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El Detonante

Fausto Fernández Ponte



I La cesión unilateral, asaz premeditada, del patrimonio de los mexicanos a intereses particulares por imperativos causales ideológicos, políticos e incluso por la cultura de la corrupción parece tener consecuencias trascendentes de percepción pública:


1) La de que ciertas facciones dominantes --que controlan el alcance metacontitucional del poder e influyen el comportamiento de éste-- conculcan organizadamente, por asociación delictiva, la moral y la ética del ejercicio potestario del Estado.

2) La verificación implícita y sobreentendida de una sospecha societal de cuño viejo, la de que esas facciones de personeros del Estado ejercen sus potestades constitucionales con fines que atentan contra el verdadero interés estratégico de la nación.

3) Tal verificación parece también constituirse en el agente más importante de un proceso de concientización política en estamentos de la sociedad que, a nuestro ver, conformarían un grueso muy importante, si no es que mayoritario, de opinión.

4) Esa naciente cualidad parece traducirse en activismo reivindicador de derechos patrimoniales históricos y defensa popular, organizada, de éstos. Sus móviles y objetivos definen la naturaleza política de dicho activismo.

II Y más:
5) Los derechos patrimoniales históricos de México y los mexicanos se representan en el aprovechamiento industrial --hasta ahora aviesamente limitado-- y su todavía inalcanzado usufructo social. Esos derechos le han sido escamoteados al pueblo.

6) El escamoteo del patrimonio histórico existe desde el sexenio de José López Portillo (1976-82), pero en el periodo sexenal de su sucesor, Miguel de la Madrid (1982-88), fue llevado a una fase que adviértese sistémica e inconstitucional.

7) Pero el escamoteo --de por sí escandaloso-- ha sido elevado por sus perpetradores en éste sexenio a una fase virulenta, caracterizada por un saqueo brutal, inconstreñido, impúdico, que beneficia principalmente a intereses privados aquí y el exterior.

8) El saqueo tiene varias vertientes: una, la corrupción de funcionarios y "coyotes" y contratistas, uno de éstos últimos el secretario del despacho de Gobernación, Juan Camilo Mouriño; otra, la fase conocida epicenamente como la venta de Pemex.

9) La privatización virulenta --venta de los activos patrimoniales históricos de México y los mexicanos-- por un grupo de poder señalado como hampa facciosa de la política-- se realiza a contrapelo de la ley y el aparente sentir popular.

III Así, la conciencia de que los personeros del Estado no representan los intereses de la ciudadanía ni de la sociedad y, como añadido, que actúan en consecuencia --a favor de sus propios acervos personales o de grupo-- es catalizadora de conciencia.

Y esa conciencia ya catalizada posee, a su vez, el atributo de detonador potencial del instinto social de supervivencia histórica para impedir despojos y saqueos patrimoniales desde el poder bajo guisas falaces y demagógicas y manipulación mediática.

Ello explica la creciente movilización societal en defensa del petróleo y que las facciones del poder subestiman --si no es que desestiman-- y desprecian. Esa movilización bien pudiere ser, si vista a la luz del historicismo, lo que prenda el polvorín.

El polvorín está allí desde hace varias generaciones, alimentado por la lacerante desigualdad económica, la injusticia social y la iniquidad en el ejercicio faccioso del poder. Las luchas históricas del pueblo de México accederían a otro estadio.

Trátase de un estadio de insurgencia sociopolítica constante, transgeneracional (desde antes de 1810) y armada no pocas veces. El entorno es de yesca, incluyendo la noción en la psique colectiva de que cada cien años estalla aquí una revolución.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Epicenamente: de epicena. Común. General.
Mediática: relativo a los medios de difusión.
Psique: totalidad organizada de los procesos conscientes e inconscientes. Alma humana. Sede del espíritu. Espíritu colectivo. Espíritu social.
Yesca: materia muy seca y, por consiguiente, dipuesta a encenderse o abrasarse.





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México, sin Liderato

Fausto Fernández Ponte


I Hoy es día en éste espacio, como cada mes, de acusar recibo del correo por Internet dirigido a éste escribidor y contestar, en lo posible, aquellos mensajes que antójanse representativos del espectro variopinto del lectorado.

