tienen más de un significado y presentan, por lo mismo, dificultades de definición", afirma este célebre politólogo, el señor Borja.


"Hay razones históricas e ideológicas para ello", añade. "Las palabras han sufrido los vaivenes de la tormentosa historia política y han sido sometidas a cambios drásticos", precisa.


Esas razones, añadiríamos, están ligadas a las ideologías políticas y a sus distintas cosmovisiones. Esto explica la ambigüedad de muchos vocablos, como democracia.


El vocablo ha sufrido una suerte de erosión semántica por el uso indiscriminado que de él hicieron teóricos y políticos de las más diversas vertientes ideológicas.


Ello nos exhibe un paisaje asaz variopinto: La Historia no conoce la democracia en general. Existen formas concretas de democracia, cuyo contenido depende de otros agentes, a saber:


Uno, el carácter del régimen social (democracia esclavista, feudal, burguesa y socialista). Aquí prevalece una democracia burguesa, con atavismos de feudalismo y casi esclavitud (de menores y sexual).


Otro, en la conformación clasista de la sociedad --como la mexicana--, la democracia constituye el control del poder por la clase dominante y es utilizada en interés de ésta.


Y una más, a la forma burguesa de democracia le es cada vez más difícil detener el empuje creciente de la lucha de clases mediante formas democráticas. Tal es el caso de México (Oaxaca, la Resistencia Civil, etc.).


Glosario:

Aviesa: Perversa, premeditada, con intención malévola.

Esbozar: delinear, preparar.

Utopía: Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.

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Presente e Historia


Fausto Fernández Ponte




I


El tema a tratar hoy tiene por objetivo precisar algunos malos entendidos entre este escribidor y algunos de sus caros leyentes, secuela, tal vez, de la pluralidad del lectorado.

O secuela, quizá, de la polarización ideológica y política que existe en México y que, al parecer, se ahonda y ensancha y lleva al país a un grave resgo de escisión.

Escisión, nos dice el diccionario que desafía nuestra pereza mental colectiva, es cortadura, rompimiento, desavenencia o estirpación de un tejido un órgano.

Señálese que si una palabra está en los diccionarios es porque tiene uso corriente que, empero, muchos optamos por empobrecer nuestro léxico y limitar nuestro pensamiento.

Esa escisión es, a nuestro modo de ver las cosas con las herramientas de la formación profesional y vivencial, un objetivo anhelado por ciertos intereses ajenos a México.

En efecto. ¿Quiénes se beneficiarían de esa escisión que conduciría, inevitablemente, a una secesión y, de allí, a una partición territorial y demográfica de México?
Ya sabemos quiénes. Muchos mexicanos lo sabemos. Pero existen millones de otros mexicanos que lo ignoran. Esa nesciencia es la consecuencia de una monstruosa intención.

Sin duda. A los mexicanos nacidos y educados primariamente y hasta secundariamente-- en el último cuarto de siglo se les ha sometido a programas escolares que desestiman la historia.

II

Así, a millones de mexicanos no se les educa en el conocimiento y el uso de las herramientas esenciales para saber la historia de México y comprender la realidad actual.

Señálese que entre esos mexicanos incluiríanse a nuestros propios líderes formales, lo mismo en el poder político --el del Estado-- que el económico, el cultural y el social.

Felipe Calderón emblematiza a esos líderes formales. Su conocimiento de la historia es tan precario y su cosmovisión es tan maniqueísta que no sabrá gobernarnos.

La filosofía de la historia tiene por premisa mayor que el conocimiento del pretérito de un pueblo es cimentación de su identidad y la solución a sus problemas presentes y futuros.

En el caso de México, esos problemas ya los ha resuelto nuestra historia, pero como cada vez conocemos menos ésta, ignoramos cómo enfrentarlos y superarlos.

Sábese que intereses enormes interesados en difuminar --borrar-- nuestra identidad nacional, nutren a la vez nuestra psique colectiva de vivencias ajenas a la nuestra.

Ese fénomeno es conocido como aculturación. Su objetivo final es el de sustituir nuestra cultura por otra, afin --ésta última-- a los intereses de un supra poder trasnacional.

En ese proceso participan estructuras y superestructuras del poder, manifestadas en las actuaciones de lo que la ciencia política identifica como medios de control social.

III

Y, como ya lo habría adivinado el leyente, esos medios de control social es el sistema educativo y la filosofía sobre la cual se sustenta éste, que aquí es asaz crematística.

Otros medios de control social son los de la difusión masiva --radio, televisión, periódicos, Internet o la que llámase multimedia (o medios múltiples)-- y otros.

Esos otros medios de control social tienen, como el Ejército, un carácter coactivo y disuasivo. Mas otros, como la religión organizada, usan supersticiones y maniqueísmos.

Aclárese que una cosa es la convicción religiosa de una persona y otra cosa distinta, antipodal incluso, es la religión organizada empresarialmente; es decir, como negocio.

La religión así organizada actúa con entidades de poder económico y político, intermediando entre fe y acceso a Dios. Hablar con Dios no requiere terceros. Sólo piense en El.

Esos medios de control social y otros más manipulan la conducta colectiva del mexicano, de modo tal que éste no tenga conciencia de su opresión y no trate de superarla.

El mexicano, dotado solamente de herramientas para exaltar valores materiales --el becerro de oro, como el dinero, el estatus social, etcétera--, acepta la sumisión.

Esa sumisión es cultural y discierne su presente y su futuro sin incorporar en su discernimiento componentes como los del conocimiento amplio y profundo de su propia historia.

Glosario:Nesciencia: necedad, ignorancia, falta de ciencia.Secesión: acto de separarse de una nación parte de su pueblo y territorio.


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