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Ley GESTAPO

Fausto Fernández Ponte


I Mientras el sentir general no sea, como al parecer es, afín al Gobierno de Facto --surgido de un golpe de poder del grupo de interés abanderado por Vicente Fox para instalar a Felipe Calderón como Presidente-- la Ley Gestapo será --es-- impopular.

¿Por qué? Porque la citada ley --en realidad, conjunto de reformas a los artículos 16, 17, 18, 19, 20 y 21 de la Constitución Política aprobadas el martes por la Cámara de diputados-- va a contrapelo de los intereses del pueblo.

¿Y por qué va a contrapelo de los intereses del pueblo de México? Porque ese mismo pueblo luchó y ofrendó vidas --un millón de ellas de 1906 a 1917-- para que las garantías individuales tuviesen vigencia plena en un estado de derecho humanista.

Ésta reflexión nos lleva a ciertos conceptos clave que habría que descodificar: uno, el de pueblo; otro, el de estado de derecho. Un tercer concepto axial es el del estado de excepción jurídico y sociopolítico prevaleciente en nuestro país.

Añadiríamos otros conceptos nodales:
Por un lado, el de la descomposición moral que persiste y parece crecer en el país y cuyas causales son inadvertidas por el Gobierno de Facto o, si acaso, intencionadamente ignoradas.

Y, por otra banda, el hecho real y, por ello, abrumadoramente insoslayable, de que el Gobierno de Facto carece de un mandato sociopolítico amplio para librar una guerra contra una vertiente del crimen organizado cuyo objetivo estratégico es dudoso.

II Estos enunciados nos hablan con llaneza de que el Gobierno de Facto y, en un sentido más anchuroso, el Estado mexicano mismo, tiene por personeros a individuos incapaces e ineptos en el mejor de los casos y, en el peor, corruptos y traidore al pueblo.

Mas abundemos en los conceptos de pueblo y estado de derecho y, así, en esa vena, abordemos y despulpemos el primero.

La ciencia política define al pueblo como uno de los elementos constitutivos del Estado; es su elemento humano. Se formó en el decurso del tiempo y de la convivencia social. Deviene de un dilatado proceso de adaptación histórica y geográfica.

En ese decurso se forjó una correlación funcional entre los miembros de ese grupo social, creándose la cultura y, a la vez, afináronse las costumbres, se unificó el lenguaje y se ideó la religión, compartiéndose territorio. Se cohesionó al grupo.

El grupo desarrolló fisonomía propia y distintiva; adquirió, en esa secuencia, su ser psicológico. El pueblo, pues, significa la existencia colectiva. Así constituido, el pueblo es una unidad social orgánica determinada por ciertos imperativos:

1) El del espiritu e ideales comunes.
2) Atribución de deberes y derechos políticos en la vida comunitaria e individual.
3) La conciencia de una comunidad de intereses, de que los miembros del grupo son un todo unitario que hace de la pluralidad de personas el eje de su organicidad. Es un todo, no una suma.

III El pueblo es, pues, un sistema estructurado de convivencia, regido por un statu quo legal --el estado de derecho-- que, empero, no suele ser una correlación mecánica. El vocablo pueblo se refiere a la sociedad.

Un pueblo está consciente de su destino histórico. Es al mismo tiempo formación natural --aunque no improvisada ni agregada-- y formación cultural. El vocablo pueblo es un concepto polìtico, necesariamente referido al Estado.

El pueblo es, por lo mismo, el sujeto de la vida política estatal, aunque esa correspondencia no se da inexorablemente. En no pocas ocasiones, la vida política estatal sufre distorsiones y se distancia del pueblo. Ello está ocurriendo hoy en México.

Esas distorsiones tienen muchos orígenes, pero el principal es el de pérdida de coincidencias de intereses. Cuando éstos dejan de ser comunes --lo que ocurre con mucha frecuencia-- el Estado, del cual el pueblo es constituyente, incurre en espuriedad.

Y actúa opuesto a los intereses del pueblo, creando un marco jurídico --un estado de derecho-- a modo para lograr sus fines propios. El Estado deja de someterse al derecho o a la acción omnicomprensiva de la ley. Elimina la autolimitación.

Es decir, limitar el ejercicio del poder de los gobernantes. La Ley Gestapo tiene por fines eliminar esas limitaciones, librando el alcance de normas morales usándose reglas que anulan aquellas. Se rompe leguleyamente lo autolimitante del poder.

Dicho de otro arreo: con la Ley Gestapo se violará legalmente la ley. Se crea constitucionalmente un estado de excepción que desconoce garantías individuales y las prerrogativas de las personas. Es una aberración moral, polìtica y jurídica.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Despulpemos: del verbo despulpar. Extraer la pulpa de un vegetal o fruta.




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Ideología del Saqueo

Fausto Fernández Ponte


I La depredación cínicamente ostensible de los activos fijos y potenciales --prospectivos-- de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos sugiere indagaciones reflexivas acerca de los motivos de ese triscamiento y saqueo de la riqueza patrimonial de México.

No son pocos los mexicanos que no se explican las causales motivacionales de la conducta de quienes, en el ejercicio del poder --el formal y el fáctico-- se han dado a la inmoral práctica de triscar y saquear el patrimonio de todos nosotros.

Cierto es, triscar y saquear con particular alegría y entusiasmo los tesauros patrimoniales de los mexicanos todos --los de hoy y de los que vendrán, nuestros hijos y nietos-- tiene varias modalidades, pero una, sobre todo, es la que predomina.

Esa modalidad es la ceder a unos cuantos particulares mexicanos y extranjeros y en posición de poder el usufructo de los bienes de la nación y despojar a ésta, bajo guisas falaces y sofisteras y socaliñas asaz perversas, de lo que le es propio.

Por supuesto, abundan las explicaciones acerca de los móviles de quienes perpetran ese triscamiento y tal saqueo, de sus cómplices intelectuales y materiales y sus asociados en el poder.
Esa conducta tiene una agravante monstruosa: la impunidad.

