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Desde EU

Fausto Fernández Ponte




I

WASHINGTON, D. C., a 28 de febrero.--La percepción del poder real y sus operadores y facilitadores en Estados Unidos acerca de México mueve a sorpresas: ven a nuestro país como una dicotomía.


Cierto. Ven esa situación --de indudable crisis del poder, de inestabilidad e ingobernabilidad a resultas de la injusticia económica y social-- como muy conveniente y, a la vez, peligrosa para ellos.


Ellos son, hágase la salvedad atinente, los intereses de los grandes consorcios trasnacionales estadunidenses, cuya presencia en México es de enorme influencia, si no es que de dominación y control.


En efecto. Esa dominación se advierte, por ejemplo, en el diseño y aplicación de las políticas económicas y sociales del Estado mexicano tal como lo representa el gobierno que preside Felipe Calderón.


No huelga subrayar que para millones de mexicanos ese gobierno es espurio, pues resultó de un golpe de Estado dado por el predecesor de don Felipe, Vicente Fox, que culminó con un fraude electoral.


Y nótese que acerca de ese fraude el propio Tribunal Electoral da fe en su dictamen de declaración de validez de los comicios del 2 de julio, aunque absurdamente dicha instancia no anuló la elección.


Esa espuriedad se acentúa a los ojos de no pocos porque el Tribunal validó que el Presidente Calderón haya sido elegido sólo por 15 millones del total de casi 72 millones de ciudadanos empadronados.


II


Ello, por definición, no le da representatividad social ni política al mandatario, pues indica que la voluntad del resto de los ciudadanos --la mayoría-- no fue la de elegir al señor Calderón.


Señálase aquí esta discrepancia aberrante para identificar los componentes del contexto crítico mexicano dentro se conduce la relación bilateral, históricamente asimétrica.


Y ello nos lleva al quid mismo de la percepción dicotómica de los estadunidenses acerca de nuestro país: existe un gobierno constituido, formal, pero ajeno a los intereses de la mayoría de los mexicanos.


Ese es, precisamente, el meollo vero de la percepción estadunidense. El proverbial río revuelto le permite a los pescadores --los consorcios trasnacionales de EU-- beneficiarse.


Pero esos beneficios conforman un peligro para tales intereses trasnacionales de EU: el de que se interrumpan de tajo dada la incertidumbre sociopolítica y socioeconómica prevaleciente en México.


Expliquémosnos, caro leyente: el estado que guarda nuestro país beneficia ciertos intereses económicos y políticos estadunidenses, mas al mismo tiempo les afecta negativamente, sobre todo a mediano plazo.


Esa perspectiva --diríase que es un sentir, más que un parecer-- prevalece en ciertos cenáculos de los operadores del poder real con vertientes hacia los partidos políticos tradicionales en este país.


III


Sin embargo, otra exégesis de lo que ocurre en México es crematística a ultranza. "Mientras nos beneficie, no nos preocupa lo que está ocurriendo en México", nos dicen en otros círculos.


Ello nos describe, por otra parte, que el propio Establishment de ideólogos e intérpretes de la relación bilateral acusa discrepancias acerca de cómo Washington debe conducir ese trato con México.


Por supuesto, los mexicanólogos estadunidenses en universidades, centros de estudios --o think tanks-- y en los poderes Ejecutivo y Legislativo de EU no concilian sus respectivos puntos de vista.


Débese ello, obvio pensaríase, a sus propias experiencias personales y vivencias formativas profesionales, con arreglo a sus matices en las cosmovisiones ideológicas, políticas y culturales.


Empero, todos coinciden en un denominador común: el despliegue del gobierno del Presidente Calderón en proyectar una imnagen de México que no corresponde a la realidad. Cáese en simulación. Otra vez.


Esas son las fuerzas dinámicas de la presencia en Washington, por estos días, de Patricia Espinosa Castellano, secretaria del despacho de Relaciones Exteriores del gobierno calderonista.


Doña Patricia vino a esta capital a reunirse con su homóloga, Condoleezza Rice, pero llegó socavada por la dividida percepción estadunidense de nuestro país y la sombra de Antonio Garza.


Y es que el señor Garza, embajador de EU en México, aconseja públicamente a doña Patricia cómo debe conducir la relación bilateral y, como añadido, habla en nombre de México. Eso nos define ante EU.


Glosario:

Exégesis: Explicación. Interpretación.

Quid: Esencia, punto más importante o porqué de una cosa.

ffponte@gmail.com








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"Nuestro" México


Fausto Fernández Ponte


I

WASHINGTON, D. C., 25 de febrero.--Muy pocos en los círculos del poder en la capital de Estados Unidos registraron de cierto incidente fronterizo que ha tocado fibras sensibles en México.


Trátase del hecho de que obreros civiles estadunidenses que construyen el muro fronterizo ingresaron a territorio mexicano para realizar tareas de soldadura de la citada barrera.


Y es que al capataz de esa cuadrilla de obreros le pareció inconsecuente cruzar la línea imaginaria --que debido al muro es ya física-- para realizar su trabajo y fijar firmemente el muro.


Esa acción, empero, si bien en el macrocontexto estadunidense es una minucia, en el contexto de la relación bilateral adquiere una importancia suma, pues trasciende ciertos linderos históricos.


Y en el contexto mexicano --como el estadunidense, macrocósmico también--, ese sucedido, documentado fotográficamente, conlleva trascendencia. Esa trascendencia tiene, a su vez, razones.


Y las razones son históricas. Es decir, la historia de la relación bilateral, tan trágica para México, ha desarrollado una hipersensibilidad en los mexicanos acerca de la soberanía física.


Vero. Nos agravian las intromisiones de EU --o de cualesquier otros países-- en nuestros asuntos, particularmente si ello se representan en violaciones físicas de nuestro territorio.


II

El agravio, desde la perspectiva de los mexicanos, es doble. Viola EU nuestra integridad física para realizar una obra pública cuyo propósito es ofensiva --insultante-- a nuestra sensibilidad.


La mera construcción del muro, sin duda, es una agresión y, por ello, nos ofende. Y que para consumar esa agresión se cometa otra más es para encrespar ánimos nacionalistas en nuestro país.


Cuando este escribidor trae el tema a colación en encuentros con conocencias viejas y nuevas en los cenáculos de los poderes que son y están en esta capital, la respuesta suele ser de desestimación.


¿Qué importancia tiene ello? Esa es la respuesta de los personeros del área de las relaciones con los países de Nuestra América en el Departamento de Estado o incluso en el propio Congreso estadunidense.


Desestiman la reacción mexicana a este episodio como una ridiculez. "Le están ustedes (los mexicanos) dando una importancia exagerada a algo que carece de ella", nos dijeron en el Departamento de Estado.


¿Podríase calificar esa reacción estadunidense como muestra de insensibilidad? Por supuesto que sí, desde nuestros prismas. ¿Por qué? Porque para los mexicanos los simbolismos tienen poder propio.


Así es. Pero en el caso de los mexicanos, esos simbolismos son realidad, si se quiere con atributos más afines a lo que suélese identificar como realismo. Realismo mágico, añadiríase.


Los simbolismos son, desde luego, manifestaciones insoslayables que para los mexicanos tienen una honda raigambre histórica, por los procesos dolorosos de nuestra evolución social --como pueblo--.


III

Esa evolución, como es bien sabido, ha sido de altibajos, precisamente por la abrumadora --y muchas veces ominosa-- sombra de EU, dada la vecindad geográfica y cultural y nuestra interacción.


Ello es un componente importante en el desarrollo de nuestra identidad como pueblo. Por ello, el episodio fronterizo que nos ocupa hoy adquiere esa carácter de símbolo que para EU es desproporcionado.


Mas tal es nuestra idiosincrasia. El muro es un agravio a nuestra sensibilidad y si para construirlo los estadunidenses cometen otro agravio --uno adicional--, pues el símbolo se desproporciona.


Esa desproporción tiene, desde luego, su causal histórica, lo cual no huelga reiterarlo y recordarlo. Pero la desproporción, a nuestro modo de ver las cosas de la relación bilateral, tiene muchas ironías.


Y una de esas ironías es que nos preocupa, ofende y agravia la violación física, aun en circunstancias atenuantes, porque carecemos de conciencia de que el agravio mayor, el trascendente, es otro.


Vease, si no, lo que sigue: nos agravia que se metan los gringos a nuestro país para consumar un agravio previo --el muro--, pero ignoramos un verismo incontrovertible: México ya no es nuestro.