Los caros leyentes Francisco Medina González, Jesús Ocampo Águila, Eliana León Rodríguez, Eva Román y Dámaso Oviol nos escriben para expresar sus respectivas riadas de inquietudes acerca de asuntos atañederos a sucedidos ocurrentes concretos.

El señor Medina, quien nos informa ser mexicano residente en Estados Unidos, desde donde nos lee en un periódico que crcula en Internet y que no identifica, alimenta su interés acerca de nuestra realidad y lo que llama la circunstancia mexicana.

Don Francisco plantea: "Usted afirmó hace unos días (Asimetrías 5,348, del 23/III/2008) una tesis acerca de nuestro petróleo que me parece muy interesante, pero que nos deja muy "picados", como se dice".

E inquiere, a seguidas: "¿Cómo podría el Estado mexicano obtener los recursos necesarios, financieros y científicos para convertir la propuesta suya de desarrollar tecnología propia para llegar al tesoro a varios kilómetros bajo el fondo marino?"

Bien. La propuesta formulada y enunciada por éste escribidopr no es nueva ni mucho menos propia. Es tomada del sentir de a) los científicos, técnicos y académicos mexicanos de varias generaciones y disciplinas, incluyendo las geológicas y conexas.

II Y, b), es una propueta configurada por las premisas y silogismos de las ciencias políticas y sociales y, sobre todo, de la madre de todas éstas, la historia. O, por mejor decir, la historicidad incontrovertible de la experiencia humana.

Esa misma experiencia histórica conforma un acervo de riqueza incalculable --y, ergo, incalculada-- e inexplotada por el Estado mexicano en virtud de la inepcia de sus personeros --la calderonía-- y los intereses que éste representa realmente.

Esos intereses son por definición ajenos a los del pueblo de México, lo cual explicaría el móvil mayor de la imposición en 2006 de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón como Presidente de Facto, hecha a contrapelo del albedrío electoral.

Éste aserto tiene fundamento, lo cual nos lleva a la inquietud manifestada por el señor Ocampo Águila, quien duda de que se haya cometido un fraude electoral en 2006 por Vicente Fox para imponer sucesor. La evidencia está incluso reconocida, escrita e impresa.

Y esa evidencia yace a la vista de todos los ciudadanos: el dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dando por válida la elección del 2 de julio de 2006 y aducir que ello era el "menor" de las secuelas de una anulación.

Por supuesto, ese ejercicio de transvestismo ideológico, político y, diríase también sin pecar de exageración, la burda y grotesca complicidad de los magistrados, nos confirmaría que la consigna, componendas y corrupción presiden el quehacer judicial.

III Nos confirma asimimo que entre los personeros de los Poderes de la Unión existe un desprecio --desestimación-- por la ciudadanía, sus intereses y sus anhelos. Alarma que esos personeros toman decisiones en nombre de los ciudadanos.

Los magistrados decidieron qué es lo bueno para México y los mexicanos al validar la imposición del señor Calderón. Los hechos demuestran que esa decisión fue un yerro colosal, de gravísimas consecuencias y, por añadidura, peligroso. Hay ingobernabilidad.

Mas volvamos al señor Medina. El Estado mexicano de la calderonía ha reducido, desde el Delamadridazo, en 1982-- ha reducido dramáticamente el apoyo presupuestario a la ciencia y desarrollo de la tecnología. Habría que multiplicar ese apoyo.

El desarrollo científico y tecnológico bien podría ser un proyecto prioritario de la nación. Para ello e requieren no sólo recursos financieros y de otra índole; se requiere, insoslayablemente, liderato político. Y eso es lo que nos falta.

Carecemos de un liderato político auténtico, inspirador de heroismos sociales, movimientos emulativos y proyectos de rescate de México --y de la autoestima nacional-- y conductas societales edificantes. Carecemos de lideratos de patriotismo.

Tocante a las inquietudes de los leyentes Eliana León Rodríguez, Ivonne Marín y Dámaso Oviol, en la entrega de mañana se tratarán los temas de su interés y motivaciones epistolares expresados aquí.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Calderonía: referido al presidencialado del señor Calderón.
Delamadridazo: referido a Miguel de la Madrid, Presidente de México de 1982 a 1988.
Ríadas: torrente fluvial, río crecido.
Societales: plural de societal. Referido a la sociedad concreta.