Una de explicaciones para elucidar las motivaciones de los triscadores y saqueadores se asienta sobre las premisas y silogismos, la cultura y la dialéctica de la corrupción, tanto moral como ética y, no se diga, material.

II Y es que ese triscamiento y saqueo --fueren éstos delictivos con arreglo a los imperativos reales o inferidos del marco jurídico prevaleciente, o fueren condonados por la filosofía de dicho entorno legal-- es comportamiento antisocial.

Así es. Triscar --morder aquí y allá y tirar tarascadas-- y saquear al país atenta contra los intereses cde todos, los de la colectividad, los de la sociedad entera y, ergo, los del pueblo de México, que es una noción conceptual más amplia.

La explicación a ese comporamiento antisocial del poder formal y fáctico --que se suele fundirse en uno, como lo exhibe la inserción del español Juan Camino Mouriño en el aparejo político decisorio del gobierno-- es la prevalecencia de la corrupción.

Sí. Ello es vero, pero ¿por qué existe y persiste y se reproduce, fortalece y consolida la corrupción en el ejercicio del poder político o económico o incluso el social y el cultural en México? ¿Herencia de los conquistadores? ¿De los aztecas?

Ésto nos lleva de porrazo al tema de la idiosincrasia del mexicano y los vectores causales históricos de ésta. Podríase señalar a conquistadores y aztecas como los progenitores de esa idiosincrasia, pero esa es una exégesis obvia y simplista.

El fenómeno de la corrupción como idiosincrasia social es asaz complejo y es consecuencia de un proceso evolucitivo --un "continuum", como lo identifica la sociología-- que trasciende lo colectivo y se asienta y circunscribe al ejercicio del poder.

III Por sus manifestaciones culturales, la corrupción es parte inherente de la idiosincrasia del poder o, a fuer precisorio, del poder formal/fáctico. Por definición, el poder es corrupto: para citar a Lord Acton, el poder absoluto es absolutamente corrupto.

En México, el poder formal es absoluto, pues los mecanismos de contrapesos y vigilancia constitucionales son un convencionalismo formalista. El poder formal no es sólo el que representa el gobierno, sino el Estado mexicano todo.

Y, como secuela, es un estado de derecho a modo. Triscan y saquean al país en gradación variopinta desde el Presidente de la República --de Facto hoy-- hasta el más nimio de los ediles, pasando por gobernadores, diputados y fiscales y jueces.

Trátase no de hurtar lo ajeno cual malandrín que actúa impulsado por la oportunidad ocasional, sino de una cultura de la conspiración de clase --de élite-- para hacerse del patrimonio material y/o moral y cultural de otras clases sociales.

Ello nos enuncia que existe un abismo insondable --un divorcio-- entre la moral y la política, entendida ésta como método de ejercer el poder formal o fáctico. No en vano persiste la convicción generalizada de que la política carece de moral.

Y es que la ética de las ideologías políticas y las teorías económicas y las acciones que en nombre de ellas se realizan es dudosa. Cítese a Borja: dicha ética está vinculada al "para quien se gobierna" o a favor de quién formula en poder sus propuestas.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Acton, Lord John Dalberg: filósofo e historiador germano-inglés (1834-1902). Desarrolló teorías acerca de la relación entre la historia, la religión y la libertad. Fue considerado uno de los pensadores más sabios de su época.

Borja, Rodrigo: pensador, sociólogo, tratadista de ciencia política y político ecuatoriano. Fue Presidente de la República del Ecuador (1988-1992).

Conspiración de clase: concepto de cierta escuela de la filosofía de la historia que establece que la clase social dominante conspira permanentemene contra las clases dominadas, para hacer prevalecer los intereses de aquella sobre los de las otras.

Malandrín: maligno, perverso, bellaco, delincuente.

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Ley de Medios

Fausto Fernández Ponte

I Las 47 organizaciones civiles que conforman el recién creado Frente Nacional por una Ley de Medios (de difusión masiva), si bien exhiben una empeñosa preocupación, muestran una cortedad preocupante.

Señálese que el Frente --que parece expresión coyuntural, más que estructural y/o superestructural-- enuncia propuestas que devienen, sin duda, de una inquietud moralmente legítima.

Y esa inquietud es la de que el Senado de la República (¡qué nombre más inapropiado!) posponga dar un dictamen acerca de una Ley de Radio y Televisión y debatirlo.

El Frente sostiene que esa legislación sea atendida --es decir, debatida ampliamente-- durante el periodo de sesiones corriente, y modificada, para no privilegiar intereses antisociales creados.

Y esos intereses creados son los de las empresas concesionarias de radio y televisión, las cuales monopolizan un medio de control social de gran alcance cuyas secuelas son ominosanmente graves.

Una secuela es la de que inducen comportamientos colectivos que reproducen y refuerzan yugos sociales en torno a una cultura de interés económico ajeno, e incluso opuesto, al del pueblo de México.

II Y, otra, que esas empresas tienen virtualmente bajo chantaje a los Poderes de la Unión --incluyendo al Legislativo-- y sus personeros, a gobernadores y, en general, al poder político y al Estado mismo.

Una tercera es la uniformidad míope de la cosmovisión empresarial --concesionarios de un patrimonio del país, el espectro radioeléctrico-- que preconiza valores de una cultura mercantilista.

Ante esa puerilidad --los contenidos de radio y televisión-- de las empresas concesionarias que mella el desarrollo de la conciencia colectiva, el Frente ha identificado sus objetivos.

En esa vena, Javier Corral, uno de los voceros más conspicuos del citado Frente usó un coloquialismo para describir sus motivos y propósitos:

"Se requiere una nueva ley de medios (de difusión masiva) para hacer más grande la cancha, para que haya más jugadores, un árbitro imparcial y no cautivo de las televisoras para que la pluralidad exista en televisión y unos cuantos no tengan en su puño a la clase política en detrimento de la sociedad en general".

III En esos enunciados --equivalentes a una declaración de principios-- adviértense las cortedades de las propuestas del Frente. Éstas deben ser más profundas y trascendentes.

Sin duda. Las propuestas deben comprender algo indispensable: mudar la propiedad de las empresas concesionarias de un patrimonio de la nación. Por ley, esa propiedad debe ser social, no privada.