Ese es un hecho factual. A este México que suponemos nuestro no lo es. Tiene dueño y no somos nosotros. Nosotros sólo lo ocupamos y nos usan otros poderes, los de los consorcios trasnacionales.


Esos consorcios son de EU, España y otros países. Saquean "nuestro" México y lo permitimos y toleramos e inclusive somos cómplices inconscientes de esa rapiña.


No en vano a los estadunidenses les causa risa nuestra reacción. Desde allá nos ven como un territorio inserto en el perímetro de su patio trasero --o traspatio--. Tal es la perspectiva neocolonial.


Glosario:


Raigambre: Conjunto de antecedentes, intereses, hábitos o afectos que hacen firme y estable algo o que ligan a alguien a un sitio.

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Dilemas en EU

Fausto Fernández Ponte




I

WASHINGTON, D. C., 23 de febrero.-A la capital del imperio --en la que este escribidor vivió varias décadas como corresponsal de Excélsior-- la estrujan hoy dilemas morales y políticos complejos:


1) La guerra en Irak o, por decir con mayor explicitez, la ocupación militar estadunidenses del territorio iraquí y la feroz resistencia de sus habitantes ante dicha presencia.


2) La creciente concientización de que el Presidente Bush es un político sin oficio y, por lo mismo, inepto hasta la idiotez y la demencia y, por añadidura, al servicio de intereses bastardos.


3) La cada vez más acusada ausencia de libertades fundamentales, lo que se advierte en las actuaciones metalegales del propio Presidente Bush y los personeros principales del gobierno que preside.


4) La tendencia --al parecer imparable-- del conservadurismo emblematizado en el Partido Republicano a caer en el descrédito y perder las elecciones presidenciales en 2008.


5) La ostensible influencia de los consorcios trasnacionales en el gobierno que encabeza el señor Bush, al extremo de que la política exterior ha diseñado y se aplica para beneficio de aquellas.


6) Las relaciones bilaterales de EU con Canadá y México y, en ese contexto, el trato trilateral, en el contexto de la América del Norte, así como los términos de los entendimientos con la América Latina.


II

A esos dilemas súmanse otros de igual envergadura, verbi gratia, la percepción de que la demencia, ignorancia e ineptitud del señor Bush como mandatario ha llevado a EU a una crisis interna y externa.


Y, como secuela de esa crisis, la autoestima colectiva es muy baja porque el país padece un descrédito enorme en el mundo. "Por Bush, el mundo nos odia", decíase hoy una pancarta frente a la Casa Blanca.


Pero el mundo no odia a Estados Unidos ni a su pueblo, sino al Estado estadunidense, lo cual es una diferencia no sólo cuantitativa, sino también --precisamente-- cualitativa.


El odio en Africa, América Latina, Asia e inclusive en Europa es, no huelga precisarlo, hacia los autores y practicantes de políticas dañinas a los intereses de muchos pueblos, el de México incluido.


Ese sentir exhibe gradación variopinta, por supuesto. Y no todos los estadunidenses tienen mala opinión del señor Bush, pero pudiérese decir que el sentir y el parecer general le es muy negativo.


Ello conduce a una conclusión observable: la decadencia del conservadurismo --es decir, la derecha ideológica-- que crea vacíos que el opuesto, el abanderado por el Partido Demócrata, llenaría.


La tendencia conforma ya un patrón. La derecha se repliega a resultas de sus propias inviabilidades ideológicas y contradicciones políticas. El repliegue es a marcha forzada. Sin opciones.


III


Ello explica el arribo espectacular a la arena política electoral de Hillary Rodman Clinton, la esposa del ex Presidente Bill Clinton, y de Barak Obama, senadores ambos más afroestadunidense este último.


Registrado y discernido así, la derecha sufre retrocesos en gran parte de Nuestra América dejando oquedades de poder formal que no sin diligencia oportuna ha llenado la izquierda.


En acusado contraste con EU y Nuestra América, en México la derecha se fortalece con el golpe de Estado de Vicente Fox, que culminó con el ungimiento espurio, fraudulento, de Felipe Calderón.


Pero esa fortaleza es endeble. El conservadurismo trata de legitimarse en el poder formal mediante golpes y sombrerazos mediáticos. No convoca más apoyo que el de su magra clientela.


Mas volvamos al tema de los dilemas morales y políticos en EU. Esos dilemas muéstranse en toda su gama en los cenáculos del poder formal y fáctico, aunque permea, sin perspectiva historicista, al pueblo.


Pero es la suerte que corre la ocupación militar estadunidense de Irak y la creciente lista de bajas a resultas de una resistencia tenaz de los lugareños. El costo por el control del petróleo es muy alto.


En la guerra estadunidense contra el terrorismo internacional tiene cada día menor núumero de adherentes en EU. Sin el apoyo de su pueblo, el aventurerismo del señor Bush tiene, inexorablemente, corta vida.


Glosario:

Oquedad: Insustancialidad de lo que se habla o escribe.


ffponte@gmail.com







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Dilemas en EU

Fausto Fernández Ponte




I

WASHINGTON, D. C., 23 de febrero.-A la capital del imperio --en la que este escribidor vivió varias décadas como corresponsal de Excélsior-- la estrujan hoy dilemas morales y políticos complejos:


1) La guerra en Irak o, por decir con mayor explicitez, la ocupación militar estadunidenses del territorio iraquí y la feroz resistencia de sus habitantes ante dicha presencia.


2) La creciente concientización de que el Presidente Bush es un político sin oficio y, por lo mismo, inepto hasta la idiotez y la demencia y, por añadidura, al servicio de intereses bastardos.


3) La cada vez más acusada ausencia de libertades fundamentales, lo que se advierte en las actuaciones metalegales del propio Presidente Bush y los personeros principales del gobierno que preside.


4) La tendencia --al parecer imparable-- del conservadurismo emblematizado en el Partido Republicano a caer en el descrédito y perder las elecciones presidenciales en 2008.


5) La ostensible influencia de los consorcios trasnacionales en el gobierno que encabeza el señor Bush, al extremo de que la política exterior ha diseñado y se aplica para beneficio de aquellas.


6) Las relaciones bilaterales de EU con Canadá y México y, en ese contexto, el trato trilateral, en el contexto de la América del Norte, así como los términos de los entendimientos con la América Latina.


II

A esos dilemas súmanse otros de igual envergadura, verbi gratia, la percepción de que la demencia, ignorancia e ineptitud del señor Bush como mandatario ha llevado a EU a una crisis interna y externa.


Y, como secuela de esa crisis, la autoestima colectiva es muy baja porque el país padece un descrédito enorme en el mundo. "Por Bush, el mundo nos odia", decíase hoy una pancarta frente a la Casa Blanca.


Pero el mundo no odia a Estados Unidos ni a su pueblo, sino al Estado estadunidense, lo cual es una diferencia no sólo cuantitativa, sino también --precisamente-- cualitativa.


El odio en Africa, América Latina, Asia e inclusive en Europa es, no huelga precisarlo, hacia los autores y practicantes de políticas dañinas a los intereses de muchos pueblos, el de México incluido.


Ese sentir exhibe gradación variopinta, por supuesto. Y no todos los estadunidenses tienen mala opinión del señor Bush, pero pudiérese decir que el sentir y el parecer general le es muy negativo.


Ello conduce a una conclusión observable: la decadencia del conservadurismo --es decir, la derecha ideológica-- que crea vacíos que el opuesto, el abanderado por el Partido Demócrata, llenaría.


La tendencia conforma ya un patrón. La derecha se repliega a resultas de sus propias inviabilidades ideológicas y contradicciones políticas. El repliegue es a marcha forzada. Sin opciones.


III


Ello explica el arribo espectacular a la arena política electoral de Hillary Rodman Clinton, la esposa del ex Presidente Bill Clinton, y de Barak Obama, senadores ambos más afroestadunidense este último.


Registrado y discernido así, la derecha sufre retrocesos en gran parte de Nuestra América dejando oquedades de poder formal que no sin diligencia oportuna ha llenado la izquierda.


En acusado contraste con EU y Nuestra América, en México la derecha se fortalece con el golpe de Estado de Vicente Fox, que culminó con el ungimiento espurio, fraudulento, de Felipe Calderón.


Pero esa fortaleza es endeble. El conservadurismo trata de legitimarse en el poder formal mediante golpes y sombrerazos mediáticos. No convoca más apoyo que el de su magra clientela.


Mas volvamos al tema de los dilemas morales y políticos en EU. Esos dilemas muéstranse en toda su gama en los cenáculos del poder formal y fáctico, aunque permea, sin perspectiva historicista, al pueblo.