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¿A Dónde Vamos?

Fausto Fernández Ponte


I Los amigos extranjeros --en particular, estadunidenses-- que con refrescante frecuencia visitan en México a éste escribidor suelen sorprenderse del estado de cosas prevaleciente aquí e, incrédulos, inquieren si tenemos conciencia de ello.

Los mexicanos van por un camino que les lleva ya al desastre, dicen algunos. De hecho, nos comentan otros, ya estamos al borde del precipicio --el abismo--, pero nuestra conducta tanto individual como colectiva es de indiferencia".

Los mexicanos parecen ir por una ruta hacia el suicidio, pero lo alarmante de ello es que no se advierten indidicios de que tienen conciencia de ello, comentó uno de esos visitantes, interesado por profesión en los asuntos de México.

Otro viitante, informado acerca de México desde los años de la vida universitaria común en Estados Unidos, inmerso con éste escribidor en el aprendizaje del uso de las herramientas de la hitoria, registra una dicotomía mexicana muy peculiar.

Su impresión informada --explica-- es la de que el contexto mexicano es de efervescencia y agitación sociopolítica que regístrase intensa, pero soterrada, diríase que sin muchas manifestaciones. No es una ebullución generalizada; es lcalizada.

A éste estadunidense ello no le sorprende, pues ésta dicotomía confirma la vera idiosincrasia del pueblo de México, quien guarda para sí sus sufrimientos hasta que estalla. Y cuando estalla, lo hace con enorme fuerza eclosiva.

II Los mexicanos --dice-- son, como sabríase, muy aguantadores. Esa es su naturaleza: resistir pasivamente, que suele ser mal entendida; luego, cuando empiezan a colmarse, mutan esa resistencia pasiva por una activa. Como está ocurriendo hoy.

Pero esa resistencia activa --agrega con perspicacia-- no deja de ser pacífica. Tórnase violenta cuando se adquiere conciencia de que no existen otras opciones o de que éstas, si acaso las hubiere, son falacias, simulaciones, artilugios del opresor.

Éste amigo estadunidense lleva su agudeza a definirnos como un pueblo sabio, recursivo, que busca alternativas para evitar rupturas, aun a costa de sacrificar intereses propios, pues su experiencia histórica sabe que lo rompimientos son dolorosos.

Esa resistencia pasiva es conciliadora por definición, alimentada por una recursividad --es decir, búsqueda y empleo de otros recursos o vías de coexistencia e incluso avenimiento con la opresión-- que confirma la proverbial paciencia del mexicano.

Paciencia de cara al inmutable tiempo --a los siglos, pues-- que configura los contornos de una cosmovisión que, a su vez, nos describe convicciones de que ocurriere lo que fuere el pueblo de México es eterno: siempre estará allí, adaptándose.
Mutándose.

Es la dialéctica de la supervivencia, cuyo punto axial --pivotal-- es el de pervivir a como dé lugar, aun en las circunstancias y condiciones más desfavorables, como son las de la opresión. Permanecer así es, incluso, trascender.

III ¿Intuición popular? ¿Instinto de conservación? El vusitante estadunidense, compañero del escribidor en la carrera universitaria de historia, tiene la respuesta: el vector cultural histórico más importante del pueblo de México es indio.

Pero el vector indio trae consigo cual energía identitaria un profundo sentido societal de los tiempos políticos, cualidad que ni siquiera la aculturación --agente de opresión del mexicano-- ni el uso avieso de los medios de control social han mellado.

El pueblo de México se sabe oprimido, circunstancia contextual que ha devenido en crisis. Las contradicciones del régimen socioeconómico y sociopolítico tienen secuelas peligrosas: las de la enajenación social alienante del mexicano, ya intolerable.

Intolerable. Esa es la peculiaridad objetivamente discernida del estado de cosas prevaleciente. Es intolerable por el pueblo de México que se le lleve de la mano bajo tutelaridad espuria por un camino cuyo destino es el de robarle su país. Saquearlo.

