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Felipe Calderón

Fausto Fernández Ponte



I


Bajo magros auspicios se inicia hoy el gobierno que presidirá Felipe Calderón durante los próximos seis años. El reto que tiene ante sí es inconmensurable.


Los magros auspicios son no sólo para el propio señor Calderón, sino principalmente para México y los mexicanos. El país está justo ante un cruce de caminos.


¿Cuál será el camino que el mandatario resolverá que tome México? ¿El mismo por el que andaron sus predecesores, desde Miguel Alemán, que amén de largo es de destino incierto?


¿O escogerá para México un camino abandonado por sus predecesores --desde Alemán-- y cerrado al tráfico por Vicente Fox y por el cual muchos desean que tome?


Ambos caminos son de dificilísima singladura, pero uno de ellos es más peligroso que el otro, pues los obstáculos que tiene que superar son gigantescos y, además, complejos.


Y por gigantescos y complejos, superarlos requiere el concurso de un gigante y un sabio, cualidades tan escasas, si no es que inexistentes, en nuestros mandatarios recientes.


Así es. Desde 1940 a la fecha, México ha carecido de esos gigantes y esos sabios, que son las cualidades propias del estadista. El último estadista fue Lázaro Cárdenas.


Desde entonces --el sucesor de Cárdenas fue Manuel Avila Camacho, quien entregó a Alemán-- nuestros presidentes han sido individuos sin vocación social o política verdadera.


II


O han sido burócratas situados en los sustratos más altos del entramado del poder formal --el del Estado-- o, desde 1976 a la fecha, tecnócratas sin aptitud para la política


De estos últimos, el más conspicuo fue Carlos Salinas, sucesor de Miguel de la Madrid y el antecesor de éste, José López Portillo, sin sensibilidad política vera.


Posteriores a don Carlos, Ernesto Zedillo y el señor Fox. Ninguno de ellos preparados psicológicamente para ejercer el poder ni hacer política ni entender la filosofía del Estado.


Esa filosofía del Estado deviene de premisas históricas:


1) Por un lado, es la máxima expresión de poder de una sociedad o de ciertas clases sociales o, como es el caso en México, de una capa o estamento de élite.


2) Por otro lado, la razón de ser del Estado es, desde su origen, el de brindar seguridad a los miembros de la sociedad que lo ha constitudo como expresión máxima de poder.


3) Una tercera premisa histórica es la de que el Estado se convierte en garante ejecutivo de normas orientadas precisamente a ejercer ese poder dado.


En México --es lamentable advertirlo--, el Estado ha establecido derroteros ajenos a los imperativos históricos y culturales que le dieron origen social y consensuado.


Este es un verismo objetivamente discernido. El Estado mexicano ha sufrido una metamorfosis monstruosa.


III


La metamorfosis ha sido gradual, aunque incensante. Partió de un contrato social --secuela de la Revolución Mexicana-- y trocado en brazo de poder de la élite, la plutocracia.


Esa plutocracia --gobierno de ricos-- es insensible, voraz, brutal, represora, sin representatividad social ni moral, inepta, corrupta y cínica y simuladora.


Simula legalidad, a la cual también finge someterse, como es --subráyese-- precisamente la asunción de la investidura de Presidente de la República del señor Calderón.


La plutocracia --la élite-- no requiere estadistas ni políicos de larga envergadura moral y ética y compromiso social y responsabilidad. Requiere gerentes.


Y gerentes han sido, en mayor o menor grado, los presidentes de la Repúblcia desde Avila Camacho al señor Fox. Don Felipe tiene ese mismísimo perfil gerencial.


Arriba este personaje al poder presidencial sin consenso social --el pueblo lo rechaza-- y bajo sospecha de espuriedad jurídica y política, moral y ética, de Presidente ilegítimo.


El señor Calderón aterriza en la investidura presidencial rodeado de un gabinete de secretarios de despacho notorios por la más dura de las ortodoxias ideológicas, la del garrote.


Ello insinúa con nitidez que el nuevo Presidente tomará el mismo atajo ajeno a los intereses estratégicos verdaderos de México que andaron sus antecesores: contra el pueblo.


Empero, el gerente Calderón tendrá frente a sí a un pueblo cuya composición se representa en afanes organizativos que hacen posible la resistencia civil y el escrutinio político.


Glosario:
Derroteros: caminos, rumbos, medios tomados para llegar al fin propuesto.
Singladura: rumbo.


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Mensaje al Mundo


Fausto Fernández Ponte



I

Los legisladores --senadores y diputados-- del Partido (de) Acción Nacional le han ofrecido al mundo la mejor definición de la crisis de poder y la sociedad, a nuestro ver severísima, que estruja a México.


Cierto. Esos legisladores exhibieron intolerancia al tratar de detener físicamente, mediante golpes, empujones, insultos y uso de gas pimienta y evitar que los diputados perredistas tomasen la tribuna.


Pero los panistas no lograron detener a los diputados del Partido de la Revolución Democrática y, junto con éstos, también se aposentaron en la tribuna, la cual comparten.


La toma estaba prevista y los panistas vigilaban a los perredistas, tratando de anticiparse a la acción de aquellos y abortarla. Ello dio origen al zipizape en el recinto legislativo.


El episodio no deja de ser un incidente de pintoresquismo como expresión de la cultura política, pero su importancia reside en que es un indicador del estado de cosas.


Así es. Es un indicador sintomático --y, si se quiere, tiene el equivalente a un síndrome-- de una situación explosiva que hace suponer, en el exterior, que estamos al borde de la guerra civil.


Y que ésta ya se ha desatado y que, como consecuencia, los mexicanos estamos empeñados en librar una guerra fratricida como expresión inevitable de un proceso revolucionario.


Empero, esa percepción que prevalece a extramuros de México --particularmente en Estados Unidos, Europa y la América indo, afro e ibérica-- no se nos antoja errónea o equívoca o distorsionada. No.


II


La susodicha percepción externa, por otra parte, retroalimenta el sentir y el parecer general a intramuros --dentro de México-- y se convierte en convicción de que ya estamos en guerra civil.


Esa convicción, si lo discernimos objetivamente, no está muy alejada de la realidad, aunque con modalidades determinadas por las mismas condiciones sociopolíticas y socioeconómicas del país.


Las imágenes de la violencia entre legisladores --los diputados panistas solicitaron la ayuda de los senadores del mismo partido-- vistas dentro y fuera de México nos remiten a sus causas.


Y las causas --los mexicanos lo sabemos bien-- devienen de las irregularidades en las que incurrió el gobierno que preside Vicente Fox en la elección para hacer que las ganase Felipe Calderón.


Tan grueso cúmulo de irregularidades electorales mueve a sospecha fundamentada de un patrón de conducta del gobierno que, a su vez, sugiere la comisión presunta de un fraude.


De hecho, el propio Tribunal Electoral así lo reconoció. Registró las irregularidades comiciales y la intervención delictiva del gobierno y del Presidente de la República para influir en la elección.


Sin embargo, absurdamente, el Tribunal optó por desestimar esa comisión presunta de un fraude y se opuso terminantemente a un recuento de votos para transparentar el desenlace comicial.


Se rechazó, pues, contar voto por voto, como exigía la ciudadanía, para disipar todas las dudas acerca del desenlace y que el triunfador fuere ungido sin cuestionamientos ni sospechas.


III


El Tribunal Electoral argumentó la tesis del mal menor, el de validar la elección en vez de invalidarla y anularla y crear las condiciones legales para realizar nuevos comicios.


Así, el señor Calderón fue declarado Presidente Electo bajo esa premisa aberrante de ser el mal menor, preferible al "mal mayor" que sería, según el Tribunal, anular la elección.


Ese argumento de los magistrados del Tribunal pretendía, pensamos que por ingenuidad de éstos y no por complicidad premeditada y aviesa, evitar una crisis y un desgaste del sistema político.


Mas lo que los magistrados no vieron, miopemente, es que la crisis ya existía. Esa crisis del poder, del sistema político --la forma de organización y sus premisas-- y, agregaríamos, de la misma sociedad.


De esa guisa, al intentar, irrealmente, evitar una crisis --que, reitérese, ya existía--, los magistrados aceleraron ésta y aumentaron la magnitud del desgaste. Hoy parece que no hay punto de retorno.


Esta exégesis nos conduce a la percepción generalizada, aquí y acullá, de que estamos en una guerra fraticida --en el contexto de un proceso revolucionario-- y el origen causativo de ésta.


Las causales del origen de esta crisis no son, obviamente, que no se haya recontado cada voto y eliminar dudas acerca de la asepsia e imparcialidad de la elección. Este escamoteo fue sólo el detonante.


Ello muéstrase como verismo incontrovertible e insoslayable. El fratricidio entre mexicanos pronostícase inexorable, por inevitable y, en la práctica, ya está ocurriendo. Oaxaca nos lo confirma.


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Glosario:

Aviesa: mala o de malas inclinaciones, desviado o torcido.

Fratricida: que mata a un hermano.

Ungido: referido a una persona que recibe un cargo o investidura.




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Oaxaca

Fausto Fernández Ponte




I

Vicente Fox --o, por mejor decir, su secretario del despacho de Gobernación, Carlos Abascal-- midió los tiempos. No más tolerancia con los oaxaqueños, dijo el segundo.