Pero es la suerte que corre la ocupación militar estadunidense de Irak y la creciente lista de bajas a resultas de una resistencia tenaz de los lugareños. El costo por el control del petróleo es muy alto.


En la guerra estadunidense contra el terrorismo internacional tiene cada día menor núumero de adherentes en EU. Sin el apoyo de su pueblo, el aventurerismo del señor Bush tiene, inexorablemente, corta vida.


Glosario:

Oquedad: Insustancialidad de lo que se habla o escribe.


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Martín Serrano Herrera

Fausto Fernández Ponte


I

Martín Serrano Herrera es un periodista mexicano que publica el Diario Tribuna en Xalapa, la capital del estado de Veracruz y, quien es acosado por el gobierno veracruzano. De ese acoso hay fe pública.


El colega Serrano Herrera dio noticia de ese acoso ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cuya Quinta Visitaduría General tomó puntualmente nota de lo que le ocurre a este periodista.


Por supuesto --la salvedad es pertinente-- que don Martín es perseguido por el gobierno del estado de Veracruz no sólo por publicar su periódico impreso, sino por su línea editorial.


Ello, desde luego, tiene importancia deontológica y trascendencia práctica y es causal de la comisión de un delito gravísimo: el uso del poder público para acallar voces críticas.


Así, a don Martín el poder formal lo acosa --con la complicidad implícita de instancias defensoras de derechos humanos locales-- por su profesión, la existencia del medio difusor y el contenido de éste.


Las agravantes, entendido así este episodio, son mayores que las atenuantes, si acaso éstas existiesen y el poder formal, el del gobierno del estado, quisiere hacerlas valer, si acaso.


Señálese que, a nuestro ver, este episodio es emblemático pues representa una constante en la vida nacional. En el estado de Veracruz el abuso del poder es, como en todo el país, también emblemático.


II


Y es que en Veracruz --como en toda nuestra república-- el poder está en crisis y, por inferencia válida, diríase que su ejercicio exhibe precisamente esa peculiaridad. La crisis obsérvase estructural.


Sábese a ciencia cierta --como ocurrencia factual-- que ejercer profesionalmente el oficio de difundir periodísticamente hechos y sucedidos e ideas y comentarlas es desempeño asaz peligroso.


En efecto. Tan sólo en el aciago 2006, siete periodistas fueron víctimas de desapariciones forzadas --secuestros-- y/o asesinados precisamente por su condición profesional de difusores.


De ello los periodistas mexicanos tenemos conciencia plena y, aun así, a sabiendas de tan gran riesgo a nuesta integridad física o marginación profesional y social, nos ocupamos en este quehacer.


Tan grande --y obvio-- peligro, empero, no es óbice para realizar bajo códigos de ética preceptivamente flexibles un trabajo que trasciende el ámbito mero del modus vivendi rutinario.


Y es que en este país --como en muchos otros en Africa, en Nuestra América y la del Norte y en el Caribe, Asia y Europa-- el ejercicio de la tarea difusora ha sufrido una metamorfosis funcional profunda.


Y esa función es la de ser, en la práctica cotidiana y en el contexto de la vida real, un contrapeso y, a la vez, un valedor del interés público y, sobre todo, el interés social.


Esa metamorfosis tiene sus causales, a no dudarlo: una, la abdicación de grado --de conveniencia crematística-- o por fuerza de los deberes de los contrapesos constituidos formalmente o de facto.


III


Esa oquedad --la abdicación de deberes e inclusive de derechos-- que antójase insondable, por abisal, los equilibrios en la relación entre los poderes que son y están y la sociedad pierden funcionalidad.


Es decir, quedan alterados esos equilibrios, si no es que rupturados o con fracturas, y su existencia responde a los convencionalismos de la cultura de la simulación.


En efecto, simulamos que vivimos en un estado de derecho. Y simulamos que el andamiaje jurídico responde a los imperativos del derecho en la procuración e impartición de justicia.


Esto nos lleva a la otra causal de esta abdicación de hecho en materia de obligaciones y garantías y la oquedad --o vacío-- funcional que, no sin preocupación ciudadana, mírase creciente.


En su denuncia ante la CNDH, el periodista Serrano Herrera se acoge al Programa de Agravios a Periodistas y Defensores Civiles de Derechos Humanos. Y detalla los hechos que violentan sus derechos humanos.


Señala al Procurador General de Justicia del estado de Veracruz, Emeterio López Márquez y a uno de los agentes de ésta instancia del gobierno, así como a Nohemí Quirasco Hernández, la ombudsman local.


El señalamiento a doña Nohemí es grave. Su actuación es expresión de la cultura de simulación del poder. Finge defender derechos humanos y, en realidad, sírvele al interés del gobernador Fidel Herrera Beltrán.


Y no en vano. La señora Quirasco preside la Comisión Estatal de Derechos Humanos como secuela de la distribución de cuotas de poder y chambismo en la clase política priísta local. Su tarea: mediatizar.


Glosario:

Mediatizar: Intervenir dificultando o impidiendo la libertad de acción de una persona o institución en el ejercicio de sus actividades o funciones.

Óbice: Obstáculo, estorbo.


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El ¿Yo por qué? de Calderón

Fausto Fernández Ponte


I

Nada menos que un consorcio trasnacional español, Banco Bilbao Vizcaya Argentia --propietario del Banco de Comercio mexicano o Bancomer-- nos soltó hace unos días una gran verdad de Perogrullo.


Héctor Rangel Domene, quien preside el consejo de administración del Grupo Financiero BBVA Bancomer, dijo en un discurso que México es incapaz de crear empleos para evitar la migración a Estados Unidos.


Por supuesto, al aludir don Héctor a México se refería, en realidad a algo muy concreto: el Estado mexicano y el gobierno --el que preside Felipe Calderón-- que lo representa.


Como respuesta, el aludido --es decir, el señor Calderón-- nos salió con otra respuesta que antójase, en igual vena, una idiotez del Presidente, dicho (o escrito) con el perdón del caro leyente.


Aclárese que no es nuestro afán insultar a quien ostenta --espuriamente, por cierto-- la investidura presidencial, pero esta persona incurre en idioteceses con mayor frecuencia que su antecesor.


Y eso, aclárese también para fines contextuales, que el predecesor --un redomado cabeza hueca de nombre Vicente Fox-- era el campeón indiscutible en ese deporte de decir idioteces públicamente.


Mas, a todo ésto, ¿cuál fue la idiotez que dijo don Felipe, quien siendo humano y, por tanto, falible e incongruente y, por añadidura, hablador compulsivo, suele repetirse constantemente?


Lo que dijo el Presidente en respuesta al banquero fue que los empleos no los crea el Estado ni el gobierno, sino la sociedad o, para decirlo con nítida precisión, el pueblo de México.


II


La respuesta de nuestro ínclito mandatario --no en vano llámasele Felipe el Breve-- al señor Rangel tiene un equivalente moral en la ya célebre, mas no celebrada, frase de don Vicente de "¿Y yo por qué?"


Y es que don Chente --como hoy don Felipillo-- no se sienten obligados como presidentes a velar por los intereses del pueblo y resolver los problemas que le aqueja.


Tampoco se sienten obligados a vigilar y evitar que las amenazas potenciales y actuales --sin duda ominosas-- que se ciernen sobre los mexicanos se conviertan en realidades.


Como añadido, tampoco adviértese un deber, por parte del Presidente, de detener e incluso revertir las agresiones al pueblo de México expresadas mediante una violencia económica sin precedente.
De hecho, esa violencia económica ha sido desatada por el propio Presidente al permitirle a las fuerzas de las que es rehén --"pelele", le llama Andrés Manyuel López Obrador-- encarezcan la vida.


¿Por qué motivos el presidente abdica de sus deberes y, como su tristemente recordado antecesor, el señor Fox, se niega a asumir su deber como Jefe del Estado mexicano que éste cree empleos?
La respuesta es un sincretismo de varios componentes: convicción ideológica --de que el Estado debe servir a los ricos--, compromisos con los consorcios trasnacionales y, dicho francamente, traición.


Así es. Traición a México porque el Estado mexicano y el Gobierno sirven a intereses ajenos a los de México y del pueblo. Servir a esos intereses es su misión, su compromiso, su vocación.


Y la traición de la que hablamos ocurre en un entorno de deterioro de crisis del poder, ejercido no sólo por traidores al pueblo de México, sino por ineptos. Ineptitud y traición son signos del poder.