Y no sólo eso. Flagrantemente se le está ya robando --incluso a la fuerza-- su identidad y su historia, para oprimirlo aun mas, en beneficio de unos cuantos, los promotores de un proyecto de país cuyos operadores políticos conforman el poder formal.


ffponte@gmail.com
Glosario:

Eclosiva: referido a eclosión, acción y efecto de eclosionar. Brote, manifestación, aparición súbita de un movimiento cultural u otro fenómeno histórico, psicológico, etc. Idiosincrasia: rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y propios de un individuo o una colectividad.
Pervivir: seguir viviendo a pesar del tiempo o de las dificultades Vector: agente que transporta algo de unlugar a otro.



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El Dilema Petrolero (1/II)

Fausto Fernández Ponte


I En vísperas de las conmemoraciones del septuagésimo aniversario de la Expropiación Petrolera, los mexicanos estamos preocupados por el futuro de la industria de los hidrocarburos ante indicios objetivos de que éstos son cada día menos nuestros.

El proceso administrativo y operativo de dicha industria se realiza de tal estilo que representa un saqueo atroz, impune y, ergo, cínico, ilegal --como lo exhibe el caso de Juan Camilo Mouriño-- y que raya en formas grotescas de corrupción.

A ese saqueo brutal adhiérense, por un lado, la reducción dramática de las reservas probadas de hidrocarburos y, por otro, su enanejación de hecho, pues nuestra infraestructura de beneficio de tan importante materia prima es obsoleta en extremo.

A ello agregaríase que la obsolescencia aquí citada y, a nuestro ver, criminalmente deliberada por el propio Estado mexicano, el verismo de que refinamos nuestro crudo en Estados Unidos e importamos, además, gasolinas y otros combustibles.

Por añadidura, la gasolina --aun la refinada aquí-- para el consumo local es tocante a precio al público una de las más caras en el mundo. Las ganancias del ente administrador y operador de ese recurso, Petróleos Mexicanos (Pemex), financian al Estado.

II Esos recursos de Pemex así asignados representan el 40 por ciento del ingreso del Estado, destinándose no a obra de infraestructura y/o reinversión, sino a financiar el gasto corriente, de por sí monstruosamente dispendioso.

Pero ese despilfarro no causa derrama horizontal ni profunda entre los mexicanos, pues los beneficiarios son, en realidad, unos cuantos connacionales y extranjeros (éstos, consorcios trasnacionales) insertos en la cultura de la corrupción.

En esa cultura se inscriben, como ejemplos emblemáticos, las andanzas del señor Mouriño y los hijastros de Vicente Fox, los hermanos Bribiesca Sahagún y la madre de éstos, Marta María, en sus contratos con Pemex obtenidos mediante tráfico de influencia.

El señor Mouriño --hoy motivo de escándalo en los medios difusores-- traficó con influencia siendo legislador, primero, y después funcionario de alto nivel del gobierno y allegado al entonces secretario del despacho de Energía, Felipe Calderón.

Lo grave de esos casos reside en el hecho de que ni los hermanos Bribiesca ni el señor Mouriño tienen conciencia moral de haber incurrido en conflictos de interés; es mças, idealizan su corrupción como acciones para el progreso de México.

Los mexicanos, como usufructuarios de nuestro petróleo, es obvio que tenemos ante sí un enorme dilema: cómo extraer éste de yacimientos ultraprofundos, a kilómetros bajo el lecho marino, que presúmese cuantiosísimo, en el Golfo de México.

III El dilema se agudiza no sólo por los enormes obstáculos geológicos que sería necesario superar, sino también porque el Estado mexicano carece de la tecnología apropiada para ello y la que existe en el mundo no está disponible libremente.

Pero ese no es un mercado de vendedores de equipos o instalaciones, sino de tecnología desarrollada con fines geopolíticos. Dicho de otro estilo, la ganancia no sólo es en términos de dinero e influencia, sino de dominio y poder.

Así regístrase. En dicho mercado, los proveedores de tecnología especializada para extracción de hidrocarburos más abajo del fondo del mar son unos cuantos y la oferta no se representa en una transacción de compraventa simple.

Como añadido, en ese mercado de proveedores hay una miriada de intermediariaos, en número suficiente para que éstos conformen capas tras capas que dificultan, a propósito, el acceso a la provisión del bien que un comprador --o cliente-- busca.