Y, por ley también, esas empresas tienen que ser públicas, sujetas a contrapesos y vigilancia por parte del pueblo y no de la clase política erigida malamente en representante de aquél.

El móvil central de una propuesta así, más allá de la promovida por el Frente, es que los medios de control social son de insoslayable importancia estratégica para la seguridad real de la nación.

Y, por ello, sus operaciones --desde las subyacencias filosóficas hasta su tecnicidad-- requieren, a su vez, mecanismos que impidan su abuso o mal uso por el poder formal y/o poderes fácticos.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Clase política: definición compuesta de origen fascista, muy usada en la ciencia política. Se refiere al conjunto de personas dedicadas a la política dentro y fuera del Estado, aunque no son una clase social en sí.
Estructural: en sociología referido a la estructura de una sociedad. Conjunto de relaciones internas y estables que articulan a los diferentes elementos de una toitalidad concreta.Propiedad privada: propiuedad de particulares.
Propiedad social: propiedad de un úeblo, una comunidad, una nación. Subyacentes: de subyacer. Bajo la pieñl o bajola tierra, basamento.
Superestructural: en sociología referido a la superestructura de una sociedad. Conjunto de instituciones que cumplen la función de cohesionar a la sociedad y a la cultura en torno a la base económica.



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Fidel

Fausto Fernández Ponte


I Hace casi 50 años triunfó la Revolución en Cuba y, en ese lapso, notorio por una agresión sistémica feroz del poder en Estados Unidos, tres generaciones de cubanos le han dado continuidad a aquella.

Cierto antójase y vero es, documentadamente. La misma dialéctica del proceso revolucionario agota las generaciones y reduce, a no dudarlo, los años de vigencia de cada camada de poder en Cuba.

Han sido --y son, diríase a fuer de precisión-- tres generaciones completas, si incorporamos en la definición los años desde la salida del barquichuelo Gramma del puerto veracruzano de Tuxpan, en 1956.

La intensidad cualitastiva y, desde luego, en lo cuantitativo, de las etapas de desarrollo de la Revolución en Cuba exacciona un costo elevado: el plazo generaciones es de 15 a 18 años.

Hágase la salvedad pertinente que éste escribidor se refiere a las generaciones del poder o, por mejor decir, en el poder político y en ámbitos potestarios de la dirección política --la del Estado-- del país.

II En otras latitudes --en México, por ejemplo-- el desgaste generacional y su cortedad cronológica es también acusado. En nuestro país, la dinámica de las generaciones abarca sólo 15 años y no 20 ó 25.

En el caso mexicano ese desgaste generacional obedece, presumiríase, a causales distintas a las de la Revolución en Cuba. La dialéctica del proceso cubano nútrese de los fenómenos de la realidad.

Y, cabe añadir, aliméntase también de su automovimiento, sobre basamentos de las contradicciones internas y cómo éstas son resueltas política y socialmente, mas no en términos de poder.

Las causales del desgaste generacional mexicano son:

Una, el contexto demográfico mismo --es decir, sociocultural--, que es denso en extremo, pues el crecimiento poblacional ha rebasado la capacidad de previsión e incluso facultades del Estado mexicano.

Y, otra, la inviabilidad social de la forma de organización económica y política prevaleciente, que impide resolver las contradicciones propias, internas y externas.

III No es el caso en Cuba, pero podría darse. La Revolución Mexicana cesó, en los hechos y cronológicamente, con la asunción de Manuel Avila Camacho a la Presidencia de la República.

Pero fueron los mandatarios civiles --desde Miguel Alemán hasta el actual Presidente de Facto-- los que iniciaron un proceso de reversión revolucionaria, hasta estratificar a la RM.

Cada sexenio era una mutación generacional, aunque había excepciones individuales de quienes saltaban de una administración a otra. La vida políticamente útil de una generación es corta.

Esa experiencia mexicana --ciertamente triste y, ergo, patética, por trágica, pues ha convertido a México en anexado coto estadunidense-- es histórica. Pensaríase que Fidel quiere evitarla en Cuba.

Pudiérese decir que Fidel ha andado ese camino. El estado cubano es traslape, si no entreveramiento, de generaciones. Esa es la verdadera transición, la del continuum evolutivo. Ese es el legado de Fidel.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Alemán Valdés. Miguel: Presidente de México de 1946 a 1952.
Avila Camacho, Manuel: presidente de México desde 1940 a 1946).
Continuum: en sociología marxista, concatenación lógica de diferentes estructuras dentro de un mismo sistema, que expresa una línea de desenvolvimiento histórico.



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El Bombazo: la Hipótesis

Fausto Fernández Ponte


I La bomba de aparente manufactura casera --"improvisada", la calificó la policía del Distrito Federal-- que estalló antes de tiempo es un sucedido que sugiere varias hipótesis especulativas.

Y esas hipótesis conforman silogismos que se nutren de las premisas siguientes:

Una, el artefacto estalló precisamente el día de pago quincenal, causal, en su turno, de gran congestión vehicular y peatonal en la red capilar del primer cuadro céntrico de la urbe.

Y, otra, el estallido ocurrió en los límites de la denominada "zona rosa", en la concurridísima avenida Chapultepec, a pocos pasos de la sede de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno del DF.

La concatenación de esas premisas arroja un silogismo conturbador: se premeditó que el estallido ocurriese en una parte del DF de gran visibilidad, asegurándose así espectacularidad y dramatismo.

El dramatismo se representaría en que habría muchas víctimas --inocentes todas-- y destrucción, para aterrorizar a la población capitalina y, ergo, del país mismo.

Como daño colateral muy visible y además enorme --muertos, heridos y destrucción de bienes materiales-- y causal de terror colectivo en el DF, el costo para el perpetrador sería su propia vida.

II Es decir, el artefacto no estaba diseñado para detonar como bomba de tiempo, hasta donde sábese si nos atenemos a lo difundido por el gobierno del DF. ¿El perpetrador era acaso un suicida?