Y al cesar la tolerancia se aposentó su contraparte --su correlato--, la intolerancia, que ha sido el signo del sexenio foxista y de los que le precedieron.


Así, midiendo los tiempos -- cinco días antes de la trasmisión de la titularidad del Poder Ejecutivo a Felipe Calderón-- el señor Fox (y el señor Abascal) actuaron.


En efecto. Actuaron con los emblemas de la intolerancia: el empleo de la fuerza y, por ende, de la violencia, para someter a quienes ejercían un derecho histórico.


Ese derecho es la demanda de que el Estado --y el gobierno que lo representa-- diseñen y apliquen políticas orientadas a satisfacer las nececidades básicas del pueblo.


Ese derecho implica también la exigencia popular de que los personeros del Estado mexicano se desempeñen en congruencia con ese imperativo de servir al pueblo.


Y ese derecho significa que el Estado y el gobierno estén conformados por el pueblo. Es decir, que ambas expresiones de poder sean el pueblo. Que el pueblo gobierne.


También comprende ese derecho histórico que los gobernantes sean precisamente parte del pueblo y no de la élite del poder devenida en plutocracia voraz y egoísta.



II


Ese derecho es, asi mismo, el de la protesta pública y la defensa contra el empleo de la violencia del poder para resolver conflictos sociales y políticos de profundo raigón.


Ese raigón es el de la desigualdad económica --ergo, la violencia económica--, la injusticia social y la iniquidad del poder en el ejercicio de potestades constitucionales.


Tales potestades constitucionales son únicamente las de atender las demandas sociales, sino de resolverlas conforme a una filosofía enunciada por la Historia y la Constitución
La filosofía de la historia señala que los anhelos populares, si ignorados, frustrados o negados --como en México-- se traducen en luchas del pueblo. Históricas.


Y esa misma filosofía de la historia se expresa en nuestra Carta Magna, la cual manda inequívocamente salarios justos, prestaciones justas y satisfactores para el pueblo.


Esto nos lleva al tema de la solución de conflictos como el de Oaxaca. La solución le ha sido dada por la Historia y la Carta Magna al Estado mexicano y al gobierno foxista.


Y esa solución es, precisamente, acatar la Historia y la Constitución. ¡Qué exigían los maestros y, luego, el pueblo de Oaxaca mismo en solidaridad con aquellos!


Exigía salarios justos. Prestaciones justas. Condiciones laborales justas. Certidumbre laboral. Democracia sindical. Autonomía en la gestión de sus propias actuaciones gremiales.


III


Los pueblos de Oaxaca exigían, de igual guisa, un gobierrno que les representara verdaderamente, de allí que exigieran la salida del actual gobernador, Ulises Ruiz.


El señor Ruiz es un notorio hampón de la política priísta, abanderado vero de la cultura de la premeditación, la alevosía y la ventaja en el ejercicio del poder.


Este gobernador fue elegido hace casi dos años bajo dudosísimas circunstancias y desde el momento en que asumió la investidura se dedicó a antagonizar a sus gobernados.


¿Por qué el Estado mexicano (y la instancia legislativa del Senado) y el Gobierno foxista resolvieron desestimar la Historia y la Constitución y aplicar la intolerancia?


¿Y por qué, al aplicar intolerancia, violencia y reprimir brutalmente a los oaxaqueños el Estado y el Gobierno optan por una solución políticamente costosa y, por ello, inviable?


Tratemos de entender la lógica del Estado mexicano y del Gobierno foxista. La solución de intolerancia, violencia y represión no resuelve ni pospone el conflicto. Sólo lo atiza.


Supondríase que las premisas mayores y menores de la lógica del Estado y del Gobierno foxista se nutre de un móvil subyacente en sus entrañas: temor --y terror-- al pueblo.


A ese pueblo --no sólo el de Oaxaca, sino de México--, el Estado mexicano y el Gobierno foxista no ven como mandante supremo, histórica y constitucionalmente, sino como inferior.


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Glosario:

Prestaciones: la que lña seguridad social u otras entidades otorgan en favor de sus beneficiarios, en dinero o en especie, para atender situaciones de necesidad.

Raigón: raíz de las muelas y los dientes.


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Cuba y México (1/II)


Fausto Fernández Ponte




I


Invitado por el Ayuntamiento de Túxpam, Veracruz, este escribidor impartió en esa ciudad una conferencia con ocasión del cincuentenario de la partida epopéyica del Granma a Cuba.


Nótese que el ayuntamiento tuxpeño es presidido por un distinguido militante del Partido (de) Acción Nacional, cuya ideología, sábese, es antipodal a la Revolución Cubana.


Pero el Presidente Municipal, Jerónimo Folgueras, médico de nombradía regional, tiene fama de justo. Además, el episodio granmiano puede atraer divisas turísticas.


De hecho, el propio Presidente Electo afirmó, siendo diputado federal hace poco, que a México "no le conviene" tener lazos estrechos con Cuba y sí con Estados Unidos.


Este contexto acentúa la trascendencia del patrocinio municipal tuxpeño a la conmemoración de la partida del Granma con 82 revolucionarios a bordo dispuestos a rescatar a Cuba.


Dispuestos esos patriotas, sí, a rescatar a su país de una situación no muy distinta, cualitativamente, a la que prevalece hoy en México. En 1956 Cuba no era de los cubanos.


En efecto, Cuba era propiedad de una mafia de la política que conformaban un andamiaje de intereses económicos ajenos a los del pueblo cubano. Era un país anexado de facto a EU.


Los intereses económicos y geopolíticos estadunidenses de EU presidían en Cuba, regida por una plutocracia hamponesca al servicio subyugante de aquellos.


II


La economía dependía totalmente de la de EU. Las fuerzas productivas materiales de la sociedad cubana y las relaciones de producción dependían de centros de poder económico en EU.


La Habana era, por otra parte, centro de operaciones de La Cosa Nostra estadunidense. La perla del Caribe era casino y a la vez burdel de los estadunidenses, operados por éstos.


Esos intereses estadunidenses saqueaban al país. Cuba carecía de soberanía. Y carecía de un entramado político y social afin a los intereses del pueblo cubano.


Esto nos lleva a Túxpam, en donde existe un museo --que Fidel Castro visitó en 1988 y dijo memorable discurso--, el de la Amistad México y Cuba.


Una réplica exacta del Granma --donado por el gobierno de Cuba-- sufría abandono y se deterioró. Los maderos, ya podridos, fueron arrastrados por la gran inundación de 1999.


Esa inundación es recordada no sólo porque destruyó gran parte de Túxpam, sino porque el entonces Presidente Ernesto Zedillo, le reprochó en público al gobernador su apatía.


El gobernador --Miguel Alemán, icono mismo y vero de la plutocracia mexicana-- fue sacado de su palacio en Xalapa por orden del Presidente y llevado a Túxpam en helicóptero.


El señor Alemán --cuyo paso por Veracruz, estado del cual no es nativo-- se caracterizó por un saqueo brutal de las arcas públicas y una patética ineptitud de graves secuelas.


III


El gobernador Alemán le explicaba al Presidente su ausencia de los sitios inundados aduciendo que no quería dañar sus costosos zapatos ni sus pantalones de lino.


La mención del señor Alemán en este relato tiene su causal: siendo, como es, uno de los juniors recipiendarios de la corrupción, es atañedera al cincuentenario del Granma.


¿Por qué es atañedera? Porque el señor Alemán siendo inmensamente rico presidía un gobierno, el de Veracruz, en donde gobernó plutocráticamente. Es decir, para los ricos.


Este escribidor recuerda una charla con el señor Alemán, a 15 días de haber tomado posesión, el 15 de diciembre de 1998, siendo uno de los temas el muy deteriorado estado del Granma.


El señor Alemán --quien es a la vez miembro del PRI y exponente de la gran derecha mexicana-- respondió que "el Granma es de interés sólo para Cuba, no para México".


También dijo que la partida del Granma no representaba nada para México. "Yo no le veo nada de proeza", comentó en esa ocasión el gobernador. "No tiene significado para nosotros".


El flamante gobernador cambió de tema y dijo que su mayor prioridad era atraer a Veracruz inversores de EU, incluidos, dijo, sus amigos David Rockefeller y Henry A. Kissinger.


No huelga señalar que el señor Rockefeller jamás invirtió en Veracruz ni promovió inversiones ni aceptó invitaciones para venir a Xalapa. Tampoco el señor Kissinger.




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Glosario:


Icono: representación de un ser al que se le rinde culto; lo amado, lo admirado.


Soberanía: autoridad suprema del poder público.










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El Poder Está en la Calle


Fausto Fernández Ponte




I


Gústenos a no a muchos mexicanos, la realidad social y política de México exhibe insoslayable sus componentes y las consecuencias de la interacción de éstos.


Estamos en los prolegómenos de un proceso social y político que no se había visto desde el ocaso del porfiriato y a raíz del cuartelazo de Victoriano Huerta, a saber:


Por un lado, la movilización social inspirada bajo una filosofía de resistencia civil a lo que millones de mexicanos consideran un agravio de la plutocracia a sus intereses


Y, por otro lado, además de resistir civilmente por la vía pacífica y legal los zarpazos y dentelladas del poder plutocrático, la movilización social hoy no tiene prelación.