Ello tiene un fin estratégico: que el Estado que busca esa tecnología --en el caso, el mexicano-- comparta a cambio las riquezas patrimoniales con los dueños y operadores del mercado de proveedores de tecnología de extracción ultraprofunda y capital.

Para el Estado mexicano, acceder a ese mercado de proveedores en las condiciones establecidas por sus dueños y operadores no es posible, constitucionalmente. El artículo sexto de la Ley Reglamentaria del 27 de nuestra Carta Magna lo prohibe.

ffponte@gmail.com

Glosario:
Obsoleta: anticuado, inadecuado a las circunstancias actuales.



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Los Motivos de Uribe

Fausto Fernández Ponte


I ¿Ordenó el Presidente Alvaro Uribe la incursión militar aérea a Ecuador para sabotear la liberación de rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia sin consultar con George W. Bush?

Esa y otras interrogantes son formuladas no sin insistencia en ciertos cenáculos de los personeros intelectuales y operadores de las relaciones interamericanas en Washington, D. C.

Sábese que también se formulan allí interrogantes acerca de los móviles reales del señor Uribe que si su obsesiva agenda personal --la de destruir a las FARC-- tiene primacía sobre la estadunidense.

Sin embargo, ello no implica que el señor Bush sí haya sabido de antemano de la decisión del colombiano dada la cercanía doctrinaria y operativa -- de inteligencia-- de ambos en el Plan Colombia.

Señálese, sin desviarnos del tema central, que las FARC tienen casi medio siglo de existencia y que conforman, en la práctica, una fuerza beligerante, aunque en rigor jurídico esa condición le es negada.

El Presidente Uribe teme que las FARC sean reconocidas internacionalmente como fuerza beligerante, lo cual habría sido un enorme desfavor político para aquél; su posición sería socavada.

II La posibilidad de ser reconocida como fuerza beligerante habría rayado en probabilidad si Ingrid Betancourt y una docena más de rehenes de las FARC hubiesen sido liberadas en Ecuador, como se preveía.

Ello conforma el motivo real de la agresión bélica del gobierno presidido por el señor Uribe a Ecuador, con la doble meta de destruir el santuario de las FARC en éste país y suspender el proceso.

Otras metas habrían sido, dedúcese en Washington, las de advertir a los gobiernos ecuatoriano, encabezado por Rafael Correa, ty de Venezuekla, presidido por Hugo Chávez.

El temor de que las FARC sean reconocidas como fuerza beligerantre tiene fundamentos. Ésta organización ejerce control sobre un tercio, aproximadamente, del territorio de Colombia.

Y tienen las FARC tantos años, casi, de actuación como la fase institucional (1959) de la Revolución Cubana. Cuando Granma navegaba de México a Cuba, Colombia ya estaba, desde 1948, en guerra civil.

III Esa guerra civil concluyó, aparentemente, en 1960, pero su latencia persistió hasta 1964, cuando se fundaron las FARC y, luego, el Ejército de Liberación Nacional y otras insurgencias armadas.

Por supuesto, la iniciativa bélicosa del señor Uribe --"no soy hombre de odios", dijo el viernes en Santo Domingo, en la "cumbre" del Grupo de Río-- no contradice el sentir de don George W. Lo opuesto.

Y aun sin consultar su decisión con éste, el señor Uribe actuó con arreglo a la filosofía, la ideología y los imperativos políticos del interés del imperialismo y el contexto del Plan Colombia.

Ese Plan, aplicado también ya en México bajo la denominación de Iniciativa Mérida, es una socaliña: bajo la guisa de combatir al narcotráfico se criminaliza la protesta y la movilización sociales.

Por ello, aun sin la consulta y sin la eventual autorización del señor Bush al ataque a las FARC en Ecuador, el mandatario colombiano satisfizo también (y con creces) el interés geopolítico estadunidense.

De cualesquier maneras, la actuación del colombiano fue el proverbial tiro que salió por la culata. Creó una crisis política que el abrazo de Santo Domingo palia pero no resuelve y agudizará.