III


Lo son hoy. Y lo fueron en los sexenios anteriores, desde el que de Miguel de la Madrid hasta el actual, el del señor Calderón, y los intermedios, los de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y el señor Fox.


Ineptitud e insensibilidad e ignorancia, pues el Estado mexicano, tal como fue diseñado y no obstante las contrareformas de 1982 a 2000, es el rector de la economía y planificador de ésta.


De esa abdicación violadora de nuestra Carta Magna se benefician intereses como los que --¡oh paradoja!-- representa el megabanquero y operador de dinero Rangel. ¿Cómo explicarse esa contradicción?


Cierto. ¿Cómo explicarse que un beneficiario importante de la abdicación criminal --es un delito-- del deber rector y planificador del Estado diga que éste es incapaz de crear empleos?
No consulte el leyente la bola de cristal. La explicación es obvia: la desaparición acelerada de empleos y la incapacidad de crear nuevos incide en la del creciente grosor de la morosidad de los clientes.


Ese es un hecho factual. La cartera vencida de los bancos ha crecido extraordinariamente en los últimos 12 meses y ello preocupa mucho a los banqueros. Y un nuevo Fobaproa parecería hoy inviable.


El desempleo empuja a los clientes morosos a endeudarse más. Y no pocos de ellos son impulsados a emigrar a EU y reducir, así, el potencial de cobro.


Como se ve, los banqueros españoles que el señor Rangel representa no piensan en los mexicanos. Piensan, eso sí, en las ganancias --de por sí hiperbólicas-- que México les significa y que pueden esfumarse.


Glosario:

Hiperbólicas: Exagerado.

Perogrullo: Obviedad.

Sincretismo: Síntesis.


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Luis Echeverría

Fausto Fernández Ponte




I

La historia de Luis Echeverría Alvarez tiene un enorme interés humano, aunque la inmensa mayoría de los mexicanos no sepa quién fue ni quién es este personaje.


El interés humano reside en un hecho de laya dramática y, diríase sin caer en hipérbole, espectacular. De la cumbre más elevada del poder ha caído al abismo insondable de la ignominia.


Cierto. De la gloria al infierno, con escalas en el purgatorio. Así podría describirse sucintamente la biografía de este hombre, acusado del delito más grave en el espectro moral y judicial: genocidio.


Se le acusa de haber matado a muchos o, si se quiere acudir al eufemismo piadoso, tiene responsabilidad jurídica --y penal-- en la autoría intelectual de la muerte de no pocos mexicanos.


Este anciano de rostro severo y expresión tensa sufre fragilidad física y debilidad mental. Senilidad, pues. Es recipiendario de una incapacidad mental que le impide declarar como acusado indiciado.


Así es. El señor Echeverría es un hombre cuya salud padece los acosos inexorables de la senectud, pues vive ya bien entrada su novena década, tal vez sin noción del tiempo ni de su propio drama.


Su mente tiene, tal vez, indeleble sus días --dos mil-- como el hombre más poderoso de México, con una gran influencia a extramuros del país y ensalzado hasta el delirio y la exaltación extrema.


Se le vitoreó por los rincones del planeta: en Africa, en Asia, Nuestra América, allí donde hubieren damnificados de la desigualdad económica, la injusticia social y la iniquidad del poder.


II

El mismísimo Richard M. Nixon, a la sazón Presidente de Estados Unidos, le dijo a este escribidor: "El señor Echeverría sí que tiene valor al venir a Washington a decirme lo que me dijo". Le divertía.


Empero, Nixon sentía admiración por don Luis, a quien describió como alguien con el talante de "un luchador por la libertad y contra el comunismo". ¿Contra el comunismo? Si era amigo de Salvador Allende.


Allende era un marxista declarado. Y presidía un gobierno de coalición de fuerzas políticas afines en Chile y, por ello, un operador de Nixon, Henry Kissinger, corrigió el error del electorado chileno.


Y lo corrigió comprando a un gorila uniformado, Augusto Pinochet, quien dio un golpe militar, derrocó a Allende y ejerció una dictadura brutal durante casi 17 años. Mató a miles de sus compatriotas.


El mandatario estadunidense sabía bien lo que decía. Don Luis fue un activo muy importante en México de la Agencia Central de Inteligencia --su nombre secreto era Litempo, según Philip Agee--.


Secretamente --con disimulo y simulación--, Litempo perseguía con prejuicio extremo desde un alto sitial del poder aquí a sospechosos de disidencia ideológica y política lindante con el comunismo.


O, por mejor decir, sospechosos de alguna vinculación con el marxismo o Marx o con el trotskysmo o con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o con el socialismo o con Cuba y Fidel Castro.


Pocos en México tienen memoria de quién fue el señor Echeverría. La inmensa mayoría de los mexicanos ignoran que don Luis fue Presidente de la República de 1970 a 1976. Hace más de tres décadas.


III


Como presidente acogió a quienes, desde Chile, perseguidos por ese demente de Pinochet, buscaban asilo en México. Defendió, con el discurso y con actuaciones, la institución del asilo político.


Bajo esa premisa, dio refugio a chilenios, argentinos, uruguayos, bolivianos, brasileños, centroamericanos, etcétera. Los perseguidos en Nuestra América venían a restañar heridas y satisfacer necesidades.


Mientras acogía a los disidentes de Nuestra América y les renovaba la esperanza, calladamente --con el silencio cómplice, criminal, de los medios de difusión-- don Luis hacía lo mismo que Pinochet.


Perseguía, secuestraba, torturaba, desaparecía y asesinaba disidentes --casi todos jóvenes-- o los masacraba (como ocurrió el 10 de junio de 1971) o incineraba en crematorios militares. Guerra sucia.


Fue el colmo de la simulación. El fingimiento elevado al cubo. Simular ser solidario con los luchadores sociales extranjeros, pero insolidario y perseguidor de los luchadores sociales mexicanos.


Y, como Pinochet, fue un dictador, aunque sexenal, porque el contexto político mexicano tenía por agente cohesionador central un sistema de infalibilidad presidecial, autoritarismo metalegal.


Hoy, este hombre mayor, de andar penoso porque arrastra los pies y da pasos inseguros e inciertos, fue alguna vez alguien enérgico, decidido y sin titubeos ni dilemas. Jamás lo melló la indecisión.


Sirvió al imperialismo estadunidense representando con virtuosismo mortal un papel en el escenario de la Guerra Fría, en la que la guerra sucia fue sólo una recreación doméstica. Simular es nuestra tragedia.


Glosario:

Eufemismo: Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.

Hipérbole: Exageración de una circunstancia, relato o noticia.

Restañar: Estancar, parar o detener el curso de un lóquido o humor. Se usa especialmente hablando del derrame de la sangre.


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La Sombra de Zedillo

Fausto Fernández Ponte



I

El Presidente Felipe Calderón ha caído en una trampa de su propia hechura ideológica y política y, sobre todo, de sus compromisos con intereses ajenos a los de México y, obvio antojaríase, los mexicanos.


La primera trampa --resultado de su debilidad política devenida de su carencia de representatividad-- es la mediocridad intelectual de quienes conforman su gabinete de secretarios de despacho.


Esa trampa tiene doble compuerta y muchas de tenazas. A la mediocridad intelectual de quienes conforman su equipo de colaboradores sumaríase otras cortedades, éstas de carácter político.


Cierto. Ninguno de sus colaboradores en el primer círculo concéntrico del Poder Ejecutivo posee un sentido político ni mucho menos de los tiempos políticos.


No hay, pues, en este gobierno, oficio político. Y esa carencia es más notoria en el secretario del despacho de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, responsable, precisamente, de hacer política.


A tan dramática ineptitud política se adhiere otro demérito: la ideologización de las actividades de cada secretaría de despacho, cabezas de sectores en el esquema organigránico del Poder Ejecutivo.


Espectacularmente notoria es también esa carencia de oficio político en el secretario del despacho de Seguridad Pública, Gerardo García Luna. Se nos exhibe como alguien desposeído de sensbilidad.


II


Así, el Presidente Calderón --a quien millones de sus coetáneos consideran espurio y rehén de intereses creados contrarios a los de México-- vive entrampado. Y la tendencia es a entramparse más y más.


Esa tendencia acusa nitidez, pues la mitad, más o menos, del total de sus secretarios de despacho fueron sugeridos, si no es que propuestos, por el ex Presidente Ernesto Zedillo.


El más emblemático de esos zedillistas es Agustín Carstens, titular del despacho de Hacienda y Crédito Publico, a cuya notoria falta de sentido político agregaríase su cosmovisión tecnocrática.