Una fase adicional es la de que esa movilización social no es la respuesta a un liderato unipersonal, sino al revés. Los segmentos representativos del pueblo escogen a su líder


Son esos segmentos los que se han organizado, por lo cual no es exagerado ni hiperbólico decir que es el pueblo el que organiza por sí mismo la defensa de sus intereses propios.


Y la presencia de esos segmentos representativos del conjunto de capas, estratos y clases sociales le otorga a la movilización social un cariz genuinamente popular.


La movilización social se expresa con el concurso activo y y la concurrencia directa y participativa de por lo menos un milón de personas en actos públicos de resistencia civil


II


Así, aunque un millón de personas --por lo menos, reitérese-- conforma el 1 por ciento del total de habitantes y el 1.3 por ciento de ciudadanos, no dejan de impactar.


Pero ese millón --por lo menos, subráyese-- es una muestra fiel del espectro social de México. Esa fidelidad obsérvase en su composición proporcional: la mayoría es de pobres.


Y pobre es el pueblo de México, en gradación variopinta de marginación, carencias y desesperanza, ya sea en el umbral de la pobreza o ya traspuesto esa entrada o más allá.


Al nutrimento resistidor --activo, ciertamente-- de la movilización social identificamos una variante gemela, de carácter reivindicatoria. Se exigen cambios de calidad.


Y ello define la movilización social como revolucionaria o anticipadora de una fase que la sociología llama época de revolución social, distinta de revolución propiamente.


Una época de revolución social es una etapa de transición entre el momento en que las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción.


Es, pues, un compas, un interregno. Antonio Gramsci lo definió alguna vez como el periodo que media entre algo que no acaba de morir y algo que no acaba de nacer. Así estamos.


Lo que no acaba de morir es el poder plutocrático y la forma de organización económica y política desigual, injusta e inicua. Y lo que no acaba de nacer lucha por establecerse.


III


Lo que no acaba de nacer está ya en las calles y plazas públicas, resistiendo los pataleos y estertores de lo que no acaba de morir, escondido tras policías y soldados.


La historia nos dice que cuando el poder está en las calles, nada lo detiene. Se impone. Triunfa. El poder popular rompe los muros de la legalidad simulada.


En esa transición estamos todos los mexicanos, de una u otra modalidad. Todos. No somos ni estamos ajenos, aunque querramos, a ese proceso telúrico de muerte y nacimiento.


Independientemente de que si esos prolegómenos describen los inicios un proceso revolucionario o no, lo que sí adviértese objetivamente es lo siguiente:


1) El poder --bajo su definición deontológica y epistemológica-- está hoy, en estos momentos, en la calle, y no en los cenáculos de la plutocracia.


2) Ese poder --que es, a nuestro ver, una potestad popular-- es atizado, precisamente, por sus propios enemigos, la plutocracia, que actúa opuesta al interés del pueblo.


Es la hora del pueblo. Es el grito del pueblo lanzado justo en el instante mismo de la hora histórica. La historia llama a todos los mexicanos, aunque discrepemos entre sí.


Los mexicanos que "estamos bien" --satisfechos, pasivos, temerosos de los cambios y opuestos a éstos-- no debemos aceptar que otros estén mal, sobre todo si éstos son la mayoría.


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Glosario:


Deontológica: relativo o pertenececiente a la deontología. Ciencia o tratado de los deberes.

Epistemológica: perteneciente o relativo a la epistemología. Doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico.

Interregno: espacio de tiempo en que un Estado no tiene soberano.

Plutocracia: gobierno de los ricos.

Prolegómeno: tratado que se pone al principio de una obra o escrito, para establecer los fundamentos generales de la materia que se ha de tratar después.


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Infiernillo

Sonríe...

Por Faustófeles


Sonríe, mexicano, sonríe:

te encarecieron tortilla,

luz y leche y vas a trilla.

¡aguanta! Fox es el que ríe.






Editorialito

Definición de Violencia

Por Edi Torcito


En la multitudinaria unción de Andrés Manuel López Obrador como Presidente Legítimo de México abundaron las expresiones del sentir popular, ora de palabra --a viva voz, cantada a coro, inclusive--, ora en carteles y pancartas, muchas de ellas improvisadas. En esas expresiones esplendió de modalidad variopinta la esencia de la filosofía popular y su actitud ante lo que millones de mexicanos consideran que fue un despojo electoral de la voluntad ciudadana. La vocación por la síntesis y el sincretismo se derramó por la plaza --el zócalo-- y las calles adyacentes, atestadas de hombres y mujeres y niños que asistían a una fiesta cívica: la defensa de los derechos de la ciudadanía a constituirse en gobierno de pares o gobierno popular. En la salida de la estación Allende del metro, por la avenida Cinco de Mayo, alguien escribió en una pancarta una definición elocuentísima de violencia: "¿Quién es más violento, el que que roba una elección presidencial o el que la defiende?"

Esta definición resumía, precisamente, la racionalidad misma de las movilizaciones sociales a favor del voto y contra la imposición de un Presidente de la República mediante argucias

leguleyas y transvestimos pseudojurídicos, como los que realizó el Tribuna Electoral del Poder Judicial de la Federación para validar la elección del 2 de julio y declarar a Felipe Calderón Presidente Electo. La definición proyecta una cosmovisión popular de lo que debe ser la justicia.












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¿Quién Mató a Cirilo Vázquez?

Fausto Fernández Ponte




I

La muerte de Cirilo Vázquez Lagunes --fue atravesado por cientos de balas-- en una emboscada en Acayucan, Veracruz, nos ofrece varias moralejas, a cual más trascendente, a saber:


1) Confirma que los conflictos de poder son una constante en la vida política de México y que han creado y desarrollado su propia cultura, la cual se nutre de un darwinismo sociológico.


2) Acentúa el crecimiento de una institución antañona, la del caciquismo político en todo el país, en variantes que van desde las de facto --el propio Cirilo-- hasta las de jure, como los gobernadores.


3) Los conflictos de poder --no huelga reiterarlo-- tienen esos desenlaces predecibles, la neutralización física y, por ende, violenta y extrema,o moral de uno de los contendientes.


4) Los caciquismos tienen su razón de ser --sus causales, pues--: Llenan vacíos de poder, de mando y de autoridad y se erigen en contrapesos ante la ausencia o degradación de éstos.


Abundemos, caro leyente, acerca del tema enunciado en el primer inciso, el de los conflictos de poder y la cultura del caciquismo. Ambas son una realidad insoslayable en la vida política de México.


Y, como realidad insoslayable, sus causales y sus consecuencias conforman fenómenos antropológicos y sociológicos que se explican en el contexto mismo de nuestro desarrollo como sociedad.


A resultas de ese atraso social --en una democracia ficticia y en un estado de bienestar simulado, con 70 millones de pobres en gradación variopinta-- el caciquismo se ha fortalecido.


II


Dicho de otro arreo: el caciquismo en México casi no ha sufrido metamorfosis alguna, lo cual nos lleva, por concatenación silógica de premisas, a advertir que sus causas continúan persistiendo.


Y persistiendo acrecentadamente, diríase. Esas causas crecen no sólo en los entornos rurales, semirrurales, urbanos y semiurbanos, sino también en las grandes ciudades.


Entre éstas destacan el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Ciudad Juárez, Tijuana, Puebla, Culiacán/Mazatlán, Cancún, la urbe portuaria de Veracruz, Tampico, Coatzacoalcos/Minatitlán/Cosoleacaque.


Los cacicazgos son de variada dimensión y tamaño y alcance, así como de distintas naturalezas, pero tienen un denominador común: su efecto político. Este se alimenta de las oquedades del poder.


A Vázquez Lagunes --personaje de leyenda en el sur del estado de Veracruz, con intereses en la región istmeña de Oaxaca y en Puebla-- se le consideraba un hombre violento y, a la vez, muy inteligente.


La inmensa mayoría de esos cacicazgos es la suma de operaciones francamente antisociales y, ergo, criminales. Prevalecen combinando el ejercicio del poder formal con el fáctico en ámbitos localizados.


Así, combinan habilidosamente la dispensa de gajes y sinecuras provenientes del ámbito formal --institucional-- y de la coacción intimidatoria. No son pocos los caciques a quienes la gente venera.


A Vázquez Lagunes --personaje de leyenda en el sur de Veracruz y el Istmo de Tehuantepec y por la entidad veracruzana-- se le veneraba y respetaba, pero se le temía tal vez con mayor intensidad.


III


Le temía la gente rasa --humilde y sencilla-- y le temían los poderosos, desde gobernadores, senadores, diputados, presidentes y agentes (o delegados) municipales y otros hombres y mujeres de poder.


Se le temía a su naturaleza de hombre violento, audaz, temerario. Se le temía a su inteligencia y astucia, mezcla ésta de peculiaridades que aplicaba para darle formas perversas a su actuación caciquil.


El, obvio era, no se veía a sí mismo como un cacique, sino como un hombre de poder, eufemismo que sentía que le venía bien, aunque solía identificarse ante los demás "agricultor, campesino y ganadero".