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Glosario:

Granma: nombre del yate propiedad del mexicano Antonio del Conde, El Cuate, que en 1956 llevó a Cuba desde Tuxpan, Veracruz, a 82 revolucionarios cubanos encabezados por Fidel Castro, quienes desde la Sierra Maestra combatieron y derrocaron al dictador Fulgencio Batista.
Grupo de Río: mecanismo de consulta y concertación política de pa´pises de Nuestra América, creado en 1986 en Río de Janeiro, a partir del Grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá), así llamado por haberse reunido originalmente en la isla de Contadora, Panamá, a propósito de las crisis políticas en América Central; y del Grupo de Apoyo (Argentina, Brasil, Uruguay y Perú).





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Mexicanos en la FARC

Fausto Fernández Ponte


I La incursión y secuencial bombardeo (saldo: 22 muertos) de la Fuerza Aérea Colombiana en Ecuador para destruir un santuario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, exhibió lo siguiente:

1) Que el Presidente de Colombia, Alvaro Uribe, está dispuesto a incurrir en acciones extremas execrables --agredir militarmente a países vecinos e incendiar la región-- en aras de sus obsesiones.

2) Que esas obsesiones son las de combatir y vencer a las insurgencias colombianas y no negociar la paz con ellas, cerrando el paso a la liberación de rehenes de aquellas, como Ingrid Betancourt.

3) Que la actuación del Presidente Uribe responde, a su vez, a la obsesión del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de "castigar" a países empeñados en reivindicar su soberanía.

4) Esa soberanía se representa en el derecho jurídicamente reconocido de recuperar su patrimonio nacional hoy saqueado por entes trasnacionales estadunidenses y de España, principalmente.

5) Que existe una intención estadunidense de internacionalizar la represión militar a la insurgencia colombiana y, a la vez, a los afanes reivindicatorios de los gobiernos de la región.

II Y más:
6) Esos gobiernos son los de Ecuador --en cuyo territorio tenían un santuario las FARC--, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, que buscan independizarse del hegemonismo estadunidense e hispano.

7) Que las insurgencias colombianas y los propósitos nacionalistas de los gobiernos de los países vecinos citados concitan un enorme apoyo en ciertos segmentos conscientes del pueblo de México.

8) Que ese apoyo, empero, no es únicamente mexicano, sino también de otros países de Nuestra América. En las FARC hay, verificadamente, argentinos, chilenos, peruanos y uruguayos.

9) En el caso de los mexicanos en las FARC, su presencia allí tiene hondo significado que, dada la cortedad --ya proverbial-- y la cerrazón política del Gobierno de Facto, éste aquí no percibe.

No percibe, por ejemplo, que el significado mayor del hecho --participación de mexicanos en las FARC-- es, por un lado, su causalidad económica, política, social y cultural; por otro, su historicidad.

Esto último es documentadamente cierto, pues muchos connacionales han participado en insurgencias populares --revolucionarias o de resistencia-- en Cuba, Nicaragua, El Salvador, etcétera.

III Por supuesto, esa participación de mexicanos tipifica presuntamente conflictos potenciales con ciertas figuras jurídicas vigentes en México de indiscutible aldeanismo doctrinario.

Pero, más allá de esos convencionalismos la participación de mexicanos en las insurgencias en Colombia nos habla de idealismos acendrados en nuestros jóvenes y hondas convicciones políticas.

Nos habla, por añadidura, de que esos jóvenes al incorporarse a las insurgencias en Colombia obtienen experiencia que podría ser aplicable en México si las coyunturas aquí lo permitieren.

Nos habla, asimismo, de que esas coyunturas están desarrollándose, pues de hecho hay en México varias insurgencias --al menos 40, según el Gobierno de Facto-- político-militares y varias más civiles.

La mayoría de esas insurgencias tiene sólo alcance local --ciertas regiones serranas inhóspitas y aisladas--, pero por lo menos tres trascienden a lo nacional, reprimidas por el Gobierno de Facto.

Sin embargo, el hecho nos habla de una gran frustración social en México, realidad abrumadora que el Gobierno de Facto no reconoce y, obviamente, no atiende y sí, en cambio, coadyuva a agudizar.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Coadyuva: del verbo coadyuvar. Ayudar, aportar, contribuir a un fin.





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PRD

Fausto Fernández Ponte


I En vísperas de la renovación del comité ejecutivo nacional del Partido de la Revolución Democrática, ninguno de los aspirantes a presidirlo ha sugerido ni remotamente la refundación de dicha entidad, parte, sábese, de un andamiaje político de simulación.