El señor Carstens --quien según confesión propia se zampa cada día alimentos por valor de dos mil pesos, suma mayor que el salario mínimo mensual de millones de mexicanos-- es un cancerbero típico.


Dicho de otro jaez, don Agustín protege los intereses del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que son instrumentos de dominación del Estado estadunidenase sobre nuestra América.


Y ese Estado estadunidense es, a su vez, la herramienta del poder de los consorcios trasnacionales, que lo usan con fines estratégicos, los de crear y consolidar las condiciones favorables a sus intereses.


Visto al través de esos prismas, el ex Presidente Zedillo emerge como el arquitecto y ejecutor --subrogadamente-- de las políticas hacendarias y de crédito público del gobierno calderonista.


III


Concluiríase que los pilares y, a la vez, ejes pivotales, de secretarios de despacho del Presidente Calderón son esos dos personajes --don Francisco y el señor Carstens--.


El señor Ramíez Acuña es partiquino del Presidente y, como éste, no se distingue por la posesión de una mente brillante ni capacidad de imaginación y, eso sí, poseedor de prejuicios muy arraigados.


Y es, por añadidura, intolerante. Su intolerancia es proverbial, pues se ha manifestado sin tapujos ni eufemismos durante su gestión como gobernador de Jalisco. Dícese de él que goza torturar.


Intolerante y sádico, pues. Ideologiza su quehacer como secretario del Presidente en materia de la gobernación del país y, al darle ese cariz acentuadamente ideológico, registra la realidad maniqueamente.


Mas, ciertos o no, esos atributos del secretario Ramírez Acuña son percibidos por la ciudadanía como un verismo y ello se ajusta al antiguo axioma de que en política lo que parece es.


¿Y don Agustín? En los casi cien días de existencia del gobierno calderonista --el calderazo--, este rotundo y pantagruélico personaje se ha concentrado en identificar fugas hacia rubros sociales.
Este el secretario Carstens el responsable de darle forma a la llamada reforma fiscal que el Presidente desea realizar, a fin de acrecer el monto de los ingresos del Estado. El sueño de don Ernesto.


Glosario:


Cancerbero: Perro de tres cabezas que según la fábula, guardaba la puerta de los infiernos. Portero o guarda severo e incorruptible o de bruscos modales.

Organigránico: Relativo a organigrama.

pantagruélico: De pantagruel, personaje glotón.




ffponte@gmail.com













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A Favor y en Contra

Fausto Fernández Ponte



I

Según un sondeo de reciente realización, el 12 por ciento del total de entrevistados estaría dispuesto a tomar las armas para combatir al gobierno que preside Felipe Calderón y los intereses que representa.


Y si ésto nos describe un posicionamiento extremo de los mexicanos que participaron en ese sondeo, se sorprendería el caro leyente saber que en esa misma indagación se descubrió lo siguiente:


Un ocho por ciento del total de entrevistados expresó que habría tomado las armas si Andrés Manuel López Obrador hubiese sido declarado Presidente de la República.


Señálese que, por otra parte, millones de mexicanos consideran que el señor López Obrador ganó las elecciones, pero que esa victoria le fue escamoteada por un Tribunal Electoral parcial a Vicente Fox.


Y, dada esa parcialización a quien era a la sazón Presidente de la República, esos millones de mexicanos están convencidos de don Vicente manipuló los mecanismos electorales del Estado para sus propios fines.


Y esos fines eran los de hacer ganar a don Felipe, para que éste continuara la instrumentación del proyecto de entrega de México a intereses privados, en particular estadunidenses y españoles.


Los millones de mexicanos persuadidos de esa manipulación cuyo equivalente moral e incluso jurídico es el de un fraude, nutren sus percepción del mismísimo dictamen del Tribunal Electoral.


II

En ese dictamen se reconocen las irregularidades habidas en el proceso comicial, pero descarta que ese cúmulo de anomalías hubiese sido un patrón premeditado pese a las evidencias en contrario.


Mas, no obstante esas irregularidades el Tribunal Electoral resolvió no anular la elección, aduciendo sofisteramente que ello tendría repercusiones negativas para México.


La anulación, empero, tenía sustento jurídico y, desde luego, político, aunque había otra vía: la del recuento de voto por voto, a lo que se opuso el Tribunal y el Instituto Federal Electoral.


El recuento habría disipado dudas, al confirmar ora la victoria del señor Calderón, ora el triunfo de don Andrés Manuel, ora un empate técnico o porcentual.


A resultas de ello, esos millones de mexicanos consideran que don Felipe es un Presidente de la República espurio, rehén --"pelele", lo califican algunos-- de intereses ajenos u opuestos a los del pueblo.


Esos intereses tienen nombres: son los grandes consorcios trasnacionales de Estados Unidos, España, Inglaterra, Canadá y otros países, así como algunos de México, empeñados en saquear a México.


No huelga reiterar que ese saqueo es impune --precisamente por la complicidad gubernamental-- y cínico, a la vista de todos los mexicanos que deseen informarse acerca del fenómeno.


III


Volvamos al sondeo. Éste nos identifica, en primera lectura, que existe acusada polarización en la ciudadanía. Esos extremos polares --antipodales, diríase-- sugieren una realidad muy volátil.


El sondeo al que nos referimos fue realizado, según sábese, después de la escalada en los precios de bienes y servicios de consumo indispensable, emblematizado en lo que cuesta hoy comer tortillas.


Y es que esa espiral alcista tuvo un componente central: la complicidad implícita --y, en no pocas instancias, también explícita-- del Gobierno calderonista. Esa es una percepción generalizada.


Y, como consecuencia, dicha percepción pública se traduce en la certidumbre confirmatoria de una sospecha cada vez más arraigada, la de que el Gobierno actual sólo sirve a intereses antimexicanos.


Y continuar sirviendo a tales intereses es el móvil de la actuación fraudulenta del entonces Presidente Fox en los comicios del 2 de julio pretérito. Esa actuación fue propia de un golpe de Estado. Hamponil.


Y servir a esos intereses es parte de un proyecto de país concebido, diseñado y aplicado con arreglo a una estrategia del poder trasnacional que convierte a México en provincia de aquel poder.


Ese poder trasnacional, poseedor de vastos recursos financieros, indujo conductas electorales cuya consecuencia es lo que nos muestra el sondeo de marras aquí aludido. Ese poder nos tiene divididos.


Glosario:

Marras: Algo consabido.




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Estado de Derecho

Fausto Fernández Ponte



I

Hace unos días, el Presidente de la República y los representantes de los otros Poderes de la Unión --el Legislativo y el Judicial-- exaltaron, con las retóricas, el Estado de derecho en México.


Y esos representantes reiteraron la prevalecencia en nuestro país de un orden legal que, a la luz de la realidad, es sólo un anhelo hasta ahora inasible en la práctica. La realidad es otra.


El Estado de derecho existe sólo en los libros, mas no en la psique colectiva. De hecho, en nuestro país existen, pero no se aplican, muchas leyes. Pero su aplicación no sirve a la justicia.


¿Qué se nos quiere decir, desde las vertientes del poder formal y fáctico, cuando se afirma que en México prevalece el estado de derecho? ¿Y qué es, por ciento, el estado de derecho?


Y dada la dudosa calidad moral de los personeros del poder formal y fáctico, notoriamente obvia cada vez, la ciudadanía en general entiende la expresión como estado de privilegio para unos cuantos.


Y, a todo ésto, ¿qué es un estado de derecho? ¿Y qué es un Estado? ¿Y qué es el derecho? En su acepción más sencilla es el Estado sometido al derecho.


O, por mejor decirlo, es el Estado sujeto a la acción omnicomprensiva de las leyes, tal como la proclamaron hace más de dos siglos los constitucionalistas estadunidenses.


Esos constitucionalistas establecieron un gobierno de leyes y no de hombres, definición la cual es axial en cualesquier exégesis de un entramado constitucional dado.
II

Esos postulados fueron enunciado posteriormente por los revolucionarios franceses, inspirados en las ideas del enciclopedismo sincretizadas en el sometimiento de la autoridad a la ley.


Señálese que el estado de derecho surgió en respuesta opositora al Estado absolutista del antaño. Este absolutismo no reconocía fronteras a la voluntad del soberano ni los derechos de los gobernados.


El mérito de los estadunidenses reside en el hecho de que por primera vez se plasmaron por escrito --en la Constitución de 1787-- los conceptos filosóficos y doctrinarios franceses en esa materia.


Pero los anhelos franceses de un estado de derecho tuvieron inspiración inglesa. Fue Inglaterra la forjadora de los primeros elementos del Estado constitucional.