Así se describió ante este escribidor en agosto de 1984, en el rancho de José Luis Mejías, en Oluta, Ver., en donde nos encontramos para hablar acerca del asesinato del periodista Manuel Buendía.


Una pista en la pesquisa del asesinato que, independientemente de las del gobierno realizaba un equipo de reporteros de Excélsior, llevó hasta Cirilo, Su gente, dijo, no tenía nada que ver con el homicidio.


Pero Cirilo admitió tener relación con el titular de la Dirección Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla Pérez, autor intelectual del homicidio de Buendía, sentenciado desde 1993 a 35 años de cárcel.


Fue Zorrila quien dio a los reporteros de Excélsior pistas falsas: Una, la que conducía al propio Cirilo; otra, la que llevaba a Juan Hillman, entonces alcalde de Coatzacoalcos. Así desviaba la pesquisa.


Cirilo se sorprendió de que Zorrilla pensase que él podía haber asesinado a Buendía. "El sabe que yo no opero en el Distrito Federal", dijo. "Aquí, estos son mis rumbos. Aquí están también mis enemigos".


Este escribidor recuerda haberle preguntado a Cirilo acerca de quiénes eran sus enemigos. "A los que yo les soy muy incómodo", respondió. "Yo incomodo a muchos, para bien o para mal".


Esa respuesta desde el pasado tiene sentido prospectivo --es decir, actual-- acerca de los móviles y autores del homicidio de Cirilo. ¿A quiénes incomodaba hoy Cirilo? ¿A los caciques formales?


ffernandezp@prodigy.net.mx


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Glosario:

Cacique: en un pueblo o en una comarca, persona influyente interviene de forma abusiva en asuntos políticos o administrativos.

Darwinismo: la ley del más apto o del más fuerte.

Gajes: prebendas.

Oquedades: vacíos.

Rasa: plana, lisa, pareja, uniforme.

Sinecuras: empleo, cargo retribuido que ocasiona muy poco trabajo "aviaduría".






Infiernillo

Muerte del Cacique

Por Faustófeles


Mataron a Vázquez --Cirilo—

e ignórase quién lo hizo.

Ya lo decía un pitoniso:

pendía su vida de un hilo.




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¿Quién Mató a Nava?


Fausto Fernández Ponte




I


El asesinato de José Manuel Nava Sánchez --recibió 30 puñaladas, muchas de ellas en el rostro, en las primeras horas del jueves 16 del mes corriente-- ha traído a un primer plano varios temas atinentes:


1) La adquisición sospechosísima del cabezal o marca del periódico Excélsior y varios activos más de la sociedad cooperativa editora del mismo por parte del empresario español mexicano Olegario Vázquez Raña.


2) Los términos de las relaciones de intereses entre el poder y la prensa, representada ésta por el propio Excélsior y aquél por el Presidente de la República Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún.


3) El carácter de las relaciones, en un sentido más amplio, entre el poder y los medios de difusión impresa o de cualesquier otras naturalezas, incluyendo la hertziana y la Internet.


4) Y, tangencialmente, cómo el gobierno de Estados Unidos influía, vía el propio Nava, en la línea editorial de Excélsior en materia de la relación bilateral durante el directorado de Regino Díaz Redondo.


El tema de la adquisición del señor Vázquez Raña de ciertos activos de Excélsior había sido tratado por Nava en un libro de reciente publicación. En el libro denuncia irregularidades de la posesión.


Y como la denuncia supónese fehaciente --en realidad, tiene más jucios de valor que datos duros-- y lapidaria, el asesinato de Nava ha abierto las compuertas de la especulación. Háblase de represalia.


II


Y de escarmientos. Es posible que el libro --de no gran tirada, como es la costumbre en México-- sea objeto de consumo a raíz del asesinato y la especulación más allá del gremio de periodistas.


Un sesgo particularmente llamativo es el móvil de ese asesinato --la policía lo describe como pasional--, al cual no pocos, en la dinámica de la especulación, vinculan con el contenido del libro.



Ello le ha aplicado una pátina de escándalo al asesinato. Y no en vano. Nava, de 53 años, era un individuo controvertido, dado a súbitos e inopinados desplantes mercuriales y dramáticos raptos emocionales.


Nava fue el penúltimo director de Excélsior --su gestión abarcó un año nueve meses-- bajo el régimen de empresa social y la figura jurídica mercantil de sociedad cooperativa de producción.


Asumió Nava la dirección el 20 de febrero de 2004 a resultas de un golpe dado por varios miembros de los consejos de Administración y Vigilancia de la Cooperativa, encabezados por Salvador Legorreta.


Este, quien presidía formalmente el Consejo de Administración, logró la remoción del director legítimo, Armando Sepúlveda, aduciendo que fomentaba una "peligrosa" línea editorial crítica del gobierno.


Este escribidor escuchó reproches del señor Legorreta al director Sepúlveda en el sentido de que, en charlas con José Luis Durán Reveles y Alfonso Durazo, éstos se quejaban del "antifoxismo" de Excélsior.


--Por eso el gobierno no nos da dinero --argüía, palabras más, palabras menios, el señor Legorreta--. Podemos resolver los problemas financieros de la Cooperativa.


III


El periódico, decía el director Sepúlveda, no es antifoxista, sino simplemente crítico; es una empresa social que se debe a la sociedad. La respuesta irritaba al señor Legorreta y cofrades, Nava entre ellos.


Estos conspiraban. Y dieron el golpe. Una vez tomada ilegalmente la dirección del periódico, el periódico cayó en picada. Los anunciantes mayores se alejaron y la circulación decreció dramáticamente.


En los meses últimos de 2005, hubo otro golpe. Y Nava --y su mentor el señor Legorreta-- salieron. Nuevos consejos espurios fueron conformados. Y se rebajó aun más las condiciones de "venta".


Mientras tanto, el señor Vázquez Raña movía sus fichas. Se movía con la señora Sahagún y Francisco Gil Díaz. Este propuso, incluso, la figura de cesión de derechos de uso de activos para no asumir pasivos.


Con el golpe contra el grupo de Legorreta, el nuevo "comprador" --el señor Vázquez Raña-- se deshizo de quienes le exigían mejores condiciones de "venta". Los hizo, así, a un lado.


¿Y lo tangencial de este asunto? En la tarde del miércoles --víspera del asesinato-- el periodista Aurelio García le preguntó acerca de cómo llegó a ser corresponsal de Excélsior en Washington.


Nava dijo que el gobierno de EU le pidió al director Díaz Redondo remover a este escribidor, a la sazón corresponsal en aquella capital por su "actitud antiestadunidense" en sus reportajes.


Nava indicó que el gobierno de EU le sugirió al director Díaz Redondo nombrarlo en sustitución de este escribidor por su afinidad con los intereses estadunidenses.


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Glosario:

Inopinado: inesperado o que sucede sin haber pensado en ello.

Mercurial: de mercurio o relacionado con él. Elemento químico que registra subidas y bajadas de tempetarura.





Infiernillo

Alzas Vastas

Por Faustófeles

El pueblo ya está que chilla:

los precios en alza vasta

que la popular canasta

ha quedado en canastilla.






Editorialito

Jugar con Fuego

Por Edi Torcito



Durante el sexenio de Vicente Fox, el aumento al salario mínimo fue de un peso con 90 centavos (que, por cierto, ya no circulan desde hace varios años, por carecer de valor). Este magro aumento anual no sólo es una burla al pueblo trabajador, sino una confirmación de cuál es la naturaelza verdadera del gobierno que se proclama a sí mismo como del cambio. En ese lapso sexenal, el aumento en los precios de gasolina, diesel y abasto de energía eléctrica fue, en promedio, del orden de 30 pesos anual. Estas escaladas en los precios ocurrió a contrapelo de las proclamas de la administración foxista de que la economía marcha bien gracias a la estabilidad macroeconómica, lo cual es, a nuestro ver, un sofisma para encubrir una lacerante realidad: la de que los únicos beneficiarios de las políticas económicas son los grandes intereses de ciertos mexicanos pudientes y de trasnacionales, que continúan saqueando impunemente al país. Esta dupla --magros aumentos en salarios e incrementos desproporcionados en los precios de bienes de consumo básico-- no sólo afectan los intereses populares, sino que también atizan la fogarata del descontento y resentimiento prevalecientes que nos describen la existencia de un clima prerrevolucionario en México. Don Vicente ha jugado con fuego, pero el incendio le llegará a los aparejos de su sucesor, Felipe Calderón.








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Cuotas de Gobierno

Fausto Fernández Ponte



I

Los hombres y las mujeres --minoría éstas-- que son el ápice de la pirámide del PRI, reunidos este miércoles en Pachuca, Hgo., debatieron

sesudamente ciertos asuntos de trascendencia nacional suma.

¿Debatieron acaso esos gobernadores, senadores y diputados, así como los dirigentes formales, los graves --por enormes-- peligros que se ciernen ominosamente sobre nuestra patria amenazada?

¿Debatieron, tal vez, esos personeros del priísmo cupular las
vías para salirle al paso a esos peligros y superarlos mediante ideas innovadoras y actos de heroísmo y valentía civil y personal?

¿O debatieron, quizá, estrategias para erradicar la desigualdad económica, la injusticia social y la iniquidad moral de la monstruosa
forma de organización política prevaleciente en México?