Esa simulación es grotesca, con arreglo a la percepción general: impide el ejercicio cortical de todo sistema político de laya democrática, aunque ésta sea --como es-- teórica. Ese ejercicio es el de la participaciòn social en la política.

Hágase la salvedad, por supuesto, de que el PRD es una expresión de la cultura política prevaleciente en México y, desde esa perspectiva, tiene su nicho, aunque en los hechos ese sitial no se corresponda con las expectativas de la pluralidad.

Ese es el telón de fondo. Las expectativas de la pluralidad --sería más apropiado decir pluralidades-- ideológica y política de los mexicanos tienen por esencia un anhelo histórico que se renueva constantemente en pos de la certidumbre.

Y ese anhelo histórico es el de la evolución --movimiento-- de la evolución de la política como enser que, aplicado socialmente, deviene en cambio que, a su vez, es consecuencia de que el poder sea ejercido sin subrogación arbitraria.

II En México, el poder formal y, acentuadamente, el fáctico (de los facilitadores de cotos y gajes tangibles e intangibles de privilegio) actúa bajo una subrogación asumida unilateralmente, sin devenir de contrato social alguno ni de consensos populares.

A esa subrogación, el sistema --es decir, la élite de personeros de mayor jerarquía de la forma de organización económica y polìtica prevaleciente-- la adorna con atuendos de formalismos y convenciones comiciales por definición espurios.

Señálese que las expectativas de la pluralidad se alimentan, todavía, de la esperanza aunque ésta --habría que reconocerlo como autocrítica partidista-- exhíbese ante propios y ajenos como muy enteca, estrujada además por una astenia peligrosa.

Ello antójase verismo. La peligrosidad de esa astenia --suma de anemias y atamientos-- reside en que no parece advertirse una conciencia de que, cual imperativo de supervivencia, el Partido tiene que mutar su vocación tribal por una propedèutica social.

Esa mutación --reorientar, en realidad, las vocaciones partidistas hacia lo social-- implica la refundación del Partido para posicionarlo a la vanguardia y rescatarlo de las inercias de la zaga y lo reactivo, como agente de catálisis.

III El PRD debe convertirse, bajo esa filosofía de la catálisis --del cambio económico, político y social profundo-- en un ente revolucionario, en congruencia con su denominación misma y los principios que le dieron origen.

Dicho de otro jaez, el PRD debe refundarse como un partido social en su sentido más amplio y profundo, el revolucionario, y superar su condición actual --la etapa del presente-- para abanderar más allá del discurso nuestras luchas históricas.

Esas luchas históricas se representan en las fuerzas, nítidamente identificadas, de la transformación de la vida nacional --en lo político, lo económico e incluso en lo social-- y reprimidas bajo modalidades variopintas por el poder formal.

Estas disquisiciones tienen por singladura la interrogante que sigue: ¿Por qué ninguno de los candidatos a la Presidencia del PRD ha propuesto refundarlo y orientarlo hacia derroteros verdaderamente revolucionarios o transformadores?

La respuesta puede ser la de la cortedad de miras y de intereses crematísticos personales o de grupo en los candidatos y lo que representan. Ignoran que una revolución democrática trasciende el ámbito del statu quo y accede a estadios suasibles.

Esos estadios son los de encender la conciencia de que la transformación real, de fondo, estructural y superestructural, sólo es posible mediante la toma social del poder político y económico. Ese debe ser el destino del PRD. Empero...


ffponte@gmail.com
Glosario:
Estructural: referido al concepto sociològico de estructura de la sociedad. Conjunto de relaciones internas y estables que articulan a los diferentes componentes y elementos de una totalidad concreta; le confieren coherencia a ésta.
Statu quo: literalmente, "en el estado en que..." Estado de cosas en un determinado momento.
Suasibles: que se puede aconsejar y persuadir, modificar o alterar.
Superestructral: referido al concepcto sociológico de superestructura. Conjunto de instituciones cuya función es la de cohesionar a la sociedad y la cultura en torno a la base económica. Un cambio superestructural implicaría modificar las relaciones de producción y las fuerzas productivas.





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