Pensaríase que no, no obstante que según la autopsia el perpetrador había consumido cocaína (aunque no alcohol) para darse valor a sí mismo al llevar consigo una bomba y ponerla en un sitio dado.

Estos componentes devienen en la hipótesis de que se trataba de darle muerte segura por bombazo al alto jefe de la Policía del DF ya aludido aunque cuyo nombre ignórase a ciencia cierta.

Empero, esa hipótesis no resiste el cotejo metodológico, el cual incorporaría otros componentes adicionales, agentes y/o elementos vectores, pues aquella conjetura ofrece un motivo superficial.

En efecto, ésta suposición o hipótesis establece como motivo principal el objetivo aparente de adsesinar a un alto jefe policiaco. Sí, pero ¿por qué? La respuesta cabal configuraría el móvil real.

Por ello, el móvil discernido por el gobierno del DF antójase endeble. ¿Por qué querríase asesinar con una bomba al alto jefe policiaco no identificado? ¿Por motivos políticos? ¿Venganza? ¿Castigo?

III Por supuesto, no descártase que el propio gobierno del DF guárdase para sí, por razones obvias, detalles reveladores del caso que pudieran confirmar el discernimiento del móvil real.

Tal vez el perpetrador --que todavía tiene la calidad de presunto-- fue también víctima y quizá no sabía siquiera que llevaba consigo una bomba que programada para estallar antes de tiempo.

Y es posible --sólo posible-- que hubiese sido contratado sólo para llevar consigo la bomba sin saber qué era lo que portaba y era, por tanto, ajeno al objetivo de dicha operación.

Dada la concatenación dialéctica de la hipótesis, también es posible que la autoría intelectual es ajena al portador fallecido --presunto perpetrador-- y nos retorna al punto de partida: ¿Quién y por qué?

Pero ésto nos lleva a otro estadio hipotético, el de hacer estallar una bomba con fines ulteriores, los de crear un clima de terror para inducir, así, a los legisladores a aprobar la "Ley Gestapo".

Si dicha hipótesis --la sospecha-- pudiere ser corroborada, descubrir la autoría intelectual y los motivos reales sería camino pavimentado, aunque no fuese en línea recta. Aclararía muchas otras cosas.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Hipótesis: suposición o afirmación no demostrada a partir de las cuales se extrae una conclusión.




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¡Sálvese Quien Pueda!

Fausto Fernández Ponte


I Según noticias viejas y nuevas, miles de mexicanos tratan de asilarse en Canadá. Tan sólo en 2007, cinco mil 500 connacionales solicitaron asilo en ese país de la América del Norte, pero la mayoría de solicitantes fue rechazada.

Empero, sábese que las políticas del gobierno del Canadá en materia de inmigración, comparadas con las del de Estados Unidos o el de México, son más flexibles, aunque en el caso canadiense existen rezagos de por lo menos cinco o seis años.

Más una cosa es inmigrarse con todas las de la ley a Canadá y orra muy distinta es solicitarle asilo al gobierno de ese mismo país. Los criterios aplicados por los políticos y burócratas canadienses acusan enormes diferencias cualitativas.

Sin embargo, para el gobierno de Canadá --cuya jefa de Estado es la reina de Inglaterra--, sabedor de los motivos veros o declarados de cada solicitante a inmigrarse o asilarse, no incurre en pesquisas verificadores de tales móviles.

Por supuesto, el gobierno de Canadá tiene el privilegio legal de rechazar o aceptar cualesquier solicitudes de inmigración o asilo sin tener que indagar y verificar motivos y discernir la validez objetiva de éstos, pues tal es su política actual.

II Sin embargo, el hecho --es un sucedido contante-- de que miles de ciudadanos de un país vecino como México soliciten año tras año inmigrarse o asilarse en Canadá debiere preocupar no sólo al gobierno canadiense, sino también al mexicano.

Y preocuparse profundamente, pues éste hecho ofrece la doble cualidad de ser consecuencia --o efecto-- de deformes anomalías y, a la vez, causal de manifestaciones ocurrentes y por venir que afectan ya, en la práctica, la vida en ambos países.

Esta reflexión nos lleva de porrazo concatenante a la dialéctica del doble fenómeno, pues éste parece tener, en lo genérico, una misma causal, más allá de la desesperanza: el deterioro socioeconómico y sociopolítico prevaleciente en México.

Cierto. Esa situación, como bien sabríanlo los gobiernos de aquí y, desde luego, de allá --en Canadá-- y aculla (en EU), constituye un agente causal de expulsión o de empuje de los miles de mexicanos que quieren año tras año inmigrarse o asilarse.

Así, salir inmigrado o asilado tiene equivalentes definidos con nitidez por el natural instinto de supervivencia no sólo individual, sino sobre todo social. "¡Sálvese quien pueda!" es una actitud propia de la naturaleza y de la vida.

III Otro equivalente --adicional-- se representa en el verismo de supervivencia que las ciencias biológicas e incluso las disciplinas sociales identifican como el factor de "fight or fly" --luchar o huir-- vinculado a la preservación de la vida.

Háblase de preservación integra, no a medias, ni parcial; háblase de integridad física, personal o colectiva, y desde luego cultural. Implica búsqueda de vías para renovar la esperanza societal cada día más inasible en México. Certidumbre.

Háblae de la certidumbre que deviene de la seguridad económica, política, social y cultural en un contexto sostenido por valores cuyo eje sean, por un lado, el respeto estructural --institucional-- de los derechos humanos y, por otro, la justicia.

Así, pensaríase no sin razón en la alternativa: en vez de luchar (y enfrentar las causas de esa erosión de esperanza, certidumbre y seguridad social y pública para un cambio) queremos huir del país y salvarnos. La alternativa es revolucionaria.

La alternativa pudiere ser a la postre más costosa: perder la vida. Buscar la igualdad económica (poner fin a la exlotación del hombre por el hombre), la justicia social y la equidad en el ejercicio del poder por unos pocos exige un precio muy alto.

