I En un país con acusadísima pluralidad ideológica, política, social,étnica y cultural --en un telón de fondo de dramática desigualdad einjusticia y un ejercicio inicuo del poder del Estado-- son escasoslos puntos de acuerdo entre los mexicanos.
Ello se traduce en ausencia de consensos informados, disidencias ycontenciosos sociales que suelen expresarse en búsqueda personal y/ocolectiva y organizada de vías de acceso a reivindicaciones y enintentos de transformar el statu quo.
Por supuesto, esa realidad tiene causales asaz complejas yomnipresentes, mas no serán identificadas ni tratadas aquí hoy.También tiene consecuencias y manifestaciones --más evidentes que lascausales-- que inciden, precisamente, en el destino nacional.
Esa diversidad --que, si vista, registrada y comprendida einterpretada dialécticamente, es un activo de extraordinaria plusvalíay parte cortical de las riquezas de México-- es inaceptable para elpoder formal y los poderes fácticos.
Subráyese a título de salvedad que los poderes fácticos sueleninfluir decisoriamente en el poder formal, como se observa con diáfanaelocuencia en los intentos de éste por ceder a particulares--privatizar-- el patrimonio de todos.
Cabría señalar que los personeros del poder formal y poderesfácticos perciben la diversidad y pluralidad mexicana como peligrosapara sus intereses y fines, los cuales son, por lo menos desde hace uncuarto de siglo, ajenos a los del pueblo.
II La consecuencia es la de que, en esos cenáculos del poder formal ypoderes fácticos --muchos de ellos en los grandes centros financierosdel mundo-- se tiene la percepción de que la supuesta peligrosidad delo diverso y plural es adversarial.
Y, en esa misma vena de concatenación de premisas, los adversariosson enemigos. No sorprende, pues, que en el poder formal y los poderesfácticos se vea esa diversidad y pluralidad del pueblo de México comoenemigas.
Y la inferencia lógica válida es la que para el poder el pueblo esenemigo, "su" enemigo. El comportamiento de la generalidad depolíticos y burócratas --incluyendo los tecnócratas-- así nos lodemuestra y confirma día a día.
Cierto. Políticos, burócratas y empresarios de toda laya se maldistinguen, por lo menos en México, por actuaciones que indican undesprecio (subyacente en su psique de clase y espíritu de cuerpo) porel pueblo. A éste lo ven como consumidor cautivo.
Esa realidad se emblematiza en la conducta de la burocracia ençareas de procuración e impartición de justicia; éste se vende almejor postor. Y éste suele ser alguien que carece de otras opciones.La corrupción depreda al pueblo.
Lo diverso y lo plural ha sido y es, concluiríase, la mejor arma yadarga --por efectiva y siempre disponible-- del pueblo de México paradefender sus intereses. Su efectividad es hoy nayor que, dígase, en1810 (la guerra de independencia) y en 1910.
III Ello, predeciblemente, doficulta --mas no impide-- la consecuciónde un contrato social, ausente en México desde el sexenio de LázaroCárdenas. Ese contrato social tuvo un agente de cohesión muyimportante: la recuperación y defensa del petróleo.
Obsérvase hoy que esa defensa de nuestro patrimonio común es unpunto de unidad entre la inmensa mayoría del total de mexicanos y,secuencialmente, también lo es de acuerdo entre nosotros. Esa defensapatrimonial nos une a casi todos.
Por ello, los políticos y burócratas venales --desde el Presidentede Facto hasta el ujier que vive de gratificaciones por permitiracceso-- no salen de su sorpresa ante la colosal reacción popular dela intentona privatizadora del calderonismo.
Otro punto de unidad entre nosotros --y, al igual que la defensadel patrimonio petrolero, inserta en el alma del mexicano raso-- es elrelativo a los connacionales que emigran a Estados Unidos y seinmigran en ese país y son explotados y vejados.
Eso dos puntos de unidad --defensa del petróleo y de los emigrantese inmigrados-- son, pues, de alta emocionalidad, telúrica, profunda,que tienen que ver con nuestra identidad histórica y, por ende,nuestra explicación de sí mismos.
En esa defensa de bienes patrimoniales históricos y nuestrosrecursos humanos la mayoría coincide. Ambos --petróleo y migrantes--son riqueza y, a la vez, creadores de más tesauros. Son símbolos tanpoderosos como la bandera. Son la patria misma.
Por eso el repudio casi unánime al afán pravo de don Felipe deprivatizar el patrimonio común. Esa mayoría unida por la defensa delpetróleo parece ver al Presidente de Facto como obseso en vender lapatria a particulares y enriquecerse con ello.
ffponte@gmail.com Glosario:
Adarga: escudo de forma de corazón.
Espíritu de cuerpo: orgullo exagerado de ser miembro de un grupo,organización o fuerza armada.
Obseso: obsesionado.
Pravo: perverso, inicuo, corrompido, inmoral.