Empero, la célebre Carta Magna inglesa jamás fue objeto de plasmación escriturada. Aun hoy, ese documento fundamental carece de expresión escrita o impresa, aunque las leyes reglamentarias sí.


Los pensadores alemanes --Kant, Fichte, entre otros-- también aportaron. Las contribuciones germánicas fueron la de la precisión necesaria. Le dieron cuerpo a antiguos anhelos.


Así, pudiérese decir sin caer en hipérbole que la refinación ideológica del Estado de derecho fue francesa y su ejecución estadunidense. La Constitución de EU es vigente todavía.


Esa vigencia es notable, pues siendo ese documento el primero de carácter constitucional escrito en la historia del hombre pensaríase
no sin razones que la realidad actual ya lo habría rebasado.


III

Ello, desde luego, cae en el terreno de la interpretación subjetiva. Para muchos estadunidenses, su Constitución es obsoleta y anticuada. Para otros, acusa todavía vigor preceptivo.


Sin embargo, es obvio que en EU el Estado de derecho acusa deficiencias enormes, consecuencia de la manipulación mediática maniquea de la opinión pública y la conjunción de intereses creados.


Pero el proceso constitucionalista y su obra maestra, el Estado de derecho --como la llama Rodrigo Borja-- obedecen a un dilatado itinerario histórico. El Estado de derecho deviene de la experiencia.


Es decir, de la experiencia histórica de cada pueblo. En México, esa experiencia histórica ha sido conformada por nuestros atavismos culturaes de autoritarismo. El Estado de derecho responde a ello.


Esa cultura tiene por premisa central no escrita que el Estado de derecho sirve a una noción de justicia subordinada a los intereses del poder o, a fuer de precisión, de ciertas facciones del poder.


El resultado es una aberración: es un Estado de derecho --Andrés Manuel López Obrador lo llama "Estado de chueco"-- cuyos conculcadores principales son, en los hechos, los propios personeros del poder.


Estos gozan de impunidad en el ejercicio metalegal --metaconstitucional, inclusive-- y corrupto de sus investiduras y potestades, lo cual les otorga impunidad.


A ello sumaríase otra aberración: procurar e impartir justicia es una práctica comercial, determinada por las leyes del mercado --la oferta y la demanda-- que hace del Estado de derecho una bufonada.


Este es el telón de fondo de las proclamaciones rapsódicas del presidente Felipe Calderón acerca del Estado de derecho en México. El es expresión misma de esa falacia dada su espuriedad como mandatario.


Glosario:

Exégesis: Interpretación.

Maniquea: Dos principios, uno para el mal y otro para el bien.

Omnicomprensiva: Amplio e incluyente.

Retóricas: Arte de bien decir, muchas veces sin sustancia.








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Petróleos Mexicanos

Fausto Fernández Ponte



I

Si algo emblematiza la aberrante forma de organización económica que prevalece en México es Petróleos Mexicanos, empresa del Estado que no puede desasirse de las garras de su postración crónica.


Sin duda. Esa postración es un epítome dramático de la postración que padece la economía de México y que se sustenta sobre una base sólida de anomalías y desviaciones y falacias y simulaciones.


La citada empresa paraestatal es un colmo de paradojas y contradicciones que por su naturaleza --sus causales y sus efectos, diríase-- antójanse perversamente macabras.


Y macabras son, ciertamente. ¿Cómo es posible que una empresa que registra ingresos por cien mil millones de dólares al año necesita financiamiento privado para modernizarse?


Las respuestas --éstas son muchas-- a esta interrogante tienen un denominador común: la insensatez del estado mexicano o, por mejor decir, sus personeros actuales, encabezados por Felipe Calderón.


El señor Calderón, quien, como sábese, es considerado espurio por millones de sus coterráneos por la sospechosa modalidad bajo la cual se le declaró Presidente Electo-- promueve la privatizaciòn de Pemex.


Señálese que el vocablo privatización denota, con su llaneza, un significado que en la jerga de la alta burocracia tiene laya eufemística: desincorporar activos del Estado.


II

Privatizar, sin embargo, significa en el caso de Pemex abrirle el acceso al sector privado a los rubros estratégicos de exploración de yacimientos, perforar éstos y extraer su riqueza y comercializarla.


Las razones que aducen los "desincorporadores" de los activos del estado son contundentes: Pemex no dispone de recursos para darse a la tarea de financiar y realizar esos trabajos en los rubros citados.


Esto nos trae de vuelta la interrogante formulada párrafos atrás: con ingresos anuales (datos de 2006) de más de cien mil millones de dólares, ¿por qué Pemex no puede financiar su desarrollo?


Porque el 79 por ciento de ese total de cien mil millones de dólares es transferido al Estado mexicano como pago de impuestos que, a su vez, se diluyen en el gasto corriente del aparato estatal.


Y como el Estado mexicano prefiere continuar con esa monstruosa anomalía, ha optado por una solución aún peor, la de que sean los dueños y operadores de capital los que se alcen con esos ingresos.


Obvio. Esos cien mil millones de dólares de ingresos anuales de Pemex no tendrán por destino las arcas del Estado, sino las cuentas bancarias de los dueños y operadores de capital.


¿Se habrá dado cuenta el Presidente de la República y otros personeros del estado mexicano en posición decisoria que al privatizar la industria petrolera y gasera se dejarán de percibir esos ingresos?


III


Esta pregunta --aun sin la respuesta correlativa-- descorre por sí misma los velos que ocultan la falacia de la privatización y cuestiona, informadamente, la supuesta conveniencia de privatizar.


La moraleja de esta realidad sugiere que la forma de organización económica y política en la cual se inserta la paraestatal Pemex tiene componentes distorsionados en extremo.


Y esos componentes de tal realidad económica interactúan opuestos a los intereses del propio Estado mexicano, entendido éste como la máxima expresión de poder del pueblo de México.


El pueblo, dígase a la pasada, no se beneficia en lo absoluto de los ingresos petroleros --esos cien mil millones de dólares que dilapida el Estado-- y sí, en cambio, sufre frustración.


Esa frustración es la secuela de una toma de conciencia de que el dueño de Pemex, el pueblo de México, es víctima cautiva y sin derecho a atenuantes, de las políticas impositivas del Estado.


Así es. Caso paradigmático es que el petróleo y el gas natural y sus derivados destinados al consumo general es uno de los más caros en el mundo. Y su precio al público aumenta cada mes.


Pero la consecuencia más dramática de esta aberración es que estamos a punto de agotar las reservas de hidrocarburos y quedarnos sin éstos. Como si hubiese sido a propósito, cual plan maligno.



Glosario:

Epítome: Resumen o compendio de una obra extensa, que expone lo más fundamental o preciso.

Eufemística: Relativo al eufemismo. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.

Paradigmático: Relativo a paradigma. Ejemplo o ejemplar.

Paraestatal: Dícese de las insituciones, organismos y centros que, por delegación del Estado, cooperan a los fines de éste sin formar parte de la administración pública.







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El Viejo Antagonismo (2/2)

Fausto Fernández Ponte




I

Decíamos ayer --sinópticanmente-- que la emergencia de líderes formales en Nuestra América con orientación, sensibilidad y convicciones de izquierda es registrado en Estados Unidos y sus aliados y paniaguados en México como una amenaza a sus intereses.


Y desde la perspectiva simplista --maniquea-- estadunidense, esa emergencia representa una contaminación ideológica y política del castrismo. Ese simplismo identifica a Fidel Castro como el origen de dicha "contaminación" o contagio.


Y como secuela, según la percepción del poder en Washington, el Presidente de Cuba y el socialismo cubano ha recobrado una influencia en los gobiernos de los países gobernados por mandatarios de izquierda. Ello es inaceptable en el traspatio.


Tal recuperación de la influencia del cubano tiene un efecto que en Washington causa alarma: cancela en gran parte los efectos del brutal bloqueo económico y político estadunidense a Cuba --que dura ya casi medio siglo--.


Empero, el poder real en EU --el de los dueños y operadores del capital en todas sus formas-- no puede reorientar sus herramientas y mecanismos de dominio hacia el traspatio del sur debido a que está empeñado en una guerra costosísima, en Irak y Afganistán.


Hágase la salvedad que ello configura una coyuntura política favorable a los intereses estratégicos verdaderos de Nuestra América. El Estado estadunidense no puede librar batallas en dos o más frentes. Por ello, la táctica es hoy otra.