Canadá es un atajo al país al que aspiramos ser, pero queremos evitarnos sudor, sangre y dolor de construirlo en México. Tenemos dos siglos de intentar construirlo por la vía revolucionaria, civil y/o armada. Pero los que se quieren ir no lo saben.

ffponte@gmail.com
Glosario:
anomalías: ´malformación o alteración biológica, congénita o adquirda.
Concatenante: del verbo concatenar. Unir o enlazar unas cosas con otras.
Dialéctica: relación entre opuestos que se resuelve en una forma superior o sìntesis.





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Pemex y TLCAN: Falacias y Mentiras

Fausto Fernández Ponte


I El gobierno de México que encabeza el Presidente de Facto y, diríase sin caer en hipérbole que también el Estado mexicano mismo, son perpetradores más allá de lo tentativo de acelerar el despojo de nuestro patrimonio en provecho de particulares.

Para perpetrar tan colosal ilícito moral y constitucional el gobierno e, insístase, el Estado, recurren a socaliñas y artificios para engañarnos y, así, convencernos de continuar regalando sin nada a cambio el tesauro de todos nosotros.

Dicho de otro jaez, caro leyente: el titular del Poder Ejecutivo y, en grandísima medida, el Legislativo y, desde luego, con el silencio anuente --cómplice-- del Poder Judicial, están empeñados en fomentar con dolo un mayor saqueo de México.

Ese saqueo --iniciado con la complicidad del gobierno que presidió Miguel de la Madrid, de 1982 a 1988-- exhibe hoy arrogante impunidad y, ergo, cinismo incontenible, así como una virulencia brutalmente atroz.

Ese saqueo virulento tiene modalidades y morfología perversas, que son atajos para llegar más pronto al destino: convencernos que los mexicanos --es decir, el pueblo de México-- seremos los beneficiarios de un rapiñar monstruosamente depredador.

Esa rapiña saqueadora y sus modalidades y morfología se emblematizan en la privatización a troche y moche de la empresa paraestatal petróleos Mexicanos, responsable de administrar un patrimonio nacional de gran importancia estratégica.

II El encuadre filosófico y el marco político-económico de esa privatización, independientemente de cualesquier definiciones sofistas aplicadas por el gobierno y el Estado mexicano, tiene nombre: Tratado de Libre Comercio de la América del Norte.

Esa privatización es corriente --se realiza ya, desde hace varios sexenios, con la "desincorporación" o cesión, como gangas, de empresas del Estado a particulares--, pero se acentuó a raíz de que el TLCAN adquirió vigencia en 1994, al final del salinato.

El TLCAN tiene antecedentes históricos. Signar un tratado comercial entre México y Estados Unidos fue propuesto por primera vez en 1836 por Antonio López de Santa Ana cuando, prisionero, fue llevado ante el presidente estadunidense Andrew Jackson.

Éste no le hizo caso a Santa Anna, quien, además, desoida su propuesta quiso venderle chicle --de las selvas veracruzanas--, obtener de esa guisa su libertad y no tener que aceptar la realidad geopolítica y militar de la independencia de Texas.

Años más tarde, Benito Juárez propuso lo que sería el Tratado MacLane-Ocampo, más lo hizo para asegurarse que la flota estadunidense ahuyentase de Veracruz a los barcos de guerra españoles, franceses e ingleses fondeados en Antón Lizardo.

Ese protocolo, empero, jamás fue ratificado por el Senado estadunidense ni por el Congreso mexicano. Pero Juárez logró su propósito: utilizó a los gringos para hacer huir a los europeos, aunque luego los franceses retornaron e instalaron a Maximiliano.

III Transcurrido el tiempo, fue el presidente Jimmy Carter quien, persuadido por un estadunidense de ascendencia mexicana, Abelardo Valdés, propuso un "North-American Accord" y alzarse con nuestro petróleo y gas. Pero José López Portillo lo ignoró.

Ronald Reagan retomó la idea. E insistió en su "North-American Accord" que presumiblemente sabríase hoy, el secretario de despacho de Programación y Presupuesto del entonces Presidente De la Madrid, Carlos Salinas, lo acogió con mucho interés.

Ya como Presidente de México, el señor Salinas le propuso un TLCAN al primer George Bush, haciéndo suya con presteza la propuesta. El Tratado obliga al gobierno (y al Estado) a hacer lo que se ha hecho desde entonces: regalar el país para saquearlo.

Pero más allá de los antecedentes históricos, el poder en México aduce que sería en provecho de los mexicanos regalar Pemex a particulares y/o consorcios trasnacionales de EU y España e incluso bursatilizar el capital social de la empresa.

Para ello realiza el poder una campaña mediática de convencimiento, simultánea a otra para persuadirnos de que el TLCAN ha creado prosperidad en el agro y, en general, en el país. Pero la realidad es un telón de fondo doloroso y contrastante.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Bursatilizar: colocar entre postores en una bola de b valores o lonja mercantil o mercado bursátil acciones de bienes actuales y el capital social de una empresa o producción actual o futura.
Hipérbole: figura del lenguaje que consiste en exagerar.
Salinato: sexenio de Salinas.
Signar: firmar, suscribir.
Sicaliña: ardid, treta, maña, engaño, trampa, enredo.
Tesauro: riqueza, teoro, patrimonio, acervo.




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Prácticas de Control Político



Fausto Fernández Ponte





I

Según algunos gobernadores, existen en los estados que gobiernan indicios de descontento social que raya, en no pocas ocasiones, en irritación y, en algunos casos, en manifestaciones de pública de protesta organizada.



Empero, esos indicios no parecen preocupantes a esos gobernadores, como tampoco antójanse causales de preocupación las manifestaciones públicas de protesta organizada pues existen vías de avenimiento: el soborno a abanderado y dirigentes.



A otros gobernadores, sin embargo, sí parece preocuparles esos indicios y aunque incurren en la práctica –ciertamente antiquísima—de cohechar a dirigentes sociales, actúan con arreglo a las premisas de que no es problema suyo, sino de sus sucesores.



En efecto. En la reunión más reciente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, realizada en Campeche y suspendida a las pocas horas por el deceso del padre del mandatario anfitrión, el tema fue traído a cuento, pero nunca discutido.