¡Quiá, no! Esos augustos personajes --ya dijimos que son el ápice, mas no la base, de la pirámide priísta-- debatieron cómo instalarse en el andamio de sinecuras del calderonismo. Oportunismo, pues.

Cierto. Debatieron cómo traducir una irreprimible vocación al oportunismo para acomodarse y reacomodarse en el gobierno que presidirá, espuriamente, Felipe Calderón.

¿Y cuál es la táctica que esos gobernadores, senadores y diputados y dirigentes priístas utilizarán para persuadir al señor Calderón de que los incorpore a las más altas esferas de su gobierno?


II

La táctica es una muy antigua y probadísima: el chantaje. A cambio de repartir entre priístas varias secretarías y subsecretarías de despacho en el gabinete, los priístas no se sumarán al PRD.

Significa ello que si se sumaren los diputados y senadores del PRI a los del PRD para impedir la toma de posesión del señor Calderón, éste tendrá que hacerlo en otro lugar distinto al Palacio Legislativo.

Sábese que la ley establece que el Presidente de la República debe ser investido precisamente en sesión general del Congreso de la Unión, en la sede oficial de éste.

Si no fuere así, el Presidente-Electo incurrirá en falta, la de no haber acudido a su investidura. Ello plantearía una crisis constitucional. El Congreso puede designar a un Presidente interino.

Al debatir cómo exigirle los priístas al señor Calderón una cuota de gobierno --es decir, de poder--, aquellos dan por descontando que el Presidente Electo accederá a sus demandas.

Sábese, por otra parte, que el propio señor Calderón y sus allegados consideran exagerada la cuota priísta. Piensan que la élite situada en el ápice piramidal se sobreestima a sí misma.

Pero el señor Calderón y sus allegados también se sobreestiman a sí mismos, pues parecen convencidos de que aquél puede tomar posesión sin el concurso ni el apoyo de los priístas.


III

Adviértese la certidumbre en el vivaque del señor Calderón de que éste podría tomar posesión en la sede del Congreso de la Unión utilizando la fuerza pública o inclusive al mismo Ejército.


Sin embargo, el señor Calderón parece inclinado a cederle a la gente del ápice tricolor una cuota de gobierno, aunque no del tamaño e importancia que los priístas esperan obtener.

¿Por qué quieren los priístas una gorda cuota de gobierno? Repuesta: Para privilegiar sus intereses de grupo, de facción y particulares y de esa guisa compensar su patética situación en el Congreso.

Su lucha por una cuota generosa de gobierno cae en un nicho muy apropiado. El señor Calderón sábese sin representatividad, pues únicamente 15 millones de un universo de 72 millones, votaron por él.

Al sobreestimarse a sí mismos --aunque no mutuamente--, el señor Calderón y el ápice priísta ignoran o desestiman la razón de ser constitucional de su existencia vera: el pueblo de México.

O, por mejor decir, los intereses del pueblo. La cuota de gobierno que el ápice priísta le exige al señor Calderón no toma en cuenta los intereses populares. Obviamente, tampoco don Felipe.

Negociarán calderonistas y priístas sus cotos de poder para fines de corrupción e influencia política y a contraviento de los cotos que el pueblo debe tener en el gobierno y que se les escamotea.


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Glosario:

Ápice: extremo superior o punta de algo.

Sinecura: empleo o cargo retribuido que ocasiona poco o ningún trabajo (sin cuidado).

Vivaque: lugar donde acampan las tropas. Cuartel al aire libre.




Infiernillo

Matanzas

Por Faustófeles


Todos los días hay matanzas

en este México de azur:

por móvil social en el sur

y en el norte narco transa.



Editorialito

Ley de Convivencia

Por Edi Torcito


La Ley de Sociedades de Convivencia del Distrito Federal, promulgada hace unos días, es un paso hacia adelante en la lucha sempiterna de los mexicanos por desasirnos de los atavismos culturales que, a resultas de los dogmas y prejuicios religiosos que van a contrapelo de la realidad social, caracterizan nuestro atraso. La promulgación del citado ordenamiento, tras seis años de debate en los estratos variopintos de la sociedad capitalina, sitúa al Poder Leguislativo local --la Asamblea Legislativa del DF-- a la vanguardia con respecto a los 31 estados adheridos al Pacto Federal que cohesiona la existencia misma de los Estados Unidos Mexicanos. Empero, esa Ley tiene muchos detractores, siendo estos, principalmente, grupos laicos afines a la Iglesia católica y de esta misma y sus jerarcas más conspicuos, quienes consideran a la legislación citada como pecadora. El sentir y el parecer de la Iglesia se sustenta sobre premisas falsas y erróneas: la ley no es equivalente ni sustituto de la institución del matrimonio --fuere éste civil, que es el legalmente válido, o religioso, que es puramente un convencionalismo sociable--, sino una vía jurídica para validar contratos de convivencvia entre individuos de un mismo sexo o entre hombres y mujeres. Le otorga certidumbre jurídica a quienes resuelvan compartir sus intereses sean estos emocionales o de conveniencia o a cualesquier otroras formas de relaciones personales de convivencia. La nueva Ley le otorga juridicidad a esas relaciones y seguridad a quienes las establecen. Esta Ley contribuirá sin duda a consolidar la formalidad de convivencias informales que, por cualesquier razones --legales o morales o culturales--, no se reflejans en la institución del contrato matrimonial.






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La Comisión Jacques

Fausto Fernández Ponte



I

Para no pocos en México, la emigración de connacionales a Estados Unidos define la relación bilateral y, a fuer de precisión, diríase que también establece los términos de dicha correlación.

Véase, si no, lo que sigue, caro leyente:

1) En los últimos seis años, el total de mexicanos que emigraron a EU ha sido de medio millón anual.

2) Los inmigrados mexicanos en EU envían anualmente a México remesas por un monto total aproximado que fluctúa entre los 18 mil millones y los 20 mil millones de dólares.

3) Los inmigrados mexicanos pagan impuestos al Estado estadunidense --en sus instancias federal y locales--, pero no reciben, a cambio, servicios sociales o, si acaso, éstos son provistos con magritud.

4) La afluencia de mexicanos a EU es para éste importación gratuita, libre de aranceles y, por añadidura, susceptible de explotación laboral aviesa, de nuestro recurso más valioso, el humano.

5) Ello contribuye, sin duda, a acrecentar los tesauros de los estadunidenes, a partir del hecho histórico que los trabajadores son, por definición, creadores de riqueza, plusvalía y bienestar material.

6) Esta realidad tiene, a su vez, un significado trascendente y profundo: esa exportación de nuestro recurso humano es una sangría constante, ininterrumpida y con tendencias a aumentar.

México, pues, se desangra, aunque obtenga mediante las remesas dinero que palia, aunque sea parcamente, la pobreza de millones de familias en casi todos los estados, acentuadamente en cuatro o cinco.

II

Tan sólo en Veracruz --estado que se convirtió en alfaguara de emigración hace poco menos de una década--, las remesas son anualmente del orden de los mil millones de dólares. Es paliativo crucial.

Adviértese un correlato entre el aumento de la emigración y el de las remesas. En algunos estados (Michoacán, Zacatecas, entre otros), las remesas influyen decisivamente en la marcha de la economía local.

Pero, aun así, en estados como Michoacán la economía local no absorbe en suficiencia esas remesas y la paz social es precaria. El crimen organizado es una fuerza económica y también política.

Señálese que el crimen organizado --en particular, los cárteles del tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas-- es el

empleador mayor. Pero no puede emplear a todos los mexicanos.

Tampoco la economía informal --a la par de la formal en empleomanía

n puede emplear a todos los mexicanos. La secuela lacerante es el éxodo: la emigración a EU en pos de ocupación remunerada.
n
Lo descrito nos indica que el fenómeno de la emigración y su secuencia, la inmigración --los mexicanos establecidos temporal o definitivamente en EU-- abarca todos los aspectos del trato bilateral.

Sin embargo, esa abrumadora realidad no ha influido en el diseño inteligente, soberano, patriótico y, sobre todo, estratégico de una política en la materia de emigración/inmigración, tan cara a México.

En esta omisión monstruosa han incurrido no sólo el Poder Ejecutivo --cuyo titular, Vicente Fox, es un individuo notoriamente inepto e irresponsable--, sino también el Poder Legislativo.

III

La Cámara de Diputados, por ejemplo, no tiene una comisión que se avoque a registrar, identificar, comprender y atender este hecho insoslayable que preside la relación bilateral. Es sólo un asunto.

En efecto. Existe una comisión legislativa, la de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios que, como su propia denominación lo indica, reduce el fenómeno a un asunto tercero en importancia.

La comisión es presidida por Andrés Bermúdez, conocido como El Rey del Tomate, personaje pintoresco que usa aquélla como plataforma de lanzamiento de una eventual candidatura a gobernador de Zacatecas.

El Rey no parece ser un hombre comprometido con contribuir a la solución del fenómeno migratorio y, de hecho, no parece haberse adherido a una ideología firme, pues del perredismo saltó al panismo.

Pero El Rey, siendo como es, muy rico, ha olvidado, al parecer, su origen de clase. Fue emigrante e inmigrado e hizo fortuna en la comercialización del tomate en EU. Hoy es hombre de derecha. Foxista.