Y, por ello también, el Estado estadunidense utiliza la subrogación. Dígase de otro estilo que el poder real --el Estado estadunidense es sólo uno de sus instrumentos de dominio, control y coacción sobre otros gobiernos-- acude a una vieja práctica.


II

Cierto. Esa práctica --la subrogación-- es una muy probada y demostrada, pues se remonta a los tiempos mismos del antaño remoto y que cobró enorme vigencia durante la guerra fría. Los estados clientes peleaban en representación de los estados patrones.


Así, para EU Hugo Chávez, Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner, Tabaré Vázquez, Evo Morales, Rafael Correa e inclusive Michelle Bachelet son personificaciones variopintas, con matices y giros, de Fidel Castro.


Todos ellos, jefes de Estado en sus países respectivos, tienen algo en común: la convicción de que basta ya de saqueo de los tesauros de sus respectivos entornos nacionales. Y se aprestan a actuar en ese sentido.


Mas no es sólo poner fin al saqueo despiadado y, por añadidura, impune, de Nuestra América, sino también de crear la forma de organización socioeconómica que permita su usufructo social. Que todos se beneficien.


Evo Morales, al nacionalizar la actividad extractiva de petróleo y gas --hasta hace poco en manos particulares de estadunidenses y españoles-- definió la filosofía de sus acciones: "Queremos ser socios, no empleados".


Socios. Propietarios de esa riqueza de hidrocarburos. No empleados de los consorcios trasnacionales que explotaban a los bolivianos y que nunca veían el resultado de su doble condición de fuerza productiva y propietario engañado.


Este es el entramado geopolítico y geoeconómico en el que está inserto el Presidente de México, Felipe Calderón, al hacer suya y propia la causa del imperialismo, y descalificar las reivindicaciones sociales en Nuestra América.


III

La voz de don Felipe biene pudiere ser la voz del amo que desde Washington identifica a los Evo y Chávez y Lula como renegados que ponen en riesgo la hegemonía del imperio sobre las riquezas de los pueblos de Nuestra América.


Al actuar en subrogación de los intereses estadunidenses --en realidad, los intereses del poder real, el del capital trasnacional globalizador--, el señor Calderón abre un nuevo frente político en condiciones muy desfavorables.


Ello es indudable. Abrir un frente externo --con ataques, como ariete, a los mandatarios de Nuestra América que concitan la ira estadunidense--, don Felipe incurre en un yerro garrafal, por elemental, de política. No comprar pleitos ajenos.


Ese nuevo frente --el externo-- se suma al frente interno: no olvidemos que el presidente se siente un mandatario inseguro y débil pues carece de la representatividad que deviene de un mandato electoral que, en el caso, no se dio.


Y es que, en efecto, don Felipe fue elegido --si acaso-- por sólo unos 15 millones de votantes, en un universo de casi 72 millones de electores. Esa realidad es insoslayable y preside la conducta psíquica de don Felipe.


Y, si a ello súmase el fraude electoral, esa falta de representatividad tiene un fuerte componente de ausencia de legitimidad moral. Don Felipe no se sabe un mandatario con consenso y sin convocatoria personal. Ello es un fardo muy pesado.


Y si ni en el frente interno ni el externo el señor Calderón no concilia, sino lo opuesto, irreconcilia, el desenlace es predecible: se irá debilitando cada vez más y más hasta que la figura presidencial, así reducida, eventualmente se desmorone políticamente.


Glosario:

Subrogación: Acción y efecto de subrogar. Sustituir o poner una persona o cosa en lugar de otra.

Tesauros: Tesoros.

Usufructo: Derecho a disfrutar bienes ajenos con la obligación de conservarlos, salvo que la ley autorice otra cosa.





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Sueños Guajiros

Fausto Fernández Ponte



I

Al abrir su correo en Internet, este escribidor se ha estado topando, desde hace varias semanas --de hecho, desde enero del año que corre-- con expresiones frenéticas de muy buenas noticias.


Primero, la Lotería Nacional irlandesa le informó al escribidor ser el "muy suertudo ganador", en fecha reciente, del premio mayor --el gordo-- de varios varios millones de euros.


Y, luego, la Lotería del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte --Inglaterra, pues-- le hizo saber a este escribidor que había ganado en sorteo de azar una bolsa muy panzona de libras esterlinas.


Casi simultáneamente, varios bancos de varios países africanos le informaron al escribidor de ser el afortunado destinatario de ofrecimientos para alzarse con fortunas en cuentas no reclamadas.


Incluso, hasta la Coca Cola Company y Microsoft --de Bill Gates-- enviaron sendas comunicaciones al escribidor informándole de haber ganado, ya se imagina el caro leyente, varios sorteos.


Lo notable de este caso es que el escribidor jamás participó en alguna de esas loterías, aunque se le informó de que su dirección electrónica había sido tomada al azar y, ¡pácatelas!, fue la que ganó.


Doble suerte, pues. Ganar la lotería sin jugar a ella es, desde cualesquier perspectivas que se le enfoque, un golpe formidable de fortuna. Es el gran sueño. Sacarse la lotería sin comprar billete.


II


Y es que ganar esos azares de esa guisa es la vera naturalezaa del coloquialismo de acuñamiento cubano, el del sueño guajiro. El huajirito sueña en su bohío que la fortuna le caerá del cielo.


Esas felícitas noticias tienen varios denominadores comunes, pero el más espectacular de todos es que se arriban reiteradamente a nuestro buzón o bandeja de mensajes en Prodigy o en Yahoo o en Diario Libertad.


Es un bombardeo masivo de noticias de esa naturaleza. Es, por añadidura, un bomnbardeo incensante. Estas noticias de la buena fortuna del escribidor nos son enviados y recibidos día y noche.


Por supuesto, no es este escribidor el único "muy suertudo ganador" de sorteos de lotería en tierras lejanas y de empresas trasnacionales ciclópeas. Los "suertudos" suman millones.


Cierto. Suman millones en los países --como México-- en donde laescolaridad media es baja y, por consecuencia, la credulidad corre a la par de los anhelos de salir de la pobreza y/o ser ricos.


Así, los destinatarios de esos mensajes por la Internet son, en su grueso mayoritario, habitantes de países en donde la desigualdad económica, la injusticia social y la iniquidad del poder son enormes.


Esos destinatarios se localizan en los países de Nuestra América indo, afro e ibérica ---e inclusive, los de la otra América, la anglosajona en el norte del nuevo continente-- con crisis económicas.


III


Estas aserciones, empero, no cancelan la percepción general de que los habitantes de los países con economías de mayor desarrollo --en Europa y la América del Norte-- no sufran este bombardeo.

En efecto. Los amigos europeos de este escribidor --españoles, franceses, ingleses, alemanes e italianos, por ejemplo-- reciben en sus buzones respectivos noticias de su "buena suerte" en la lotería.


Esta línea de reflexión nos lleva a establecer el correlato entre los destinatarios de esos mensajes de y el entorno socioeconómico. Ello conforma otro común denominador, el del atraso social.


Este escribidor, tras recibir algunas noticias de esas loterías irlandesa, británica, la de la Coca Cola y de Microsfot resolvió verificar su veracidad en fuentes independientes.


Así, en las embajadas de Irlanda e Inglaterra nos informaron con franqueza que esos mensajes de buena fortuna son esquemas defraudatorios. Con los incautos. Y los crédulos y ambiciosos.


La Coca Cola rechazó todo vínculo con una lotería que los promotores de ésta describen como una vertiente del consorcio trasnacional que es emblema cultural del imperialismo económico estadunidense.


Y otro emblema cultural de ese hegemonismo, Microsoft, también negó relación alguna con esos empeños de una lotería que proclama su patrocinio corporativo. Nosotros no hacemos loterías, dijo un vocero.


Esos esquemas fraudulentos son miríada. Y es obvio que su persistente bombardeo les produce buenos resultados a sus promotores. Grandes ganancias. Pero en muchos países es un delito grave.


Glosario:
Aserción: Acción y efecto de afirmar o dar por cierta alguna cosa.
Bohío: Cabaña de América, hecha de manera y ramas, cañas o pajas y sin más respiradero que la puerta.






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Interpretaciones

Fausto Fernández Ponte




I

La enorme marcha del miércoles pasado para protestar por la inacción gubernamental ante la carestía de bienes y servicios de consumo básico ha tenido interpretaciones sui generis en los cenáculos del poder.