En esa reunión de la Conago se trataría el informe que el secretario del despacho de Hacienda y Crédito Público del Presidente de Facto acerca de la situación que guarda la economía de México y los escenarios prospectivos ante la recesión estadunidense.



II

En charla informal con varios gobernadores, éste escribidor registró algunos contrastes asaz elocuentes:


1) Mientras por un lado ciertos mandatarios desestimaban que la situación económica detonaría el descontento general y eventual inestabilidad social e ingobernabilidad en sus estados, otros sí mostraron preocupación.


2) Y no sólo eso: ciertos mandatarios indicaron, no sin cinismo e insensibilidad, que pronto el descontento general de la sociedad en sus estados respectivos sería un problema "del que viene arreando"; es decir, de quienes les sucedan en el cargo.



3) Al menos dos mandatarios coincidieron en que en sus estados existen mecanismos de control político determinado por prácticas de "convencimiento" y "negociación" con abanderados del descontento social y dirigentes de la protesta pública organizada.



"Hablamos con esos dirigentes", comentó el mandatario de un estado costero del Golfo de México, "y casi siempre llegamos a un precio político que beneficia a todos: a ellos, a sus movimientos y al gobierno. Lo que nos cueste siempre será barato".



El "precio político" es un eufemismo de soborno o cohecho. "Si no aceptan el precio, ya saben que tendrán problemas con el gobierno. Siempre hay formas de convencerlos de una manera u otra", explicaba el citado gobernador.



A ese gobernador, éste escribidor le solicitó, por imperativos de ética periodística, anuencia para identificarlo por nombre en un texto periodístico y se negó rotundamente. "En este desayuno estamos entre amigos", adujo. "No es entrevista, ¿o sí?"



III

Por supuesto. No era una entrevista. El escribidor y varios gobernadores –políticos conocidos de aquél-- habían coincidido en el comedor de un hotel campechano. El tema de conversación no era el de los problemas del país, sino su próxima reunión.



Ésta se realizará el 28 del mes corriente, allá mismo, en Campeche. Pero en ese momento todos estaban concentrados en el retorno a sus estados y aprovechar "políticamente" el fin de semana. Uno de ellos habló de viajar a Houston, Texas.



Otro gobernador, molesto, se levantó. "Me espera mi avión", se disculpó. Al mandatario costeño se le preguntó, en la misma vena informal y privada de la charla, acerca de si modificaría la forma de organización económica prevaleciente en su estado.



"¿Por qué querría cambiarlo si así está bien en lo que cabe? Yo no voy a promover una economía comunista o socialista, pues yo soy un priísta convencido del capitalismo y el mercado, y esí es nuestro país. Hablar de cambiar eso es irresponsabilidad".



Añadió, con risa: "Imagínate, si yo quisiera en mi estado una economía socialista, no encajaría con el resto del país. Ya ves, allì tienes a Amalia (García, gobernadora de Zacatecas), muy comunista y, ya vez, no quiere que su estado sea comunista".



Ese gobernador –de humilde origen socioeconómico y sociocultural—concluyó, pontificante: "De todos modos habría desigualdad e injusticia. Pobreza siempre la ha habido y siempre la habrá. Es destino que hayan ricos y pobres, fuertes y débiles".



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Glosario:


Arreando: del verbo arrear. Se aplica a alentar u obligar a una
Eufemismo:

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Laura Castellanos

Fausto Fernández Ponte


I Los periodistas --sean éstos por vocación o por oficio profesional-- y no pocos afines en gama variopinta de quehaceres gremiales suelen converger en peñas de pares y comunes en pos de respuestas a las interrogantes que devienen de la realidad.

De esa guisa, esas peñas de afines (y mucho desafines) se satisface una necesidad imperiosa: la del afán de conocimiento de los componentes de nuestra realidad y el discernimiento de cómo éstos interactúan entre sí o con los de contextos ajenos.

En ese sentido, las peñas equivalen a los clubes políticos del antaño que, en el decurso de la historia de México, han representado en diversos escenarios de la cultura papeles de trascendencia en la difusión de conocimiento social.

En esos clubes históricos buscábanse los verismos comunes. El método de conocimiento y explicación u orientación era --continúa siéndolo-- el de inquirir a alguien que emblematizaba acceso a una cosmovisión contrastante y cotejar ésta con las propias.

Una de esas peñas es la que conocésele como Grupo María Cristina, realizado cada viernes, desde hace varios años, en el restaurante de un hotel defeño de tan bello nombre de mujer. A cada sesión informal suelen acudir 20 ó 30 personas o más.

II Conduce las sesiones del GMC el fino amigo y muy distinguido colega periodista Eduardo Ibarra Aguirre, quien elabora con agudo olfato periodístico el programa semanal de invitados a responder inquisitorias acerca de temas concretos del contexto corriente.

Así, el viernes 8 --hoy-- la invitada es Laura Castellanos, notable periodista e historiadora, autora de un libro que es, en nuestra opinión, un verdadero abreojos: México Armado (1943-1981).

Menciónese que la señora Castellanos es recipiendaria, junto con Lydia Cacho, Nancy Patricia Aspilcueta y Elvira Arellano, del honor de ser una de las Mexicanas del Año 2007, que otorga anualmente el prestigiadíimo Ateneo de Cosoleacaque.

El tema de los movimientos armados en México ha sido tratado, desde luego, por otros especialistas mexicanos y extranjeros de notoria talla, aportando con la difusión de sus esfuerzos de pesquisa científica elementos para entender nuestra historia.

La aportación central de doña Laura a ese empeño de asir y aprehender la lógica de la historia social de México tiene, sin duda, secuelas, siendo una de éstas la de mantener viva la noción de que los mexicanos conforman un pueblo en lucha perenne.

III Otra noción es la de que, dada esa dialéctica de la lid social, el pueblo de México ha estado luchando sin cesar en su modalidad de república hace casi dos siglos. Ha sido --es-- una lucha larga, accidentada por su verdadera independencia.

El libro de la autoría de la historiadora Castellanos es dramáticamente fedatario, escrito --desarrollado-- con elementos propios de la narrativa, peculiaridad literaria que atrapa al lector, convertido así a un proceso aséptico de conciencia.