Para subsanar la omisión --a nuestro ver criminal--, del Estado el diputado José Jacques Medina presentó el jueves pretérito un punto de acuerdo mediante el cual se propone crear una comisión sui generis.

Esta sería una entidad especial para la protección de los derechos de los trabajadores migratorios y sus familiares. Para ello promovería convertir en ley mexicana una convención internacional vigente.

La Comisión Jacques --que así se le empieza a conocer ya-- es una idea largamente meditada y anhelada por el diputado Jacques, líder histórico de los mexicanos en California y luchador social de nota.

De hecho, el diputado Jacques labora afanosamente en la consecución de esta meta desde la década de los ochenta, lo mismo en congresos en México y EU que en la propia Organización de las Naciones Unidas.

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Glosario:

Alfaguara: manantial copioso que surge con violencia.

Arancel: tasa, valoración, norma, ley.

Aviesa: torcido, fuera de regla.

Avoque: de avocar.

Palia: relativo a paliar. Mitigar, suavizar, atenuar una pena, disgusto, etc.

Plusvalía: acrecentamiento del valor de una causa por causas extrínsecas a ella.

Tesauro: tesoro.




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El Espurio y su Sexenio

Fausto Fernández Ponte

I

Se iniciará en unos días el sexenio de Felipe Calderón bajo signos ominosos, el primero de los cuales es su condición de Presidente de la República espurio y, como apunta la suspicacia popular, de pelele.

¿Por qué es don Felipe un mandatario espurio? ¿Y pelele de quién? Ambas interrogantes tienen respuestas puntuales que, empero, no coinciden con las que se suelen señalar: el fraude y la imposición.

Cierto es que el fraude electoral --emblematizado en un cúmulo abrumador de irregularidades reconocidas por los propios magistrados del Tribunal Electoral-- es un sucedido documentado a cabalidad.

También es cierto que los propios magistrados reconocieron que esas colosales irregularidades conformaban un patrón de comportamiento avieso; no una omisión accidental, sino una comisión. Premeditada.

Argumentaron esos magistrados que, no obstante esas enormes y elocuentes evidencias de la comisión de un ilícito premeditado y alevoso, no era "conveniente" anular las elecciones. El mal menor.

Y cierto es que este "nuestro" Presidente Calderón es el resultado de una operación política cuyas características la ubicarían en el casillero de un golpe de Estado cuyo cenit fue el fraude electoral.

Ese golpe de Estado se inició allá por 2003, cuando Vicente Fox se persuadió de que Andrés Manuel López Obrador sería el candidato del Partido de la Revolución Democrática a la Presidencia de la República.

II

El golpe de Estado tuvo varias manifestaciones, todas de libro de texto de ciencia política, desde las más burdas y torpes y grotescas hasta las más recalcitrantes y obcecadas, dignas de causa mejor.

Se inició con un acoso. Y ésta se tradujo en persecución feroz. El acosado, el señor López Obrador, habló de un complot, atribuyéndole la autoría a Carlos Salinas. Este sólo operó la etapa del acoso.

Pero las etapas posteriores --el desafuero, por ejemplo, así como la campaña de odio y el desvío de recursos del erario para hacer proselitismo para el señor Calderón-- fueron operadas por don Vicente.

El Presidente no se topó con resistencias ni con reticencias en el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral, pues con sus personeros existe identificación de intereses de clase y de poder.

Para que el Partido Revolucionario Institucional apoyase el desafuero, don Vicente cedió al tricolor la gubernatura de Veracruz, que había ganado el panista Gerardo Buganza al priísta Fidel Herrera.

De esa guisa, el golpe tuvo por propósito circunvalar la democracia simulando, a la vez, la prevalecencia de ésta. Esa simulación fue, sin embargo, advertida y descubierta por el electorado.

Y héte aquí que de los casi 72 millones de electores, sólo votaron unos 42 millones, aproximadamente. Y de esos 42 millones, sólo 15 --sí, sólo 15 millones-- eligieron al Presidente Calderón.

III

Así, de ese universo de casi 72 millones de votantes, sólo 15 millones eligieron al Presidente de México. Ese mero hecho define al señor Calderón como un Presidente espurio por partida doble.

Es espurio porque carece de la representatividad jurídica, moral y, sobre todo, política y social como Presidente de la República. No es, ni remotamente, el presidente de todos los mexicanos.

Ello tiene una exégesis previsible: gobernará contra el pueblo pues es evidente que no gobernará con el pueblo. Tampoco gobernará para el pueblo. Esto responde la pregunta: ¿de quién es pelele don Felipe?

Todo ello, si discernido en términos prácticos, le acota ya a don Felipe, desde ahora mismo, sus potestades metaconstitucionales y constitucionales. Tal es el costo de la espuriedad.

A ello adheriríanse otros componentes de la realidad política: don Felipe, al igual que su predecesor, es rehén del PRI, que lo tiene sometido a chantaje. El PRI exige varias secretarías de despacho.

Lo aquí descrito nos exhibe a un Presidente de la República que se desempeñará en un entorno de acusada vulnerabilidad jurídica y política y depauperación moral y ética.

Esa depauperación es también ideológica. Don Felipe no está comprometido con cambiar la forma de organización económica que tanta desigualdad e injusticia causa, como bien se observa en Oaxaca.

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Glosario:

Avieso: torcido, fuera de regla.

Cenit: punto culminante o momento de apogeo de alguien o algo.

Circunvalar: cercar, ceñir, rodear una ciudad, una fortaleza, etc.

Exégesis: explicación, interpretación.

Infiernillo

Olegario

Por Faustófeles

Olegario Vázquez Raña

a no pocos corrompió

y con Excélsior se alzó,

pues por ello es Vázquez maña.

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Felipe Calderón

Fausto Fernández Ponte


I
En las casi seis décadas de ejercicio del periodismo --incluyendo unos 30 años en Estados Unidos--, este escribidor ha seguido de cerca, críticamente, a una miríada de presidentes de uno y otro países.

Y, a decir verdad, ninguno de esos presidentes ha sido tan inepto como Vicente Fox y George W. Bush y, aun a riesgo de incurrir en prejuicio, también Felipe Calderón.

Empero, al señor Calderón se le otorgaría el proverbial beneficio de la duda, pues está por iniciar su gestión como Presidente de la República que, en México, es el jefe del Estado y del gobierno.

Esa doble condición le otorga al titular del Poder Ejecutivo, en nuestra forma de organización política, un cúmulo de potestades metaconstitucionales que son, las más de las veces, autoritarias.

La mera unción de esas potestades y el estilo autoritario bajo las cuales suelen ejercerse nos confirman, no sin dramatismo que raya en lo espectacular, nuestra ausencia de democracia.

Cierto. El autoritarismo --que va desde el capricho banal hasta la decisión visceral, vengativa, facciosa, por móviles igualmente frívolos-- en el ejercicio del poder define esa ausencia democrática.

Y por si fuere magro lo anterior, esos poderes plenipotenciarios, más allá de nuestra Carta Magna, de los usos y las costumbres y las tradiciones y la cultura política y del poder duran seis años.


II
¡Seis años, sí señor! Seis largos años que son, para los propios mexicanos, un elongadísimo lapso de pesadilla. Durante un sexenio, el Presidente puede hacer lo que se le antoje y regaladísima gana.

Y esa regaladísima gana incluye yerros colosales, alevosía, premeditación y ventaja en el ejercicio de sus potestades tanto las constitucionales como las metaconstitucionales. Es un monarca.

Y monarca absoluto, añadiríase, es el Presidente durante esos seis años, aun en estos tiempos poszedillistas de un presidencialismo acotado y de contrapesos reales y/o supuestos.

Esa largueza de potestades metaconstitucionales acentúa ineptitudes, subraya torpezas, destaca cortedades intelectuales y políticas y, diríase también, miopías y estrabismos presidenciales.

Y no sólo eso. Tanto poder descorre los velos que suelen ocultar --o disfrazar-- las congruencias e incongruencias humanas. Al cíclope lo transforma en enano. Y al mastodonte en gusano. Literalmente.

Dicho de otro estilo, caro leyente, tanto poder sitúa a esos presidentes en su tamaño verdadero, en su dimensión real y en su naturaleza genuina, la de hombres mezquinos, egoístas, inferiores.

Tanto poder los embriaga. Los transforma, convirtiéndolos de embriones esperpénticos en cíclopes monstruosos. Tanto poder los corrompe. Dejan de ser generosos --si acaso lo eran-- y se envilecen.


III

Tómense al azar los casos de los señores Bush y Fox. El primero se erigió en virtual dictador de su país, hasta que el electorado lo redujo hace unos días a su verdadera condición pigmea.

El segundo --el señor Fox--, heredero de un poder como ningún otro mandatario absoluto en el mundo, llevó su autoritarismo a límites insostenibles de megaconstitucionalidad. Fue un presidente de adorno.

Un presidente decorativo, pues. De tramoya. Usufructuó gajes y prebendas propios de la investidura presidencial y de las potestades de ésta. Y realmente nunca trabajó. De hecho, vivió como un rey.