En efecto. Un subsecretario de despacho con quien frecuentemente este escribidor intercambia opiniones francas --siempre respetuosas-- bajo la condición de no identificarlo públicamente, nos comentó:

"¿Viste qué fracaso tan estrepitoso de El Peje? La gente no lo tomó en cuenta, ignorándolo. Para mí que (Andrés Manuel) López Obrador aquí se acabó. Ya no lo toman en cuenta".

Otro subsecretario de despacho del Poder Ejecutivo con quien también este escribidor suele conversar regularmente bajo la premisa de no difundir su identidad, nos dijo:

"López Obrador ha perdido poder de convocatoria. La gente ha caído en la cuenta de que la utilizó para sus fines. Hasta sus propios partidarios se han alejado de él. Lo han dejado solo".

Otro funcionario del Poder Ejecutivo, conocencia de antiguo de este escribidor durante tres sexenios --añorados por algunos-- del priato y hoy acurrucado bajo el ala del panista, nos expresò:

"Fue muy poca gente a esta marcha, lo cual (en el Gobierno) nos lleva a convencernos que López Obrador ha dejado de ser un factor de opinión, pero sobre todo, ya no es un factor de poder".

Estos interlocutores son, no lo dude usted, caro leyente, personeros del poder identificados no tanto con la derecha ideológica de México, sino con los abanderados de ésta, como Felipe Calderón.

II

De hecho, ninguno de esos tres interlocutores es militante del Partido (de) Acción Nacional o de alguna agrupación afín --como El Yunque, de siniestra laya fascista-- en lo ideológico y lo político.

Es más, los tres subsecretarios se formaron como políticos u hombres públicos en la cultura del poder de la dictadura perfecta y no distinguen diferencias entre ésta y el régimen panista.

"Internamente, hay mano dura", nos dice uno de ellos. "Hay intolerancia, censura inclusive interna, pero tenemos que entender que este gobierno está siendo acosado y tiene que apretar adentro".

Antes de proseguir con el tema, subráyese que las relaciones de los periodistas de opinión --como este escribidor-- con los personeros del poder son de imperiosa necesidad para el desempeño de unos y otros.

La comunicación de los periodistas con los funcionarios públicos, legisladores, ministros y magistrados es central para que aquellos se mantengan bien informados y, así, cotejen sentires y pareceres.

A su vez, a los funcionarios públicos, legisladores y ministros y magistrados les sirve la comunicación con los periodistas puestos que son trasmisores de sentires y pareceres de otros estratos sociales.

Esos contactos constantes entre periodistas de opinión --columnistas, editorialistas, comentaristas, etcétera-- le permiten a aquellos ofrecerle a los leyentes registros informadas de la realidad.

Las interpretaciones del sucedido de masas del miércoles pretérito nos confirman que la obsesión por el señor López Obrador se observa en ciertas vertientes del poder formal en el sexenio calderonista.

III

Estas percepciones son, desde luego, respetables, pero a nuestro ver son la secuencia distorsionada de esa obsesión calderonista que lleva al Gobierno a discernir la realidad prejuiciadamente.

Cierto. Para el Gobierno calderonista, la movilización del miércoles no fue una expresión cívica de protestas por la espiral alcista y la inacción gubernamental. No. Fue otra cosa.

Sí. Para el Gobierno, fue una expresión anticalderonista en la que el componente axial era el señor López Obrador y su campaña anticalderonista o contra la usurpación y espuriedad de don Felipe.

Por supuesto que no se discute aquí esa usurpación y la espuriedad consecuente, pues es un hecho establecido que el señor Calderón fue impuesto como Presidente de la República mediante un fraude.

Pero el usurpador se sabe usurpador y se siente espurio. Por ello él y sus cofrades ven en la movilización aquí comentada una expresión sociopolítica y no un sucedido laboral y campesino de demandas justas.

Esas demandas justas son las, primero, protestar por la escalada en los precios; segundo, exigirle al gobierno que cumpla con su obligación constitucional de velar por los intereses populares.

Y, tercero, formularle al gobierno propuestas muy concretas --preconizadas desde siempre por los sindicatos de trabajadores-- para salirle al paso a los desafíos a la alimentación y el empleo.

Esos desafíos tienen en yugo a México y a los mexicanos, por lo que nuestra soberanía es inexistente. Nuestro país sufre el saqueo voraz de grandes consorcios trasnacionales de Estados Unidos y España.

Nosotros, mientras tanto, vivimos en la pobreza que cada día acusa visos extremos, de miseria. La Crisis de la Tortilla nos barrunta mayor opresión económica y política. Esa es la lectura correcta.



Glosario:

Axial: Perteneciente o relativo al eje.

Barrunta: Penetración o trascendencia.







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Sin Contrato Social

Fausto Fernández Ponte



I


Miles de mexicanos en casi todo el país salieron a la calle el miércoles pasado para protestar por la imparable carestía de bienes y servicios de consumo básico y exigirle al gobierno que la revierta.


Esa manifestación fue, sin duda, espectacularmente muy gruesa en la capital del país, caracterizándose por su civilidad y, desde luego, por sus demandas justísimas y, sobre todo, por sus propuestas.


Los manifestantes se identifican por una peculiaridad: son, en su mayoría, hombres y mujeres cuyo ingreso --salarios, principalmente-- ha sufrido una erosión brutal de su capacidad adquisitiva.


Son víctimas, cabría subrayarse sin dubitaciones, de una perversión sistémica que los oprime. Los oprime una forma de organización económica --un sistema, pues-- sin viabilidad social.


En efecto, ese sistema carece de viabilidad social porque desprivilegia los intereses trascendentes y estratégicos de la sociedad mexicana. Vulnera esos intereses. Los socava.


Por contrapartida, dicho sistema privilegia a una élite de pudientes económica y políticamente dedicados, no sin impunidad, al saqueo de México y a la explotación aviesa del recurso humano.


Dadas esas peculiaridades del sistema, la inviabilidad social de éste es evidentísima. Es una forma de organización viable, sin duda, para la élite, la cual conforma gobierno e incluso al Estado mismo.


II


La secuela conforma un peso abrumadoramente insoslayable --por oneroso-- para el pueblo. La percepción popular es la de que el Gobierno actual y el Estado mexicano sólo sirven a los opresores.


Esa percepción se muestra en las manifestaciones como la habida a media semana, la cual tiene significados que ponen énfasis en lo propositivo para salir de la crisis: salarios de emergencia.


Pero la misma actitud propositiva de la sociedad no encuentra correspondencia en el Estado y el Gobierno, en el cual persisten una inexistencia de voluntad política para analizar las propuestas.


Esto nos lleva de sopetón --como imperativo dialéctico-- a las causales de esa ausencia de voluntad política: los intereses creados que tienen secuestrados al poder formal.


Así se ve. El estado no sólo no puede hacer nada porque los intereses creados que representa se lo impiden, pero tampoco quiere hacer algo al respecto por un su propia naturaleza elitista.


No huelga señalar que el Presidente Felipe Calderón --a quien millones de sus compatriotas consideran espurio y rehén de intereses ajenos a los del pueblo-- trató de desvirtuar la movilización.


Cierto. Don Felipe --que nos ha demostrado una grotesca vena demoagógica y oportunista-- dio instrucciones en su gobierno para, dígase sin intención sarcástica, detener la espiral alcista.


III


Por supuesto, esas instrucciones no han sido acatadas por nadie en el gabinete calderonista de secretarios de despacho, entre otras razones porque el Presidente carece de autoridad moral.


Y no solamente por eso, sino también porque son valores sobreentendidos. Los secretarios de despacho del Presidente así interpretan esas instrucciones del señor Calderón.


Pensaríase que son instrucciones giradas de dientes para afuera, como bien dícese coloquialmente, reflejando la malicia y la suspicacia del pueblo con respecto a las acciones de gobierno.


Así es. Ese escepticismo popular es, a la vez, causal y efecto. Como causal, atiza las fogaratas de la desconfianza de millones de mexicanos que emblematizan con fidelidad su composición sociocultural.


Y esa composición es la de la pobreza. El pueblo de México es un pueblo pobre, pues vive opreso en un entramado --una jaula, en realidad-- de falacias, socaliñas y añagazas de dudosa juridicidad.


Y la principal opresión es la desigualdad económica, a la que seguirían la injusticia social, por un lado, y por otro, la iniquidad en el ejercicio del poder formal y el cinismo del poder fáctico.


Podríase entender que la manifestación descorre los velos, una vez más, de que en México la convivencia social es ajena a los imperativos políticos de un contrato social. Este no existe. Y eso es peligroso.



Glosario:

Añagaza: Señuelo para coger aves. Artificio para atraer con engaño.

Aviesas: Al revés, puesto al contrario.







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