Confirma la tesis enunciada implícitamente por la autora del continuum sin fin de las luchas históricas del pueblo de México, que es el mismo con modalidades y layas étnicas y culturales desde hace más de 30 siglos. Lo atestigua la cultura olmeca.

De ello, obvio es, no solemos tener memoria ni conciencia los mexicanos de hoy, pues partimos de premisas falsas --falazmente imbuidas en nuestra psique colectiva para fines de dominación de una clase a otras-- de que siempre hemos sido un pueblo dócil.

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Glosario:
Aséptico: de asepsia. Higiene, limpieza, desinfección, esterilización.
Continuum: en Sociología y en Filosofía de la Historia concatenación lógica de diferentes estructuras dentro de un mismo sistena, que expresa una línea de desenvolvimiento histórico: toda formación social es en un momento dado el producto de etapas anteriores.
Lid: lucha, conflicto, justa, liza, reyerta.







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Poder Trasnacional

Fausto Fernández Ponte


I Este escribidor comparte hoy con sus caros leyentes una misiva cuyo contenido adyuva a suponer que los pergeños de su autoría encienden conciencias de alguna manera y lo alientan a proseguir la tarea de identificar los componentes de un contexto dado.

El caro leyente Jaime Arbeláez Lleras, quien se identifica como colombiano residente en Nueva York, Estados Unidos, desde donde nos lee en un periódico por Internet, escribe con "preocupación muy conturbadora" --así lo describe-- lo siguiente:

"Leo todos los días las ediciones en Internet de varios periódicos de EU, España, Colombia, México, Francia y de otros países como China, Rusia, India, Brasil, Cuba y Venezuela (me asomo todas las noches a TeleSur)...

"Buscando una noche en la Internet por opiniones que me explicaran la realidad en mis países --así llamo a Colombia, México y EU-- tuve la oportunidad de leerlo a usted por primera vez y le confieso que fue una experiencia inolvidable...

"El tema que usted trató en esa ocasión que lo "descubrí" fue acerca de los Mexicanos y Mexicanas del Año 2007 según el discernimiento de cierto Ateneo de Cosoleacaque. Me llamó la atención que los galardonados hayan sido víctimas del poder...

"Y, como usted bien dice, el poder damnifica a esos galardonados porque (éstos) tratan de cambiar para bien el estado de desigualdad e injusticia y ejercer sus derechos como seres humanos y como ciudadanos y defenderlos".

II Continúa el leyente Arbeláez: "No sé si sea su estilo o su formación, pero leerlo fue una experiencia que comparo a la del alumno que escucha del profesor por qué la realidad es como es y por qué se manifiesta de unos modos u otros y cómo nos afecta en nuestras vidas...

"Vivo en Nueva York desde los años setenta y estoy casado con mexicana y mis hijos, ya adultos, tienen la nacionalidad estadunidense, colombiana y mexicana, por lo que todo lo que atañe a México, Colombia y EU me es muy cercano...

"En aquella década vine a Nueva York a trabajar como intérprete/traductor en la Organización de las Naciones Unidas, pero soy pensionado de ésta y mi mujer y yo pasamos temporadas en México y Colombia, países en donde viven nuestros hijos...

"Naturalmente, mi esposa y yo comparamos la situación que prevalece en cada uno de los tres países, informándonos no sólo (acerca) de los hechos corrientes en economía, política, cultura y vida social, sino también de la historia...

"En sus textos, usted pone en perspectiva histórica la realidad corriente (...). Mediante esa técnica o metodología pedagógica (...) nos explica didácticamente por qué y cómo actúan las fuerzas generales de la realidad".

III Señala el leyente colombiano:
"Me gustaría mucho leer (acerca de) su perspectiva de la situación en Colombia, pues por los viajes a mi país y a México estoy convencido de que ambos atraviesan por una situación grave; con respecto a México, usted ya (la) describió como de anexión...

"No se me habia ocurrido describir esa realidad de la anexión. Tanto Colombia como México son paìses anexados de hecho, que no de derecho, por EU, que actúa implantando su hegemonismo imperial por órdenes de grandes conosorcios trasnacionales...

"Y, como usted lo ha dicho, el Estado español --la Corona-- está en esa misma dinámica, recuperando su vieja hegemonía colonial e imperial en las Américas, aunque lo hace con un estilo distinto al del Estado estadunidense...

"En su artículo de ayer (Asimetrías: Pemex y la Bolsa, 3/II/08) usted afirma que Felipe Calderón fue instalado en el gobierno como "Presidente de Facto" por el poder trasnacional para regalarle a éste los bienes de la nación mexicana...

"Yo no dudo que así haya sido. Su predecesor, Vicente Fox, es un notorio instrumento de ese poder trasnacional y cometió el fraude electoral. Ello es para mi, como colombiano, y para mi esposa, como mexicana, una preocupación muy conturbadora".

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Glosario:
Adyuva: del verbo adyuvar. Ayudar. Coadyuvar. Contribuir. Aportar. Damnifica: del verbo damnificar. Dañar, perjudicar, deteriorar, afectar, lesionar, menoscxabar, ofender, lastimar.
Pergeños: traza, apariencia, disposición, escritos, textos.




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Pemex y la Bolsa

Fausto Fernández Ponte


I La llamada reforma fiscal (o "reformón", así descrito por Agustín Carstens, secretario del despacho de Hacienda del Presidente de Facto) y la propuesta de invertir el capital social de Petróleos Mexicanos en la bolsa de valores son afines.

Vero. Existe una vinculación estratégica entre la reforma fiscal --en realidad, una socaliña pretextoria para aumentar impuestos ya establecidos y crear nuevas tributaciones-- y el afán obsesivo por bursatilizar el capital social de Pemex. Antes de proseguir cabría precisar por pertinencia el significado de capital social y la modalidad verbal bursatilizar. El primero es la aportación de los propietarios de una empresa dada o sociedad mercantil que, en el caso, es Pemex.

Así, el capital social de los propietarios de Pemex --los mexicanos todos, los ya nacidos doquiera que estén y los que están por nacer aquí o en el exterior-- es, dígase, el monto máximo de su responsabilidad con terceros o con la empresa misma.