Sin hacer nada, pues no sabe hacer gran cosa este hombre patético, fantochón, echador, histriónico y bufonesco y, como añadido, inepto a más no poder. Un gigante con los pies de barro. O de trapo.

¿Y el señor Calderón? Aunque el beneficio de la duda podría encender la fogarata de la esperanza, ciertos indicios nos describen que don Felpe no inspira expectativas al pueblo de México.

¿Por qué? Para empezar, porque es el resultado de un fraude electoral adobado son risibles premisas falsas y silogismos de dudosa laya jurídica y de evindetísima inmoralidad y carencia de ética.

El Tribunal Electoral concluyó, en su sapiencia crematística, que es preferible un fraude electoral que a contar voto por voto y convocar nuevas elecciones. Es el menor de los males.

Ello ha situado al señor Calderón bajo el manto de la espuriedad, elegido sólo por 15 millones de un universo de 72 millones de electores. Y a eso le llaman democracia.
De esos 72 millones, deducimos los 15 millones para don Felipe;
40 no votaron, 15 millones por Andrés Manuel López Obrador y el resto por Roberto Madrazo y los otros candidatos.

Sin esa representatividad, ¿cómo podrá gobernar El Espurio? Como un Presidente Decorativo, como el señor Fox. Y con la agravante de que
que, al igual que don Vicente, carece de oficio político.


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Glosario:

Elongadísimo: relativo a elongar. Alargar, estirar; hacer algo más largo por tracción mecánica.

Plenipotenciario: con poderes plenos.

Unción: acción de ungir o untar.





Infiernillo

Ni Salinas ni Zedillo...

Por Faustófeles


Que Calderón no es Salinas

ni Zedillo ni don Chente

es asunto impertinente

y no cosa de letrinas.



Editorialito

Tortura y Simulación

Por Edi Torcito



En México la simulación es nuestro estilo de vida. Todo lo simulamos. Simular es parte de nuestra idiosincrasia, secuela, pensaríase, de nuestra experiencia histórica. Simulas, pues, y pretendemos ser lo que no somos o no ser lo que sí somos. Ello es particularmente obvio en la cultura del poder y con énfasis en la administración de justicia. Los poderes federales y de los estados responsables de procurar e impartir justicia son notoriamente corruptos y viven en la práctica de la simulación. La procuración de justicia se traduce en la fabricación de delitos y delincuentes mediante la tortura física y una forma perversa de ésta, la psicológica. Esta se aplica para obtener confesiones de personas inocentes y de esa guisa dar por aclarados crímenes. Esta práctica es preocupante, a lo que se suma que el propio Estado mexicano minimice y desestime las denuncias de tortura. Ante esa lacerante realidad, cada día es mayor el número de casos en los que la propia sociedad se hace justicia por mano propia y eso es también conturbador. Estamos los mexicanos atrapados en las zarpas de una hidra de dos cabezas y el desenlace es, no por predecible menos aterrador: el caos.




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Difusión Social

Fausto Fernández Ponte

I

En términos sociológicos, la comunicación social no es como se le suele entender --y aplicar-- en los cenáculos y vestíbulos del poder. El concepto sufre distorsión.

Y es que en el poder, el concepto es el de difundir, como emisor poderoso y privilegiado de mensajes a un receptor pasivo, que, redundantemente, sólo recibe y no emite.

De hecho, eso es lo que hace el Estado mexicano y el gobierno que lo representa, así como los poderes fácticos que, como bien sábese, tienen sometidos a aquellos.

Ante una compulsa entre la definición vera --sociológica y política-- y la práctica concluiríase que en México no se ejerce la práctica de la comunicación social.

La definición respectiva es, a nuestro ver, lapidaria, por abrumadoramente incontrastable. La comunicación social ha sido sustituida por una gama variopinta de difusiones.

Existe, persiste y prevalece la difusión, como subrogada espuria y sin alcance de la comunicación social. Ello limita, si no es que aniquila, la posibilidad del diálogo social.

Y, al limitar el diálogo social, reduce a monosílabos incomprensible y/o a gruñidos troglodíticos el diálogo político entre actores mayores y menores.

II

Aludimos aquí al diálogo en su sentido más amplio, precisamente el de la comunicación social, que trasciende barreras ideológicas, culturales y abate cercos mediáticos.

Pero vayamos al meollo mismo de la definición sociológica de comunicación social. Esto nos remite a los diferentes estratos, capas, clases y grupos sociales.

Entre éstos se establecen canales de comunicación por los cuales se trasmite información y propaganda--o publicidad-- y se realiza en parte la lucha ideológica de intereses.

Así, el sistema de comunicación social representa un papel importante en ese escenario para establecer una correlación de fuerzas objetivamente discernida.

Permite a todos estar informados de la situación de otras fuerzas y, al mismo tiempo, desarrollar su estrategia de difusión para ejercer presión y manipular a los demás grupos.

Ese dinamismo es mutuo, es decir, ocurre en ambos sentidos, lo que define a la comunicación social. Es social porque se emite y recibe.

Y tal es el móvil estratégico de la comunicación social. Registrar si el destinatario recibe cuando éste, a su vez, envía también un mensaje.

III

Sin embargo, en las sociedades clasistas --como la mexicana-- los canales de comunicación son contrrolados por el poder establecido. Ese control determina el rumbo.

Y, bajo tal modalidad de control por parte del poder, los canales de comunicación sufren una metamorfosis. Se trasmutan en meros vehículos difusores, cerrados a la comunicación.

Tal es el caso en México, nítidamente expuesto. Aquí el poder controla el sistema de canales de comunicación social, aplicándole una levísima pátina comunicadora.

Pero esa pátina es cosmética. Es camuflaje. El poder pretende disimular el sentido unidireccional de la comunicación social. Sus canales tienen una sola dirección.

Ello le hace posible al poder obtener información --encuestas, estudios de mercado, etcétera-- y manipular ésta para alterar percepciones públicas de la realidad.

Una consecuencia adicional asaz perversa de este reemplazo de la comunicación social por la difusión es que bloquea el diálogo más allá de los actores mayores y menores.

Sin duda. Bloquea el diálogo entre todos los ciudadanos de distintas capas. Permite imbuir sentimientos de odio e inducir conductas antisociales. Lo vemos en México.

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Glosario:

Compulsa: cotejar una copia con el documento original para determinar su exactitud.

Pátina: especie de barniz duro, de color aceitunado y reluciente, que por la acción de la humedad se forma en los objetos antiguos de bronce.

Troglodítico: perteneciente o relativo a los trogloditas. Que habita en cavernas. Dicho de una persona bárbara o cruel.

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Cerco Mediático, Otra Vez

Fausto Fernández Ponte




I

Un cerco mediático tiene varias connotaciones: una es la muralla de silencio erigida en torno a una persona pública o institución o causa social reivindicatoria o política.


Y, otra, cuando esa muralla de silencio se abre sólo parcialmente para permitir la salida de hechos negativos de la causa social, persona pública o institución sitiada.


Los sitiadores refuerzas a extramuros ese cerco mediante una táctica de descrédito constante, difusión masiva de mentiras y calumnias y una gama de distorsiones absurdas.


Los medios difusores --radio, televisión, periódicos, etcétera-- en el Distrito Federal y en gran parte del país mantienen ese cerco en torno a Andrés Manuel López Obrador.


Y no sólo en torno al señor López Obrador, sino a las causales de la gran movilización social que se siente agraviada por el fraude electoral del 2 de julio pasado.


Señálese que esa movilización tiene varias vertientes ideológicas, políticas y culturales e inclusive de clase, pero prevalece, inconfundible, la de la pobreza.


El grueso de quienes se movilizan son pobres, entreverados, si no es que traslapados, con las personas de los estratos clasemedieros en franca proletarización


La inmensa mayoría de quienes conforman la movilización social carece de acceso a Internet: su fuente de información es la radio o la televisión y, si acaso, los periódicos.


II

El pueblo se nutre informativamente, pues, de las ofertas editoriales de los medios difusores de propiedad privada que son, por lo general, consorcios en mayor o menor gradación.


Los hay, desde luego, trasnacionales --como Televisa y TV Azteca y El Universal--, pero la inmensa mayoría son regionales o locales. Ningún diario es realmente nacional.


Pero esos megaconsorcios de la difusión, así como los de menor catadura y alcance, tienen un lado flaco: son propiedad de particulares, empresarios dominados por la ganancia.


Esos son los proveedores de hechos y sucedidos --información--, su análisis, su exégesis y su explicación hacia el público. No es comunicación, sino sólo difusión.


Pero conforman conciencias con su difusión masiva, de bombardeo, creando una percepción de realidad acerca de México que no compulsa con los paradigmas del verismo.


Muchos --la mayoría de millones de mexicanos-- creen a pie juntillas y diríase que sinceramente lo que esos medios difunden, sin percatarse que existe ese cerco mediático.


De esa guisa, a millones de mexicanos no les llega el mensaje que emana constantemente de la movilización social y del propio don Andrés Manuel.


La información les llega con cuentagotas y, por añadidura, descontextualizada y distorsionada. Los cercadores no ceden el paso a los mensajeros de los cercados.


III

Sábese que el propio don Andrés Manuel, sus consejeros y asesores y, en general, sus allegados, ha abordado el asunto del cerco mediático y visto formas de romperlo.