Y esa responsabilidad con terceros o con la empresa misma queda establecida en las escrituras y en la Ley Orgánica de Pemex, debiendo aparecer el monto del capital social como aportaciones de los socios, los casi 110 millones de mexcanos.

II Por supuesto que el capital social de una empresa puede modirifarse --aumentar o disminuir-- con nuevas aportaciones o retiros. Tocante a los retiros, éstos son realizados a discreción no siempre acertada del gerente de la empresa, el gobierno.

Tocante a la bursalitización, señálese que ésta es la emisión de valores --o acciones-- en una bolsa o lonja mercantil o mercado. Esas acciones pueden ser compradas por cualquiera, incluso extranjeros, y arrebatarnos así el capital social.

Dicho de otro estilo: al buralitizar el capital social de Pemex --que no huelga reiterar que es propiedad de todos los mexicanos-- la empresa podría cambiar de dueños, convirtiéndose en privada así en privada y no de propiedad colectiva.

Lo grave de ésta propuesta es que fue presentada en el Senado por la bancada del Partido Revolucionario Institucional y bienquista y considerada por la del Partido Acción Nacional. Ambas bancadas el sofisma de que bursatilizar es "democrático".

Subráyese que quien trata de privatizar Pemex es un gobierno que ni siquiera es representativo, sino de facto y, por tanto, espurio. Y bajo esa espuriedad realiza en nuestro nombre una operación que equivale legal y moralmente a un delito muy grave.

III Ese gobierno surgió de un fraude electoral para alzarse con el poder y, ya ejerciendo éste, cometer una ringlera de ilícitos, empezando con la privatización de Pemex y, luego, las empresas del pueblo de México que operan en el ramo eléctrico.

Esto nos lleva al vínculo estratégico aludido párrafos atrás, entre la privatización del aprovechamiento de los hidrocarburos (desde extraerlos hasta exportarlos crudos e industrializarlos) y la generación de energía eléctrica y su abasto al consumidor.

Sábese que esa privatización sería en beneficio de intereses creados de grandes consorcios trasnacionales de Estados Unidos y España principalmente y, en segundo lugar, de los dueños, especuladores y operadores de capitales mexicanos.

Empero, privatizar el usufructo del petróleo, gas y energía eléctrica implicaría que el Estado mexicano dejaría de percibir ingresos cuyo total financia el 40 por ciento del gasto público. Para atenuar esa pérdida, aumenta viejos impuestos y crea otros.

¿Por qué ese empeño de un gobierno espuriio en regalarle al capital privado estadunidense y español y local los bienes de todos nosotros? La respuesta es compleja, pero podría resumirse así: ese gobierno fue instalado por las trasnacionales.

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Glosario:
Bienquista: bien vista, recibida con simpatía.
Ringlera: ristra, hilera, fila.
Soaliña: truco, engaño, ardid, mentira.
Sofisma: argumento aparente o artificioso para ocultar las intenciones verdaderas de una acción.

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Pemex y TLCAN

Fausto Fernández Ponte


I El Tratado de Libre Comercio de la América del Norte, el Acuerdo para la Seguridad y el Progreso de la América del Norte y la Iniciativa Mérida--o Plan México-- son instrumentos mediante los cuales Estados Unidos tiene sometido a México.

Existen, desde luego, otros instrumentos para ese sometimiento estadunidense de nuestro país --el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etcétera-- pero son aquellos, los ya identificados, los más importantes, por su eficacia.

Así es. Empero, esa eficacia depende en gran medida de la anuencia y, ergo, la complicidad de los personeros del poder formal y los poderes fácticos que aplican a pie juntillas los programas de sometimiento estadunidense de México.

Esa complicidad --que tipifica el delito penal y moral de traición a la patria-- de los personeros del poder formal incluye a varios ex Presidentes de la República, desde Miguel de la Madrid hasta el actual, el mandatario de facto Felipe Calderón.

II Hágase la salvedad, a nuestro ver pertinente, de que el Estado estadunidense y, en no poca mensura, el Estado español ejercen ese sometimiento de México porque ambos son, sin duda alguna, influidos por consorcios trasnacionales de cada país.

Ello es un verismo insoslayable. Los Estados estadunidense y español --así como los de otros países de economías de capitalismo de mercado y consumo-- diseñan y aplican políticas orientadas a beneficiar los intereses de las trasnacionales.

Debido a ello, la forma de organización económica y política (y seguramente también la social) prevaleciente en México, la del neoliberalismo globalizador, ha tenido consecuencias terribles: aumento de la pobreza y la miseria.

No huelga señalar que el aumento de la pobreza y la miseria en nuestro país son manifestaciones de una acuciante desigualdad económica, de injusticia social y de iniquidad en el ejercicio del poder formal y los poderes fácticos.

II A su vez, la creciente desigualdad e injusticia y el inicuo ejercicio del poder estatal/gubernamental emblematizan, por citar un caso típico que por éstos días exhibe un espectacular dramatismo, en lo siguiente:

1) Las privatizaciones del patrimonio energético de la nación --el tesauro estratégico de los mexicanos todos-- que beneficiarán a las trasnacionales estadunidenses y españolas y a al más pudiente del empresariado mexicano.

2) La destrucción de la economía rural y el empobrecimiento y eventual desaparición de la viabilidad productiva del sector social del campesinado, acentuando así la dependencia alimentaria de México con respecto a las trasnacionales estadunidenses.

En ese contexto ocurren las manifestaciones organizadas de protesta masiva, pacìfica, de ayer en las calles de la capital mexicana contra el capítulo agropecuario del TLCAN y la privatización energética a favor de las trasnacionales.

Esas protestas evidencian en realidad que no son pocos los mexicanos que se oponen a lo que está ocurriendo en México: la anexión amañada y falazmente traidora de todo un enorme país, el nuestro --su pueblo y riquezas-- a un poder privado trasnacional.

ffponte@gmail.com
Glosario:
Tesauro: tesoro, riqueza.

Verismo: verdad.




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