No lo han logrado del todo. Y es posible que no lo logren a cabalidad en el futuro --dígase en los tres años próximos-- a menos que haya un turbión en las elecciones de 2009.


El turbión es posible. Pero su foco de catálisis no reside en el zócalo, pensaríase, sino en Oaxaca y, tal vez, en estados vecinos, al sur, el centro, el Golfo y el Pacífico.


Volvamos al cerco mediático. Se ha horado parcialmente el cerco, mediante la difusión --como propiedad privada-- de los blogs de Internet. Ello ha sido un gran logro.


Los blogs son empeños individuales, sin duda muy loables, pero no corresponden a una estrategia de desarrollo de empresas sociales de difusión.


En estas empresas sociales los medios de producción de bienes y servicios de difusión periodística --radio, televisión, Internet y periódicos-- son de los trabajadores.


Esa es una opción práctica. Otra, por ejemplo, es que la movilización social y el señor López Obrador posean órganos hertzianos o impresos propios o afines que rompan el cerco.


Romper el cerco significa que los mensajeros lleguen a los más remotos rincones de México, portando las ideas de la causa de la lucha social y las de don Andrés Manuel.




ffernandezp@prodigy.net.mx



Glosario:

Catálisis: disolución, acabamiento.

Exégesis: explicación, interpretación.

Horado: agujero que atraviesa algo de parte a parte.

Proletario: perteneciente o relativo a la clase obrera.

Turbión: multitud de cosas que vienen juntas y violentamente y ofenden y lastiman.






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Cerco Mediático

Fausto Fernaández Ponte



I


Hace unos días, describíase aquí la existencia de un cerco --o sitio-- mediático en torno a la movilización social cuyo abanderado es Andrés Manuel Lòpez Obrador.

Y, en efecto, ese cerco mediático parece estrecharse más y más, pues la comunicación de adentro hacia afuera --desde el señor López Obrador al exterior-- es inexistente.

Cierto. No hay flujo y reflujo de mensajes entre don Andrés Manuel y el grueso de la sociedad, los 42 millones de mexicanos que votamos y los treinta que no lo hicieron.

Esto nos lleva a las definiciones mismas de comunicación. Estas son semánticas, sociales, culturales, políticas, etcétera. Son la acción y el efecto de comunicar.

Este verbo es, a su vez, hacer partícipe a otro de lo que uno tiene, fuere eso que uno tiene algo tangible o un intangible, como las ideas o propuestas.

En el utilísimo libraco de la academia de la lengua Castellana se consignan, por lo menos, diez acepciones diferentes del verbo comunicar.

Y todas tienen, fedatariamente, un denominador común es fluir de palabras, signos, acciones, etcétera, en ambos sentidos. Va y viene. Y viene y va simultáneamente.


II

Dicho de otro arreo en la jerga de los comunicólogos --que no los comunicadores, dado que éstos no existen en México--: un emisor es receptor y éste, a su vez, emite.


Así, el cerco mediático impide la comunicación, aunque no la difusión. De hecho, ésta ocurre, dándose bajo modalidades innovadoras, como la del uso de blogs en Internet.

Un blog, aclárese, es un lugar determinado en el ciberespacio o sea el sistema de la world wide way (www) o autopista de anchura mundial de emisiones de mensajes.

Un blog es una bitácora, con más o menos sentido periodístico, aunque la mayoría de ellos son diseñados elementalmente y sin una noción del oficio de periodicar.

Pero esos blogs tienen un valor. Algunos son, empero, muy periodísticos y responden a los imperativos de un oficio, una práctica y una cultura de periódicos.

Los blogs, no obstante su proliferación, no son suficientes para romper el cerco mediático en torno a la movilización social y el propio señor López Obrador.

Ese cerco impide que el público grueso --más allá de los 15 a 18 millones que, calcúlase, votaron por don Andrés Manuel el pasado 2 de julio-- se entere de la movilización.


III

¿Quiénes conforman ese cerco mediático? Para el próximo Presidente Legítimo --será ungido el 20 de noviembre-- el cerco lo realizan grandes consorcios de difusión de México.

Y no anda mal. Pero don Andrés Manuel, obviamente no bien asesorado, no distingue un hecho dialéctico vero: esos consorcios no son agentes del poder. Son parte del poder.

Así es. Los dueños de Televisa, TV Azteca, los diarios y revistas más visibles --no necesariamente las de mayor alcance-- son parte inherente de la gran oligarquía mexicana.

Añadiríase, a fuer de precisión, que esos propietarios de bienes de producción de bienes y servicios difusores van más allá de la oligarquía: son parte de la plutocracia.

Los apellidos Azcárraga, Salinas, Ealy, Junco, Vázquez Raña, González y otros conforman junto con otros, en otros campos del quehacer, la plutocracia mexicana.

No son, pues esos, individuos, meros agentes del poder plutocrático, mercenarios a soldada o a prebendas. No. Ellos son miembros del gobierno de los ricos.

Los aquí citados son ricos. Son empresarios. Y son plutócratas. No se les persuadirá de poner el cerco y abatir sus muros de intolerancia. Habrá que hallar otra salida.
ffernandezp@prodigy.net.mx


Glosario:

Semántica: perteneciente o relativo a la significación de palabras.

Soldada: sueldo, salario o estipendio.


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Perspectiva del Poder

Fausto Fernández Ponte




I

La lucha del pueblo oaxaqueño porque sean atendidas sus demandas --insoslayablemente justas-- indícale a México y al mundo que la organización popular se ha desarrollado.

Y ese desarrollo, sin embargo, no ha sido gratuito sin haber exaccionado un costo en sangre --tragedias y destrucción de bienes materiales-- y en incertidumbre.

Ese nivel, a nuestro ver sin precedente en la lucha social de carácter poítico en México, se emblematiza en la existencia de un liderato colectivo.

Ese liderato colectivo --aunque dentro de éste figuras como Flavio Sosa son muy visibles-- sugiere la existencia de un mecanismo de toma de decisiones liberado de caudillismos.

El liderato colectivo del pueblo oaxaqueño se representa en la estructura misma --y su superestructura también-- de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.

Ese liderato actúa monolíticamente, independientemente de que dentro del mismo existan y, tal vez, hasta persistan discrepancias tácticas e incluso estratégicas.

Pero adviértese unidad, una que deviene de la suma ponderada de inteligencias cuya propia dialéctica reduce considerablemente los márgenes de equívocos.


II


Es obvio que esos hombres y esas mujeres en el liderato colectivo de la APPO tienen una visión muy clara de sus objetivos inmediatos y mediatos y a largo plazo.

Descúbrense en los miembros de ese liderato mayores dotes de estadista que en los propios del gobierno, desde el Presidente Vicente Fox hasta su secretario Carlos Abascal.

Por otro lado, el gobierno --expresión formal del Estado y éste, a su vez, uñidura de ciertos poderes fácticos-- no parece haber comprendido la laya del conflicto oaxaqueño.

Esa laya o naturaleza es inasible a la percepción del poder --el Estado, el gobierno y los poderes fácticos que a éstos dominan-- pues su cosmovisión es estrecha.

Tal estrechez de cosmovisión es una ya de larga andadura en México, pues se remonta no sólo a la instauración del neoliberalismo, sino antes, a la dictadura perfecta.
En efecto. Desde los cuarenta a México lo han gobernado --por decirlo de modo epiceno-- élites de poder cuya naturaleza facciosa y corrupta explica su conducta rapaz y antisocial.

Primero fue Manuel Avila Camacho. Y, luego, Miguel Alemán --el más bandido--, con José López Portillo y Carlos Salinas, para quienes la corrupción era ejercicio patrimonialista.


III


Ninguno de ellos fue estadista en el sentido cabal del vocablo. Eran reyezuelos sexenales, ungidos ritualmente como ocupantes de un trono, mas no como líderes de hombres.

La élite bajo el disfraz de plutocracia gobernaba, bajo modalidades varias de un partido político, el PRI, que desde su recreación, por Alemán, en 1946, siempre fue de derecha.
En los últimos seis años --y, al parecer, en los próximos seis-- es otra variante de la derecha la que sustituye la del PRI. Esta era tartufa y ondeaba banderas de izquierda.

Pero esta variante --la del señor Fox y su sucesor, el espurio Felipe Calderón-- obra sin tapujo. No simula ser de izquierda: muestra las babeantes fauces de la derecha.

La derecha desnaturaliza, por su naturaleza, las causas sociales. El dinamismo de éstas atenta contra los intereses que aquella representa. En México, el caso es prototípico.

Es decir, es un caso de libro de texto. En México, la derecha es el nutriente ideológico de una plutocracia cuya voracidad no ha tenido límites desde hace seis décadas.

Por ello, las actuaciones represoras de esa plutocracia --que significa gobierno de los ricos-- no han tenido éxito.

Y sólo una plutocracia, en su miopía, reprime al pueblo.


ffernandezp@diariolibertad.org.mx

Glosario:

Epiceno: común.

Exaccionado: de exacción. Acción y efecto de exigir impuestos, prestaciones, multas, deudas, etc. Cobro injusto y violento.

Tartufa: comedia.

Uñidora: acción y efecto de uñir. Unir, juntar.





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